viernes, 19 de marzo de 2010

Al faro de Malta


Envuelve al mundo extenso triste noche;
ronco huracán y borrascosas nubes
confunden, y tinieblas impalpables,
el cielo, el mar, la tierra:

y tú invisible, te alzas, en tu frente
ostentando de fuego una corona,
cual rey del caos, que refleja y arde
con luz de paz y vida.

En vano, ronco, el mar alza sus montes
y revienta a tus pies, rebramante,
creciendo en blanca espuma, esconde y borra
el abrigo del puerto:

tú, con lengua de fuego, “Aquí está...dices,
sin voz hablando al tímido piloto,
que como a numen bienhechor te adora
y en ti los ojos clava.

Tiende, apacible noche, el manto rico,
que céfiro amoroso desenrolla;
recamado de estrellas y luceros,
por él rueda la luna;

y entonces tú, de niebla vaporosa
vestido, dejas de ver en formas vagas
tu cuerpo colosal, y tu diadema
arde al par de los astros.

Duerme tranquilo el mar; pérfido, esconde
rosas aleves, áridos escollos;
falsos señuelos son; lejanas cumbres
engañan a las naves.

Más tú, cuyo esplendor todo lo ofusca,
tú, cuya innoble posición indica
el trono de un monarca, eres su norte;
les adviertes su engaño.

Así de la razón arde la antorcha,
en medio del furor de las pasiones;
o de aleves halagos de la fortuna,
a los ojos del alma.


Hoy viernes 19 de marzo vamos a finalizar la semana dedicada al Día Mundial de la Poesía, y para ello hemos elegido dos textos. Uno de ellos es el que acabáis de leer, se titula “Al faro de Malta” y pertenece al Duque de Rivas, poeta y dramaturgo cordobés del Romanticismo. Sus ideas liberales provocaron que Fernando VII lo condenara a muerte, pero tuvo la suerte de poder huir como muchos españoles de la época. Estando en Londres, entró en contacto con el Romanticismo inglés que cultivaban Walter Scott y Lord Byron. Cuando regresó a España, trajo el Romanticismo europeo y se puede decir que El moro expósito (1834) y sobre todo Don Álvaro o la fuerza del sino (1835) marcan el inicio de este movimiento en España. En cuanto Al faro de Malta, oda escrita en 1828, podemos decir que el Duque de Rivas establece en este texto la simbología de la luz del faro por cuanto ésta significa la luz que debe seguirse bajo las ideas liberales y románticas, alejadas de la oscuridad. Acompaña a esta oda una magnífica foto de Ana Retamero -“Faro”- que es una viva imagen del Romanticismo, y que nos recuerda a esos paisajes grisáceos y tormentosos en los que discurrían las arrebatadas y apasionadas vidas de lo hombres y mujeres del Romanticismo.

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