martes, 18 de marzo de 2014

Algunas divinidades propiamente romanas

A lo largo de este curso esta sección ha estado dedicada mayoritariamente a la mitología griega, que como sabéis fue asumida - al igual que otros ámbitos de la cultura y del saber- en época temprana por los romanos. Esta influencia llegó primero de los territorios de la península Itálica y de Sicilia (la Magna Grecia) que fueron conquistados inicialmente por los griegos hasta que los romanos los incorporaron a su territorio en el 272 a.C. tras la toma de Tarento; y en segundo lugar, llegó dicha influencia cuando los romanos tomaron la Grecia peninsular y el espíritu helenizante inundó la cultura, la filosofía, la mitología o el arte.        

A pesar de esta influencia griega, no penséis que los dioses que adoraban los romanos eran exclusivamente griegos, sino que ellos ya tenían los suyos propios. Algunos de estos dioses tenían carácter auxiliar, y formaban parte de la vida diaria de los romanos. Dado que eran bastantes, en esta sección solo hemos hablado de Abundacia, Amistad, Dolor, Fauna, Fames y Fatum, de tal manera que dejamos para programas posteriores otras deidades  romanas. 

Abundancia. Era una divinidad benéfica  que tenía el aspecto de una ninfa joven y robusta. Era representada con vivos colores, coronada de flores, con un cuerno de Amaltea en la mano derecha y con un manojo de espigas en la izquierda.

Amistad. Esta deidad era representada con la figura de una joven hermosa, vestida con una túnica blanca y con una corona de mirto y flores de granado. Tres lemas la destacaban: sobre su frente se leía "invierno y estío"; sobre su túnica,  "la muerte y la vida"; y sobre la palma de su mano, pegada al corazón, "de cerca y de lejos". Otro elemento que la caracterizaba era la figura de un perro, postrado a sus pies como símbolo de la fidelidad.

Dolor. Era otra divinidad menor, representada en la iconografía con la figura de una mujer cubierta con un velo oscuro, con rostro melancólico, cabizbaja y con las manos apretadas sobre el corazón.  

Fauna. Hermana o esposa de Fauno, era invocada por los romanos porque se pensaba que decía la buenaventura y porque -como Bona Dea- protegía a las mujeres. 

Fauno, el dios latino de la naturaleza.
Fauno. Era el dios latino de la naturaleza, identificado después con el dios griego Pan, el protector de los ganados y de los pastores y al que se festejaba en las fiestas Lupercalias, celebradas en el mes de febrero. Fauno habitaba en los campos y en los bosques como los los sátiros y los silvanos, pero se diferenciaba de ellos por sus ocupaciones estaban vinculadas a la agricultura. En la iconografía se le representaba con el tronco de hombre y con la cabeza y extremidades inferiores de cabra o de macho cabrío. 

Fames. Era el dios romano que simbolizaba el Hambre. Según Virgilio vivía en la antesala de los Infiernos y estaba siempre junto a la Pobreza; y según Ovidio, vivía en Escitia, que era un lugar muy solitario que solo le brindaba para comer una rara vegetación.

Fatum. Era el Hado o la diosa del destino. Su figura estaba muy presente en otras divinidades menores encargadas también de mover los hilos del destino (las Moiras y las Parcas) y en las Sibilas, que como ya vimos en un programa anterior dedicado a la adivinación, eran mujeres que profetizaban el futuro. 

Las Parcas eran tres deidades llamadas Cloto, Láquesis y Átropos, que controlaban el destino del hombre: la primera lo hilaba, la segunda lo devanaba y la tercera lo cortaba.


Átropos o Las Parcas de Francisco de Goya 
Con esta última referencia a la mitología romana nos despedimos hasta la semana que viene, agradeciendo a los alumnos colaboradores de 1º de ESO C en la parte técnica (Francisco y Emilio) el que hayan conducido hoy este espacio radiofónico dedicado a la antigua Roma. 

Bibliografía de la BE consultada:

Merino, Antonio Luigi: Mitología romana, Editorial Andrómeda, 2004, pp. 61-74   

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