lunes, 3 de octubre de 2011

La música de Notre Dame




La Catedral Notre Dame de París es, sin ninguna duda, uno de los símbolos de la ciudad. Si bien no es la catedral más grande de Francia, es una de sus obras de arte gótico más remarcables. Su fachada mira hacia el oeste y da sobre la plaza Notre Dame. La construcción se llevó a cabo entre los siglos XII y XIV, concretamente desde 1163 hasta 1345. Su privilegiada situación, bordeada por el Sena y con jardines por delante y por detrás, hace que la catedral pueda ser observada desde cualquier punto, desde su jardín delantero, con las dos torres principales y su gran rosetón, desde un lateral pudiendo destacar sus célebres gárgolas, o desde la parte de atrás, donde destacan las altas agujas del tejado. Ya en su interior, impresiona al ponerse en el pasillo central cara al altar, observando toda su grandeza e inmensidad. La obra de Víctor Hugo “Notre Dame de París”, que relata la historia de Quasimodo, el jorobado de Notre Dame, permitió redescubrir esta bella catedral gótica.
El programa de la semana pasada estuvo dedicado a la música de los peregrinos en la Edad Media, considerada la mayoría como música popular medieval acompañada por instrumentos de la época. Otro fenómeno musical de importancia vital durante la Edad Media es el nacimiento de la polifonía muy relacionado con el arte gótico. La Polifonía la podemos entender como una textura musical que consta de dos o más líneas melódicas simultáneas. Comienza a tener importancia en el siglo IX, aunque probablemente existiese desde antes. Contrasta con la textura monódica o de una sola línea melódica del gregoriano, sencillo, sobrio, austero, como el arte románico. Con la polifonía la música se eleva, se engrandece y se hace más compleja mediante la superposición de melodías, al igual que sucede con la catedral gótica.
Dentro de la Polifonía medieval se distinguen tres grandes períodos: el nacimiento de la Polifonía, el Ars Antiqua y el Ars Nova. El primer período se extiende desde el siglo IX a los comienzos del XII. Se dan los primeros inventos polifónicos: el Organum primitivo, que consistía en añadir a una melodía gregoriana llamada Cantus Firmus una segunda voz a distancia de cuarta o quinta llamada Voz Organalis y el Discantus, que eran dos voces simultáneas que seguían movimientos contrarios.
El período llamado Ars Antiqua comprende los siglos XII y XIII, donde surge la famosa Escuela de Notre Dame de París. La mayoría de los compositores de esta escuela son anónimos pero conocemos a dos: Leonin y Perotin. Compilaron un libro de órganum conocido como Magnus Liber. Perotin es el primer compositor de organum quadruplum o polifonía a cuatro voces. Con ellos nace un nuevo sistema polifónico llamado Conductus donde la melodía principal no era gregoriana, sino inventada por el compositor y todas las voces se movían a un mismo ritmo y con un mismo texto; era de estilo silábico (una sílaba por cada nota) salvo los pasajes sin texto llamados caudae o colas que a menudo introducían una variedad rítmica y que probablemente se confiaban a instrumentos. Primitivamente, eran cánticos que se entonaban en la procesión que se efectuaba en el templo cristiano durante las ceremonias religiosas. La iglesia fue perdiendo interés en esta forma musical, utilizándose principalmente en composiciones para- litúrgicas y de entorno profano.
La gran invención de esta escuela es el Motete: con dos o tres voces, de carácter contrapuntístico, con la característica de que las voces cantan cada una un texto diferente y tienen un ritmo también diferente, por lo que resulta una música muy vivaz y contrastada. Hacia finales del siglo XIII el motete se convirtió en un microcosmos de la vida cultural de la época: materiales tanto sacros como profanos unidos dentro de un molde rígido basado en el canto llano o gregoriano.
A pesar de que ha sobrevivido buena parte de la música de esta escuela, su interpretación sigue siendo controvertida, principalmente en lo referido al ritmo. Dos generaciones después de que esta música fuera escrita, los teóricos Johannes de Garlandia y Franco de Colonia describieron su interpretación; pero no se sabe con certeza si se interpretaba así, ya que el tipo de ejecución pudo haber cambiado en el tiempo transcurrido.
Por último, la polifonía se perfecciona con el Ars Nova, período que se extiende desde comienzos del siglo XIV al Renacimiento. El Ars Nova permite fijar la duración de las notas con la llamada notación mensural, descrita en el libro titulado “Ars Nova Musicae” de Philippe de Vitry, y se cuida más la textura vertical. Destaca el poeta, músico y clérigo francés Guillermo de Machaut con su Misa de Notre Dame. Se trata de una misa polifónica compuesta para la Catedral Notre-Dame de Reims, de donde Machaut era canónigo. Se considera como una de las obras maestras de la música medieval y de todo el repertorio religioso. Además es la composición más antigua del ordinario de la misa debida a un único compositor y está concebida como una sola composición en lugar de piezas separadas, apareciendo un motivo musical a lo largo de toda la obra para darle unidad.
La Misa de Notre Dame consta de cinco partes: Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus y Agnus Dei seguidas por la pieza final Ite missa est. A las tres voces que eran habituales en las obras polifónicas de la época (triplum, motetus y tenor), Machaut añadió una cuarta voz para contratenor. Las partes del Gloria y del Credo están compuestas en un estilo silábico probablemente debido a la longitud de sus textos.
No es posible saber a ciencia cierta la forma en que debió ejecutarse la obra, sin embargo es muy probable que todas las voces hayan sido dobladas por instrumentos e incluso, debido a los breves interludios con carencia de texto en el Gloria y el Credo para el tenor y el contratenor, es probable que dichas voces hayan sido ejecutadas exclusivamente de forma instrumental en algunos episodios de la obra.
Hoy hemos escuchado en primer lugar el conductus “Dic Christi veritas” de Philippe le Chancelier (Felipe el Canciller) que se convirtió en Canciller de Notre Dame en 1217 en donde hemos podido apreciar el carácter silábico de una nota por sílaba. En segundo lugar, escuchamos un fragmento de otro conductus anónimo destinado a un pasaje sin texto; por eso es de carácter instrumental. En tercer lugar, un fragmento del gradual “Sederunt príncipes”, que es un canto de la misa católica que se interpretaba después de la epístola y antes del aleluya, compuesto por Perotín para el día de San Esteban. En este gradual podemos advertir la estructura formal de los organum de la escuela de Notre Dame. Se alterna el canto llano con las secciones polifónicas y para éstas se escriben dos tipos de organa: para las partes silábicas del canto llano el tenor o voz más grave se hace con notas muy largas y la parte superior canta frases de longitud variada sobre cada nota del tenor produciendo melismas de hasta 66 notas por sílaba y para las partes melismáticas del canto llano, el tenor lleva un ritmo medido y las voces superiores cantan con notas aún más rápidas en estilo discantus. En todas las secciones polifónicas podemos escuchar cómo en determinados momentos los instrumentos doblan las voces. En cuarto lugar, escuchamos un fragmento del Kyrie de la misa de Notre Dame de Guillaume de Machaut. Se trata de un motete isorrítmico (de igual ritmo) donde el tenor se construye sobre un esquema rítmico concreto para conferir unidad a la composición. Podemos apreciar también aquí cómo los instrumentos doblan las voces. Y por último, hemos finalizado con el fragmento del Gloria de la misa de Machaut en estilo silábico, semejante a un conductus, cuyos ritornellos sin texto están confiados a los instrumentos.

Celia Bueno

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