martes, 29 de abril de 2014

El mito de Orfeo y Eurídice en un soneto de Lope de Vega

Siguiendo la linea de los programas anteriores, hemos seleccionado un texto poético de los Siglos de Oro con el objeto de que nuestros alumnos de 4º de ESO de Latín comprendan el alcance y la influencia de la mitología grecolatina en la historia de la literatura. El soneto 129 de Lope de Vega ha sido el elegido para el día de hoy, pues el motivo de inspiración es la trágica historia de Orfeo y Eurídice. Veamos el soneto primeramente:

Soneto 129

A las ardientes puertas de diamante,
coronado del árbol de Peneo,
mostraba en dulce voz, llorando, Orfeo:
que allí puede llorar un tierno amante.

Suspendidas las fieras de Atamante,
y parado a sus lágrimas Leteo,
en carne, que no en sombra, su deseo
vio su querida Eurídice delante.

¡Oh dulces prendas, de perder tan caras!
Tú, Salicio, ¿Qué dices? ¿Amas tanto,
que a por la tuya a suspender bajaras

los tormentos del reino del espanto?
Paréceme que dices  que cantaras
que le doblaran la prisión y el llanto.  


Blecua, José Manuel: Lope de Vega. Obras poéticas.
 Edición, introducción y notas, Editorial Planeta, 
Clásicos Universales, 1983 (pág. 99)


Una trágica historiaOrfeo fue un famoso poeta y músico de la antigüedad que poseía la virtud o el don de dejar cautivados, fascinados o hechizados a todos los que le oían cantar y tocar la cítara o la lira. Fue precisamente esta virtud la que hizo que la hermosa Eurídice se enamorara y se casara con él.  

Pero, lo que hubiera sido una feliz vida de pareja, se vio fatalmente truncada por la repentina muerte de Eurídice tras la mordedura de una serpiente. Como comprenderéis, Orfeo se sintió el hombre más infortunado del mundo y después de llorar y llorar la muerte de su esposa decidió rescatarla del Hades. 

En este maravilloso cuadro podemos observar el momento en el que una serpiente muerte a Eurídice.
Esta no era una empresa fácil, porque ningún mortal había osado nunca adentrase en el mundo subterráneo, sin embargo Orfeo decidió que valía la pena correr todo tipo de peligros con tal de tener la oportunidad de rescatar a su mujer. Contra todo pronóstico, el músico tracio logró persuadir al barquero Caronte, durmió con su música a Cerbero (el perro de tres cabezas) y convenció al dios Hades y a su esposa Perséfone de que dejara volver a Eurídice al mundo de los vivos. 
En este cuadro de Rubens se recrea el momento de la salida del mundo de los muertos.
Orfeo sujeta a Eurídice mientras Hades y Perséfone dan su consentimiento.
Los dioses accedieron con una sola condición: que jamás volviera la mirada hacia atrás, que caminara delante de Eurídice y que esperara a que los rayos del sol la iluminaran. Orfeo aceptó el trato y regresó al mundo superior, pero cuando ya había llegado cometió el letal fallo de mirar hacia su mujer cuando esta aún no había salido completamente, y entonces la perdió para siempre.
Aquí podemos observar el momento en el Orfeo pierde a Eurídice para siempre.

Agradecemos a nuestro alumno de 4º de ESO B de latín 
la explicación del mito en el programa de radio de hoy 

AMPLIACIÓN DEL COMENTARIO RADIOFÓNICO.Además de esta historia, Lope de Vega incluye otras referencias mitológicas que tienen como finalidad embellecer el soneto y otorgarle también más dramatismo. Así por ejemplo en el primer cuarteto hay una mención al dios fluvial Peneo, que era el padre de Dafne: "coronado del árbol de Peneo/  mostraba en dulce voz, llorando, Orfeo/ que allí puede llorar un tierno amante". Esta cita retrotrae al lector conocedor de la mitología a la también desgraciada historia de Apolo y Dafne en la que la ninfa se convirtió en laurel tras pedirle a su padre que la salvara de la persecución de fogoso Apolo. 

Del mismo modo en el segundo cuarteto, Lope de Vega cita el río Leto, uno de los que conducen al Hades; y  menciona la dramática historia de Atamante, el rey beocio que -al igual que Hércules- sufre un ataque de locura por culpa de la diosa Hera (Juno) y  mata a sus hijos. En este cuarteto es como si Lope de Vega quisiera comparar la locura de Atamante con la que padece Orfeo por querer adentrase en el mundo de los muertos. 

Se encamina el cierre  del soneto con una doble alusión a Garcilaso de la Vega: por un lado con el comienzo del primer terceto  "¡Oh dulces prendas, de perder tan caras!"  que recuerda el inicio del soneto X del poeta toledano; y por otro lado, con la cita del nombre de Salicio, que nos lleva directamente a la Égloga I. 

Y finalmente acaba el último terceto, con un toque de humor y de fina ironía, muy propio del espíritu barroco, en el que Lope de Vega se dirige a Garcilaso (Salicio), retándolo a hacer por amor la misma heroicidad que Orfeo hizo por Eurídice. Si lo leéis detenidamente el dramatismo inicial desaparece por completo con la burla que hace en los dos últimos versos:  

"¿Amas tanto,
que a por la tuya a suspender bajaras

los tormentos del reino del espanto?
Paréceme que dices  que cantaras
que le doblaran la prisión y el llanto". 



Como siempre deseamos que esta sección radiofónica haya sido de vuestro agrado. 
Hasta la semana que viene en este rincón del mundo clásico. 


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Para ampliar conocimientos sobre Lope de Vega, pincha aquí y encontrarás un estudio en la Biblioteca Virtual Cervantes realizado Zamora Vicente.  


Bibliografía de la BE utilizada por el artículo:

Constantino Falcón Ramírez, Emilio Fernández Galiano y Raquel López Melero: Diccionario de mitología clásica, Alianza Editorial, 1986
Pierre Grimal, Diccionario de mitología griega y romana, Paidós Ibérica 2010.

1 comentario:

Xavier Pete dijo...

Muy acertado.

Les aconsejo la siguiente lectura:

Música de Orfeo y lamentos desesperados: "http://unmonperllegir.blogspot.com.es/2016/03/musica-de-orfeo-y-lamentos-desesperados.html"

Una visión distinta del soneto de Garcilaso.