lunes, 17 de octubre de 2011

La música andalusí





Llamamos música andalusí o arábigo-andaluza a la música practicada en el sur de la península cuando estuvo ocupada durante casi toda la Edad Media por los árabes. Se basaba en la tradición oral y no disponemos de fuentes escritas por lo que hoy día se intenta reconstruir tomando como base la música que se hace en el Norte de África donde se concentró la emigración tras la expulsión de los musulmanes durante la Reconquista. Se confía que por su tradición, no haya sufrido muchos cambios. En Marruecos recibe el nombre de al-Ala. En Argelia, Túnez y Libia es conocida como Ma´luf.
Parece ser que esta música nació durante el Califato de Córdoba en el siglo IX. Un músico iraquí llamado Ziryab fundó una escuela de música en Córdoba, concretamente en la corte del Califa Omeya Abderramán II, prestigiosa por la enseñanza del canto; también se le atribuye el añadir una 5ª cuerda al laúd, instrumento por excelencia ya que con él se aprenden la teoría y el sistema tonal árabes. Este acontecimiento fue decisivo en la historia artística de Andalucía, sobre todo durante los Reinos de Taifas, y su ejemplo se extendió al resto del continente europeo surgiendo por todas partes escuelas de música y mecenas que trataban de rodearse del mayor número posible de artistas. El músico y filósofo Ibn Báya de Zaragoza, que vivió tanto en Al Andalus como en el Marruecos de los siglos XI y XII, combinó el estilo de Ziryab con la música clásica occidental para producir un estilo nuevo que se expandió por la Península Ibérica y África del Norte.
Durante el siglo XI, las zonas de España y Portugal ocupadas por los musulmanes se habían convertido en centros de manufactura de instrumentos. Estos se introdujeron gradualmente en Francia, influenciando a los trovadores, y llegaron al resto de Europa. Se cree que un gran número de los instrumentos musicales usados en occidente derivan de los instrumentos andalusíes: el laúd deriva de al´oud, el rabel de rebab, la guitarra de la qitara, el añafil de al-nafir, las castañuelas de kasatan, la dulzaina de al-zurna, el arpa y la cítara del qanun, etc. Las orquestas actuales de música clásica andalusí usan instrumentos como el úd o laúd árabe de 5 cuerdas pulsadas, con la caja de resonancia en forma de media pera y el clavijero hacia atrás, el rabab o rabel árabe de dos cuerdas a distancia de una 5ª y tocado con arco, el qanun que es una especie de salterio o cítara en forma trapezoidal de 72 cuerdas afinadas de 3 en 3 y que se toca con plectro, el nay o especie de flauta de bisel medieval que tiene 7 orificios construida en varios tamaños. Otros instrumentos de percusión son la darbuka o tambor de barro y con parche de piel de cordero o de pescado y el tar o pandereta con 5 sonajas.
Entre las formas musicales, deducidas de la poesía, destaca la nuba. Aunque sus raíces nos llevan a Al-Andalus, la nuba moderna fue creada, casi con toda seguridad, en África del Norte. El significado de esta palabra ha sido objeto de varias interpretaciones. Al principio se refería al turno que todos los artistas debían efectuar ante el Califa. Posteriormente, designaba la sesión musical misma y, finalmente, pasó a significar el repertorio musical en sí. Cada nuba estaba regulada por un modo o escala musical. Se dice que existían 24, cada una relacionada con una hora del día, pero en Argelia solo han sobrevivido 16 y en Marruecos 11, las cuales, todas juntas suponen 25 modos andalusíes. Las nubas se dividen en cinco partes llamadas mizan y cada una de estas partes tiene un ritmo de tal forma que los ritmos de una nuba se suceden de la siguiente manera: 6/4, 8/4, 8/4, 4/4, 3/4 o 6/8. Cada mizan comienza con un preludio instrumental seguido de alrededor de 20 canciones.

Esta música se canta tanto en las fiestas en que se reúnen las familias (bodas, nacimientos, etc.), como en las grandes representaciones nacionales e internacionales. Esta es una de sus principales características, que es apreciada tanto por el público refinado y acostumbrado a la música seria y culta como por el gran público. Esta particularidad se debe en parte a que cada uno de los mizan de una nuba está construido por varios movimientos. Simplificando diríamos que el mizan pasa por tres fases: la primera fase lenta (de tempo largo-larghetto), la segunda intermedia (de tempo andante) y la tercera rápida (de tempo moderato-allegro). Así, en el transcurso de la interpretación completa de un mizan, que dura de una a tres horas, el ritmo va acelerándose progresivamente. El público entendido puede seguir esta audición completa o mística. Los no iniciados y el público no entendido solicitan solo la última fase del mizan porque es ligera y puede servir como tema de danza. Debido a las influencias extranjeras, los aficionados a este tipo de música son cada vez menos. Este patrimonio musical que existe desde hace más de mil años corre peligro de desaparecer o quedar absorbido por otros géneros musicales.
La base de esta composición musical es la “muwassaha” o moaxaja, composición poética creada hacia finales del siglo IX y que rompe con la métrica rígida de la “quasida” árabe originaria de Oriente. El último verso de la moaxaja se escribe en lengua romance y se le conoce con el nombre de jarcha. A partir de la moaxaja, surge el zéjel, obra poética absolutamente propia del Al-Ándalus, de parecido aspecto a la moixaja pero escrito en lengua romance o dialecto andalusí popular. Toda esta producción literaria se traslada a las culturas vecinas como la castellana, italiana o franca siendo la base de los cantos de trovadores iniciados en Francia por del cortesano Guillermo de Aquitania o las cantigas de Alfonso X en Castilla. Así, las estructuras de las formas estróficas como la moaxaja o el zéjel se ven reflejadas en buena parte de los villancicos recogidos en los cancioneros hispanos, en la lírica tradicional galaico-portuguesa y en las formas poéticas y musicales de los trovadores franceses.
La nuba al-Máya que hemos escuchado es una de las 11 nubas marroquíes que constituyen el repertorio profano de la música clásica llamada al-Ala. Su elemento es el aire, su estación el año es la primavera y el sonido principal de su modo es la tercera cuerda del úd que se llama también al-Máya. Actualmente se utiliza como tónica de este modo la nota Do. La temática de la nuba es una descripción detallada del período del día que transcurre desde el mediodía hasta la puesta de sol incluyendo desde los fenómenos naturales hasta los perfumes de los jardines. Nos asombra su parecido a las saetas o muchas de las piezas de cante jondo. Se trata de un reencuentro entre dos culturas que se separaron a finales del siglo XV pero a una distancia de tan solo unos quince kilómetros. Distintos grupos, entre ellos el grupo Ibn Báya creado en 1994 por Eduardo Paniagua junto con el laudista Omar Metioui y que interpreta la nuba que estamos escuchando, nos ofrecen la posibilidad de acercarnos a estas composiciones para su disfrute y comprensión.

Celia Bueno

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