martes, 18 de febrero de 2014

Los "petits Curie" en la I Guerra Mundial.

Si la semana pasada en la sección Cajón de sastre hablamos de la figura de Madame Curie al cumplirse los 80 años de su fallecimiento, en esta ocasión vamos a hablar de los "petits Curie" que cumplen en 2014 el centenario de su creación.

¿Qué eran los "petits Curie"?   

Los "pequeños Curie" fueron unos camiones provistos de material sanitario que se crearon para asistir a los heridos de guerra en el frente de batalla. No eran unos simples vehículos sanitarios, sino que estaban provistos de material radiológico: algo totalmente novedoso por aquella época.


¿Por qué se crearon?

Madame Curie se dio cuenta de que se cometían verdaderas carnicerías a la hora de operar a los heridos de guerra porque para los cirujanos era imposible saber a ciencia cierta dónde se ubicaba la metralla, de tal manera que cuando intervenían lo hacía un poco a ciegas. 

Sobre esta preocupación, que atormentaba a la científica polaca, escribe las siguientes palabras la escritora y periodista Rosa Montero en su libro La ridícula idea de no volver a verte:


"Cuando regresó a París, Marie empezó a ver los primeros heridos, jóvenes soldados bárbaramente mutilados en los quirófanos de campaña, y su poderosa cabeza, que era tan práctica como genial, enseguida comprendió el papel decisivo que podrían tener los rayos X si conseguía llevarlos al frente, porque permitiría calibrar las fracturas y encontrar y extraer la metralla minimizando la violencia quirúrgica. En un tiempo récord, Madame Curie convenció de su proyecto a las autoridades, se apropió de los aparatos de rayos X que había en las universidades o en las consultas de lo médicos movilizados, consiguió que le cedieran suficientes vehículos de motor en los que instalar los equipos y creó las unidades móviles..." (MONTERO, Rosa p. 185)    

Gracias a su tenacidad y a su gran compromiso social, Madame Curie junto a su hija Irene salvaron las vidas de muchos soldados franceses y revolucionaron a partir de ese momento el diagnóstico en el campo de la medicina.

Pero hay algo más: antes de que Madame Curie se implicara de lleno en esta gran tarea humanitaria, en septiembre de 1914, cuando ya había estallado la guerra, se llevó todo el radio de Francia, que estaba por aquel entonces en París, a la ciudad de Burdeos para que no cayera en manos alemanas.

Lo más impresionante de este hecho es que lo cargó todo en una maleta, que debía pesar una barbaridad, y -como si fuera de viaje- se lo llevó ella sola en tren sin pensar en las fatales consecuencias de estar directamente expuesta a los efectos nocivos del radio.      
Veinte años después de esta guerra, en 1934, esta gran mujer moriría de una anemia aplásica perniciosa derivada de años de exposición a los elementos radioactivos.  

80 años después de su muerte tenemos que recordarla, porque todos le debemos no solo su lucha por el reconocimiento de los derechos de la mujer en una época muy difícil para las feministas, sino el avance en el diagnóstico de muchas enfermedades gracias a los rayos X  y el tratamiento del cáncer a través de la radioterapìa.

Nos despedimos hasta la primera semana de marzo, pues la semana que viene no hay radio escolar debido a las Jornadas Culturales. 

Agradecemos, como siempre, la implicación de los alumnos de 1º y 2º de ESO que participan en este tiempo de radio.



Bibliografía consultada:
Montero, Rosa: La ridícula idea de no volver a verte, Círculo de Lectores, Barcelona, 2013, p.185

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