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Las ruinas arqueológicas de Babilonia, descubiertas a principios del S. XX por el arqueólogo y arquitecto alemán, Robert Koldewey, se encuentran a 88 kilómetros al sur de Bagdad, la actual capital de Irak, exactamente al borde del antiguo cauce del río Éufrates.
En lengua sumeria se llamó Bab-Ilim y en lengua acádica Bab-Il o Bab-Ilu, que significa ‘Puerta de los Dioses’. Este nombre resulta curioso si tenemos en cuenta que aparece citada en la Biblia como el lugar donde se situaba la mítica “Torre de Babel”, donde Dios confundió las lenguas, y en el Corán se dice que “se llamó Babel porque Dios perturbó la lengua de sus gentes, a las que diseminó lejos de allí” (en árabe ‘balbala).
Pero independientemente de su nombre, Babilonia es famosa por habernos proporcionado las primeras leyes escritas de la humanidad y porque fueron los primeros en descubrir las bases de la astronomía y de las matemáticas. Descubrieron y predijeron eclipses, dividieron el año en 365 días, los días en 24 horas, las horas en 60 minutos y estos en 60 segundos. En sus puertas murió Alejandro Magno y de ella hablaron con admiración el historiador griego Heródoto y el filósofo Aristóteles, alabando su grandeza y amplitud.
También tiene su propia “leyenda negra” y muchas veces se la cita en la Biblia como la ciudad donde se daban todos los vicios y se cometían todos los pecados, contraponiéndola a la ciudad de Dios que era Jerusalem…
Pero ¿Qué sabemos hoy de Babilonia?....
Nació como aldea en los últimos años del tercer milenio antes de Cristo, cerca de la ciudad sagrada de Kish. La historia cuenta que los amoritas, pueblo semítico, conquistaron Babilonia a principios del segundo milenio antes de Cristo y fundaron la primera dinastía babilónica. Su rey más conocido, Hammurabi, que vivió hacia el 1.750 a. C, logró unificar bajo su mando toda Mesopotamia, con Babilonia como capital, transformándose entonces en una ciudad que floreció durante 15 siglos. Hammurabi nos dejó el primer código (1ª foto de este post) de leyes escritas en la famosa “Estela de Hammurabi” que se encuentra hoy en el Museo del Louvre, una columna donde están escritas en cuneiforme las primeras leyes de las que tenemos noticias. Son leyes duras conocidas, a veces, como la “Ley del Talión”: “ojo por ojo y diente por diente” y en muchos casos la pena era la muerte; pero en ellas también se reconocía una cierta igualdad hombre-mujer y el divorcio.
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Elena Toribio
Fuentes:
Turismo Islámico – Número 31 – Septiembre-Octubre de 2007 Para más información, visite nuestra página web: http://www.islamictourism.com/ ;http://www.wikipedia.org/
Fuentes:
Turismo Islámico – Número 31 – Septiembre-Octubre de 2007 Para más información, visite nuestra página web: http://www.islamictourism.com/ ;http://www.wikipedia.org/
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