Domenico Scarlatti, hijo del célebre compositor Alessandro Scarlatti, nace en Nápoles (en ese momento perteneciente a la Corona Española) el 26 de Octubre de 1685 y muere en Madrid el 23 de julio de 1757. De origen italiano, pero afincado en España a partir de 1729, se convierte en compositor y organista de la capilla real de la Corte Española de Nápoles a los dieciséis años. Llegó a obtener el importante cargo de maestro de capilla en la Basílica de San Pedro desde 1715 a 1719. En 1729 se trasladó a Sevilla con el séquito de la princesa portuguesa que iba a contraer matrimonio con el heredero al trono de España, el futuro Fernando VI. En 1733 se instala definitivamente en Madrid como maestro de música de Bárbara de Braganza y allí vivió hasta su muerte a la edad de 71 años. Su residencia en la calle Leganitos tiene designada una placa histórica, y sus descendientes todavía viven aún en Madrid. Durante su estancia en dicha ciudad, Scarlatti compuso alrededor de 555 sonatas para teclado. Es por estas obras por las que se le recuerda hoy en día. En ellas se aprecia una música totalmente original y distinta a la del repertorio operístico, instrumental y de cantatas profanas y religiosas que compuso en su juventud.
Entre las características de su música está la asimilación de los aires populares españoles y la experimentación constante de las posibilidades del clave, instrumento de cámara que dominaba con auténtica maestría, siendo el iniciador de la escuela de clave española del siglo XVIII, que tendría seguidores de la talla del Padre Soler. Entre las curiosidades que citamos hoy de nuestro magistral clavecinista destacan:
• Una anécdota que cuenta que en una prueba de talento con el mismísimo Georg Friedrich Haendel en el palacio del cardenal Ottoboni en Roma, el jurado lo declaró superior a Haendel en el clave, pero inferior al órgano.
• Se dice que para componer su famosa “Fuga del Gato” para clave en Sol menor, se inspiró en las notas aleatorias que su gato tocó al pasar sobre el teclado de dicho instrumento.
• Y para terminar con nuestro anecdotario, deciros que Scarlatti aparece citado en la novela de José Saramago “Memorial del Convento”, como personaje secundario, como profesor de clave de la infanta María Bárbara.
Entre las características de su música está la asimilación de los aires populares españoles y la experimentación constante de las posibilidades del clave, instrumento de cámara que dominaba con auténtica maestría, siendo el iniciador de la escuela de clave española del siglo XVIII, que tendría seguidores de la talla del Padre Soler. Entre las curiosidades que citamos hoy de nuestro magistral clavecinista destacan:
• Una anécdota que cuenta que en una prueba de talento con el mismísimo Georg Friedrich Haendel en el palacio del cardenal Ottoboni en Roma, el jurado lo declaró superior a Haendel en el clave, pero inferior al órgano.
• Se dice que para componer su famosa “Fuga del Gato” para clave en Sol menor, se inspiró en las notas aleatorias que su gato tocó al pasar sobre el teclado de dicho instrumento.
• Y para terminar con nuestro anecdotario, deciros que Scarlatti aparece citado en la novela de José Saramago “Memorial del Convento”, como personaje secundario, como profesor de clave de la infanta María Bárbara.
Breve comentario de la obra que hemos escuchado hoy:
La obra que hemos escuchado hoy es la Sonata K.9 en re menor. Su estructura responde a una estructura binaria compuesta por dos partes sensiblemente iguales, que está prevista que se repitan. La grandeza de las sonatas de Scarlatti reside en su riqueza de motivos musicales, en todas las figuras de su retórica musical. Destaca en su quehacer la variedad en la invención rítmica y melódica y la habilidad casi diabólica en la utilización de todas las capacidades del clavicémbalo. A primera vista la limpia y ordenada escritura de sus sonatas harían pensar en que la ejecución de estas obras es relativamente sencilla. Nada más lejos de la realidad. La claridad de su pentagrama esconde terribles dificultades para el músico que las interpreta.
Juan A. Rubio Platero
La obra que hemos escuchado hoy es la Sonata K.9 en re menor. Su estructura responde a una estructura binaria compuesta por dos partes sensiblemente iguales, que está prevista que se repitan. La grandeza de las sonatas de Scarlatti reside en su riqueza de motivos musicales, en todas las figuras de su retórica musical. Destaca en su quehacer la variedad en la invención rítmica y melódica y la habilidad casi diabólica en la utilización de todas las capacidades del clavicémbalo. A primera vista la limpia y ordenada escritura de sus sonatas harían pensar en que la ejecución de estas obras es relativamente sencilla. Nada más lejos de la realidad. La claridad de su pentagrama esconde terribles dificultades para el músico que las interpreta.
Juan A. Rubio Platero
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