lunes, 11 de junio de 2012

Tiempo de ciencia: ¡CUIDADO CON EL SOL!



Ya está aquí el verano, las vacaciones, la playa, la piscina, tomar el sol y ponernos colorados como cangrejos. Nuestra piel tiene un límite y por muy bien que estemos al aire libre  debemos tener mucho cuidado para evitar esas dolorosas quemaduras que aparecen cuando no tomamos precauciones al exponernos al sol.
No es lo mismo tomar el sol con crema protectora que sin ella, a la par que no es lo mismo tomar el sol por la mañana que por la tarde.
Hoy en nuestro “Tiempo de ciencia” hemos hablado de cómo evitar que sol nos queme y por eso vamos a ver a qué hora es mejor tomar el sol y que crema bronceadora debemos de ponernos. Hemos tenido en el estudio a nuestras alumnas de 1º de Bachillerato B                            para contárnoslo.

 ¿A qué hora es mejor tomar el sol?
Tal y como opinan y defienden muchos médicos y dermatólogos especialistas en la materia, lo mejor (aparte de evitar la exposición directa cuando el sol caiga perpendicular a la persona), es tomar el sol por la mañana, antes de las 10 horas, o después de las 17 horas, ya por la tarde.
Exponerse a los rayos ultravioleta a primera hora de la mañana es mejor para evitar desarrollar cáncer de piel, tanto si optamos por un baño de sol matutino como si acudimos a una cabina de bronceado, según revela un reciente estudio de la Universidad de Carolina del Norte (EE UU). Esto se debe a que existe una proteína llamada XPA, responsable de reparar los daños sufridos por el ADN a causa de la radiación ultravioleta, que alcanza su máxima actividad durante la jornada matutina.
Por ello, las horas más recomendables pasan por la mañana hasta las 10 horas, y luego toda la tarde a partir de las 17 horas. Se debe evitar, por tanto, las horas más peligrosas: desde las 10 a las 17 horas.
Tampoco debemos olvidar:
-    Aplicar la crema protectora antes de la exposición al sol, por muy morena que sea nuestra piel.
-    Broncearse progresivamente: evitar las exposiciones excesivas y continuadas, conviene tomar el sol poco a poco y no olvidar  que hay que renovar el protector de forma periódica. Volver a aplicar el producto cada cierto tiempo y siempre tras el baño.
-    Evitar el uso de fragancias y desodorantes: pueden producir alergias
-    Hay que extremar las precauciones con niños, ancianos y enfermos
-    Dedicar atención a las zonas sensibles: rostro, nariz, párpados, labios, escote y pecho
-    ¿Y después del sol? Una buena hidratación


¿Para qué sirven y cómo se clasifican las cremas bronceadoras?
La piel se daña con la radiación ultravioleta (UV) procedente del Sol que pueden causar quemaduras, cáncer de piel y envejecimiento prematuro. Para evitarlo se emplean lociones con filtros químicos solares que absorben la radiación UV. Las distintas concentraciones en la loción de estas sutancias determinan el factor de protección solar (FPS) cuyos valores varían entre 2 y 50. El número mide cuantas veces más se puede estar expuesto al sol sin sufrir quemaduras que si no se hubiera utilizado la protección solar. Por ejemplo, un FPS 15 significa que se puede permanecer al sol 15 veces más. Se estima que una piel normal puede exponerse al sol sin peligro durante 20 minutos. La mayoría de los médicos recomiendan un nivel de factor de protección solar (FPS) de 30 o superior.
Otra creencia muy extendida es la que tiene que ver con la crema solar, ya que muchas personas piensan que cuanto más factor de protección utilicemos menos bronceados nos pondremos. Nada más lejos de la realidad.
Es necesario que utilicemos cremas con altos filtros para así conseguir que el cuerpo reciba la menor cantidad de radiaciones nocivas para nuestra salud. Este hecho no tiene nada que ver con el grado de bronceado que vamos a obtener, es más, la piel responderá mejor y se bronceará mejor cuanto más cuidada e hidratada la tengamos, ya que de este modo conseguiremos que nuestro bronceado dure más.
Algo que no debemos hacer es dejar de echarnos crema protectora y pulverizarnos agua en su lugar como cree mucha gente, ya que esto no hidratará la piel, sino que acelerará el proceso de quema de la piel, pues el propio agua actuará como lupa y aumentará el efecto de los rayos solares en la piel.

Con este programa despedimos el “Tiempo de ciencia” por este año, han sido 28 programas intentando que conozcáis distintos aspectos de la ciencia y siempre con la magnífica colaboración de los alumnos de 1º de Bachillerato B a los que agradezco infinitamente su participación. Muchísimas gracias a todos.

FELIZ VERANO Y HASTA EL CURSO QUE VIENE

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