sábado, 27 de abril de 2013

CANTAUTORES: AMANCIO PRADA.


El pasado martes 23 de abril, Día Internacional del Libro, el programa Cantautores estuvo dedicado al cantautor gallego Amancio Prada. Gran parte de la obra de este autor está dedicada a la adaptación musical de textos fundamentales de la literatura española. Es por lo que, al ser el día de emisión del programa justamente el Día del Libro, este tuvo un significado especial.

Amancio Prada nace en Dehesas, León. Con veinte años se va a ParÍs. Allí estudia Sociología en la Universidad de la Sorbona y lleva a cabo estudios de armonía, composición y guitarra en aquella misma ciudad. Tras su presentación en la capital francesa junto a Georges Brassens en el mes de diciembre de 1972, las actuaciones de Amancio Prada se suceden tanto en radio y televisión como en centros de emigrantes y en distintas universidades del país vecino. Allí edita su primer disco, Vida e morte.






A su regreso a España en 1975 graba su segundo disco, dedicado a Rosalía de Castro, y fija su residencia en Segovia para dedicarse por entero a la composición. Fruto de esta etapa son Caravel de caraveles, Cántico espiritual, Canciones de amor y celda y Lelia doura.


Una de las canciones que para mí son esenciales en su obra es precisamente del disco Canciones de amor y celda. Me refiero al poema de amor “Compañera”, de Luis López Álvarez, poeta de Valladolid perteneciente a la Generación de los 50.

En su música, de raíces en gran parte populares, tienen cabida composiciones enteramente propias y canciones basadas en textos de los más diversos poetas antiguos y modernos, entre los que cabe citar, por su reiteración, a Rosalía de Castro, Federico García Lorca, Agustín García Calvo y Chicho Sánchez Ferlosio.

“Partistesos, mis amores” es un poema de Juan del Enzina, poeta, músico y dramaturgo del Prerrenacimiento español. Recoge un concepto del amor que se desarrolló en las cortes europeas, sobre todo francesas desde el s. XI, pero que no llega a la poesía castellana hasta el s. XV y que está en la base de la poesía cancioneril. Se trata del amor cortés, que parte de una relación de vasallaje entre el trovador-amante y la dama.



Agustín García Calvo
Con el Cántico espiritual de San Juan de la Cruz, en febrero de 1982 da una serie de cuatro conciertos en el Teatro Español y emprende a continuación una gira por las principales Universidades americanas. A finales de ese mismo año vuelve a cantar en el Teatro Español junto a Chicho Sánchez Ferlosio y Agustín García Calvo, a quien dedicará su siguiente álbum, Canciones y soliloquios (1983).

Especial fue esta colaboración con Agustín García Calvo, uno de los escritores y profesores más valiosos de nuestro país. Fue tristemente conocido en los años 70 cuando fue expulsado como profesor de la Universidad, junto a Enrique Tierno Galván y José Luis Aranguren, por unirse a los estudiantes en las revueltas contra el gobierno franquista. García Calvo falleció el año pasado y su figura y personalidad han impregnado a toda una generación. Gramático, poeta, ensayista, traductor (sobre todo de latín y griego) y filósofo, nos sorprende con una letras para canciones de una alta calidad. Su trabajo con Amancio Prada tuvo como fruto ese hermoso disco citado Canciones y soliloquios del que he traído al programa dos canciones.

Agustín García Calvo
La primera he de dedicársela a mi querida compañera Ana Retamero. Es “Libre te quiero”. Me hubiera gustado que hubiera podido venir al programa y la hubiera recitado porque es su poema preferido, pero hoy precisamente iba de excursión y no ha podido ser. Hace poco, hablando de la canción, me recordaba Ana que cuando éramos universitarias, esta letra de García Calvo era muy muy popular y allí estábamos nosotros estudiantes revolucionarios cantándola. En ella aparece un concepto del amor tan contrario al tradicional que era difícil de concebir. El amante no quiere a su amada para él, sino que la quiere libre, libre como arroyo que brinca de peña en peña. Y va más allá: “pero no mía, ni de Dios, ni de nadie, ni tuya siquiera” Mi generación se pudo formar también gracias a poemas como Agustín García Calvo, con esta certeza, que el amor es libre.

La segunda canción sobre letra de García Calvo es preciosa y la música de Amancio Prada la hace aún más hermosa si cabe. Tiene un corte de poesía popular y, bueno, a mí me encanta por su misma sencillez. Es casi enigmático que un escritor como Agustín García Calvo, que llegaba en sus escritos a un nivel de complejidad casi inefable, sea capaz de componer también un poema tan claro y vivo como este. “Nadie la llama”

Su actuación en el Teatro Real de Madrid en el primer Festival de Otoño, no hace más que confirmar las críticas unánimes que ha venido recibiendo hasta ese momento. En ellas se destaca de manera especial el rigor de su trabajo, lo insólito de su orientación artística y, como escribiera Edward Rothstein en el New York Times, “la flexibilidad de su timbre y su capacidad dramática en escena”. En 1986 estrena los Sonetos de amor oscuro de F. García Lorca en el Teatro María Guerrero de Madrid, bajo la dirección escénica de Lluis Pasqual. Yo tengo que confesar que profundicé más en esta obra de Lorca, menos conocida por nuestros alumnos, gracias a este disco de Amancio Prada. Escuchemos uno de estos sonetos, “Llagas de amor”, lleno de imágenes visionarias en torno al amor, símbolos del mundo lorquiano.


Álvaro Cunqueiro
Posteriormente, prepara su siguiente álbum, A dama e o cabaleiro (BMG, 1987), sobre la poesía neotrovadoresca de Álvaro Cunqueiro. La canción “O rio levaba os ollos” recoge varios textos de este poeta gallego. En su obra aparecen recurrentemente temas en gallego, su lengua familiar, hablada en la región de la que procede, El Bierzo. 

Al principio de su carrera como cantautor algunos medios de comunicación de León, como el Diario de León, le atacaron duramente por cantar en gallego, produciéndose una fuerte polémica. 



Manuel Vicent
Terminamos el programa sobre Amancio Prada con los textos de Manuel Vicent, con quien colaboró para componer las canciones del disco Navegando la noche (BMG, 1988). Canciones como “Vieja dama”, “Caballo blanco”, “Semáforo” o “Novia de leche” nacieron de esta colaboración. Yo voy a poneros una de mis favoritas. Se llama “Otoño” y el final de la letra es demoledor: “Me duelen las heridas del cuerpo, mi vida… y a mí, que nada espero de la vida, septiembre iluminó un as de trébol y esta canción”.



He dicho arriba que con esta canción terminamos el programa de hoy dedicado a Amancio Prada, pero hemos de aclarar que no acaba aquí su obra. Nos falta mucho que recorrer: sus discos Trovadores, místicos y románticos; Emboscados,(un oratorio sobre un largo poema propio); Rosas a Rosalía, homenaje renovado a Rosalía de Castro (acompañado entre otros por Maria del Mar Bonet, Martirio o Maria Dolores Pradera); Tres poetas del círculo; Canciones del alma, y , en fin, un largo etcétera que llega a su último disco magnífico en el que recoge Las coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique.


Tenemos, pues, material para otro programa dedicado a este cantautor gallego y seguro que lo haremos. Esperamos que os haya gustado. Seguro que muchos alumnos han reconocido autores y temas.  Yolanda, la profesora que con mucho gusto hace el programa, se despidió de vosotros hasta nuestra próxima cita en el programa Cantautores, en la Radio del Instituto, en vuestra radio.

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