El programa Martes Clásico que inaugura el mes de junio ha estado dedicado a dos músicos rusos del siglo XIX: Modest Musorgski y Nikolai Rimski-Korsakov. Empezamos nuestra andadura musical con M. Musorgski, que nació en Rusia en 1839 en el seno de una familia de la pequeña nobleza rural y murió en 1881. Su madre, pianista de profesión, inició a su hijo en el estudio de este instrumento cuando apenas había cumplido los 6 años, y con 14 publicó su primera composición. Entre 1856 y 1857 varios encuentros marcarían su orientación musical: conoció a una serie de músicos con los que acabó formando el denominado "Grupo de los cinco", cuya meta era recuperar el folclore ruso.
De este primer compositor hemos escuchado una selección de la obra "Cuadros de una exposición", - breves piezas de carácter descriptivo-, que inicialmente era una suite para piano concebida a la memoria de amigo arquitecto y pintor fallecido en 1875. La versión que hemos tenido la oportunidad de escuchar es una orquestación del músico francés Ravel. Esta obra refleja el gusto por las escenas populares y fabulosas, el mundo de los niños y la tradición rusa, así como por un cierto humor que podría calificarse de grotesco. La primera parte representa al músico entrando en la sala de exposiciones, con el tema introducido por la trompeta y luego las maderas y cuerdas. La segunda parte, aparece cargada de malos presagios. La reaparición del tema principal (Promenade o paseo) aporta luz a la escena.
Después de esta obra, saltamos a la música del ruso Rimski-Korsakov (1844-1908), cuyo padre era un oficial de alto rango y cuya madre pertenecía a la nobleza. De niño aprendió a tocar el piano, aunque no recibió formación musical en un principio. En 1861 conoció a los compositores que formaban parte del "Grupo de los cinco". Rimski-Korsakov compaginó durante un tiempo su actividad como oficial de Marina y su interés por la música. De este maravilloso compositor hemos seleccionado el Capricho español de 1887, construido a partir de melodías extraídas de la colección "Ecos de España" de José de Iuzenga y dividida en 5 movimientos. El primer movimiento, recuerda en su animación festiva al preludio de la ópera Carmen de Biset: el segundo, tiene un tema de carácter lírico; el cuarto, "Escenas y cantos gitanos" se introduce con el redoble de la caja y una fanfarria de lo metales; y en el último -"Fandango asturiano"- los violines recogen el tema de la fanfarria, de un modo danzable y con un "crescendo" en el que intervienen las castañuelas. Al final se retoma el primer tema de la "Alborada".
(Nieves Raya Molero)
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