miércoles, 10 de octubre de 2012

Matar a un ruiseñor


Comenzamos la nueva temporada de “Cine y Literatura” con una recomendación que es fruto de una de mis lecturas de verano. Se trata de la novela Matar a un ruiseñor de la escritora norteamericana  Harper  Lee, que fue llevada al cine magistralmente por el director Robert Mulligan en el año 1962 e interpretada en su papel principal por Gregory Peck. 

Dicha adaptación cinematográfica, obra del guionista Horton Foote, recibió  tres Óscar de la Academia a Mejor Actor (Gregory Peck), Mejor Guión Adaptado y Dirección Artística, además de 8 nominaciones. En ese mismo año, 1962,  Gregory Peck recibió también el premio David Di Donatello a Mejor Actor Extranjero; y un año después, en el Festival de Cannes, la película recibió la Palma de Oro. 

Sobre esta cinta hay que añadir un detalle muy importante, la música es obra del compositor Elmer Berstein, autor de renombradas bandas sonoras como Los siete magníficos, La gran evasión, Los cuatro hijos de Katie Elder, Mi pie izquierdo o La edad de la inocencia. En fin, como podréis comprobar estos datos, creo, son más que suficientes para que los que no habéis visto esta película os acerquéis a este clásico del cine. También es una buena ocasión para volver a verla.

En cuanto a la novela, como ya hemos adelantado antes, es obra de la estadounidense Harper Lee, fue publicada en 1960, y su éxito fue inmediato no solo por parte de los lectores, sino por parte de la crítica que le otorgó el premio más importante de las letras en EEUU, el Pulitzer.  Dicha obra está inspirada en recuerdos de la infancia de la propia autora y en un hecho acaecido en 1936 cerca de la ciudad en donde vivía. Se desarrolla en la época de la Gran Depresión y en el condado de Maycomb (Alabama) donde la exclusión de la población negra y el racismo en general están muy arraigados. 


Los  protagonistas de esta historia son el abogado Atticus Finch, interpretado por  Gregory Peck, y su hijos Jem y Scout; y el argumento de esta emocionante historia, contada desde el punto de vista de su hija que es la voz narradora, se centra en la defensa que Atticus Finch hace de un joven negro, Tom Robinson, acusado sin pruebas de la violación de una mujer blanca, Mayella Ewell. Increíblemente, aunque la inocencia del joven negro se hace evidente y la defensa de Finch es impecable y demoledora, el Jurado y la sociedad americana del momento es incapaz de concebir que por un lado un abogado blanco y respetable defienda a un negro, y que por otro, un afroamericano estuviera exento de culpa. No existía, pues, el más mínimo pudor para condenar a una persona de color, aunque los cargos fueran poco concluyentes.


¿Por qué os recomiendo la lectura de este magnífico libro y su genial adaptación cinematográfica? En primer lugar porque es una estupenda novela, al igual que una gran película; pero sobre todo, porque desde el punto de vista educativo los temas que aborda (la educación, la injusticia social, la desconfianza hacia lo diferente, la rigidez o los convencionalismos de las relaciones familiares y vecinales, la defensa de la dignidad humana, la valentía, la compasión, la pérdida de la inocencia, la generosidad, la visión del Estado y de la Justicia desde el punto de vista de un niño) siguen estando vigente; del mismo modo, que la figura de Atticus Finch es un modelo de honestidad e integridad como abogado, como hombre y como padre. 


Termino mi recomendación con una cita correspondiente al final de la defensa que el protagonista hace del acusado, Tom Robinson, perteneciente al capítulo XX:

"La rectitud de un Tribunal llega únicamente hasta donde llega la rectitud de su Jurado, y la rectitud de un Jurado llega solo hasta donde llega la de los hombres que lo componen." 

Bibliografía utilizada:
Harper, Lee: Matar a un ruseñor, Planeta. col. Bestseller, 1984. 

No hay comentarios: