lunes, 21 de marzo de 2011

"Primavera amarilla". Semana dedicada al Día Mundial de la Poesía



Hoy 21 de marzo iniciamos en nuestro blog la semana dedicada al Día Mundial de la Poesía, efeméride propuesta por la UNESCO en el año 2001 con el objeto de incentivar este género literario desde las instituciones de todos los países. Como el año pasado, volvemos a repetir la experiencia de publicar un poema acompañado por las maravillosas fotografías de nuestra compañera Ana Retamero que son en sí mísmas poesías de la naturaleza. Y para el día de hoy, qué mejor que comenzar con el poema "Primavera amarilla", dado que entramos de lleno de lleno en esta estación esplendorosa para la exaltación de los sentimientos, del amor y de la belleza:
PRIMAVERA AMARILLA

Abril venía, lleno
todo de flores amarillas…
amarillo el arroyo,
amarillo el vallado, la colina,
el cementerio de los niños,
el huerto aquel donde el amor vivía.
El sol ungía de amarillo el mundo,
con sus luces caídas;
¡ay, por los lirios áureos,
el agua de oro, tibia;
las amarillas mariposas
sobre las rosas amarillas!
Guirnaldas amarillas escalaban
los árboles; el día
era una gracia perfumada de oro,
en un dorado despertar de vida.
Entre los huesos de los muertos,
abría Dios sus manos amarillas.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ: "Poemas mágicos y dolientes"

Este poema que hemos elegido pertenece a la primera época del escritor de Moguer, la etapa sesitiva (1900-1915), muy influenciada por las líneas de la literatura finisecular: esteticismo, decadentismo, simbolismo y modernismo. En sus primeros libros de 1900, Ninfeas y Almas de violeta, se aprecia un tono exaltado que se atenuará en una obra posterior de 1902: Rimas de sombra. Los temas de estos primeros libros son la nostalgia, la persecución de algo misterioso y la presencia de la muerte (motivo que se hace reincidente por el efecto emocional que provocó la muerte de su padre), temas que están relacionados con el esteticismo y el decadentismo de la época. La influencia del simbolismo francés se aprecia en Arias tristes de 1903 y en Jardines lejanos de 1904. En esta última obra se hace explícito el conflicto erótico: el poeta asocia con el mal la atracción humana por el amor sexual, valorando la pureza del amor virginal, aunque ésta conlleve la esterilidad y la muerte. El movimiento MODERNISTA está claramente presente a partir de 1905, cuando el poeta regresa a Moguer tras su convalecencia en los sanatorios de Burdeos y Madrid. En esta época ensaya nuevas formas métricas e introduce elementos orientales, como es el caso de Las hojas verdes de 1905. En Moguer compone dos poemarios más: baladas de primavera (1910) y Pastorales (1911), y además una obra en prosa – Platero y yo (1914)- que supone un acercamiento a la naturaleza y al pueblo andaluz. En este texto prosístico se plantea el contraste entre el pueblo idílico no industrializado y el pueblo andaluz moderno e industrializado. Juan Ramón Jiménez defiende su contrariedad al progreso ficticio y su defensa de la sensibilidad popular. Juan Ramón Jiménez, en un proceso constante de revisión y evolución de su obra, va superando y depurando esta etapa modernista, hecho que se manifiesta en las siguientes obras: Elegías (1908), La soledad sonora y Poemas mágicos y dolientes de 1911. La etapa sensitiva acaba con dos libros en los que emplea sin excepción el verso alejandrino: Melancolía (1912), poemario en donde insiste en su deseo de eternidad, y Laberinto (1913), en donde inicia una línea metafísica manifiesta en su producción posterior.

NOTA 1 . Este poema curiosamente fue seleccionado para la Prueba de Selectividad de septiembre 2010 en Andalucía (opción A modelo 1)
NOTA 2. Para mayor información sobre el Día Mundial de la Poesía os ofrecemos el Manifiesto de la UNESCO en pdf:
http://portal.unesco.org/culture/es/files/19160/10795392993Proclamaci%F3n_en_espa%F1ol.pdf/Proclamaci%F3n%2Ben%2Bespa%F1ol.pdf

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