miércoles, 6 de noviembre de 2013

De Poseidón al mundo de la adivinación en el mundo grecolatino.

Saturno (Crono) devorando a uno de sus hijos
por Francisco de Goya 
La sección radiofónica "Carpe diem" del martes 5 de noviembre estuvo compartida por alumnos de 4º de ESO B de Latín y por alumnos de 2º de ESO E, los cuales vinieron al estudio para hablarnos por un lado de Posidón, uno de los dioses olímpicos, y por otro lado, del mundo de la adivinación en la antigüedad grecolatina. 

El dios Posidón era hijo de Crono y Rea, y hermano de Deméter, Hera, Hestia, Hades y Zeus. Según la mitología su propio padre, Crono, ante el temor de que uno de sus hijos le usurpase el poder decidió comerse a sus descendientes conforme iban naciendo, a excepción de Zeus, quien gracias a un engaño ideado por su propia madre pudo salvarse. 

Cuenta la leyenda que Zeus, el más pequeño de los hijos de Crono y Rea, cuando se hizo mayor convenció a la oceánide Metis para que  administrara una poción a su padre que le hiciera vomitar a sus hermanos y hermanas. Una vez salvados,gracias a esta estratagema, Zeus desencadenó una guerra de diez años contra su propio padre que fue conocida con el nombre de Titanomaquia.


Finalizado este conflicto y derrotado el dios Cronos, sus hijos se repartieron el mundo, convirtiéndose Zeus en el jefe del Olimpo y en el dios del cielo, Hades en el dios del mundo subterráneo y Posidón en el dios del mar. 


Posidón
De este último dios, Posidón, podríamos decir muchas cosas, pero fundamentalmente se caracterizó por surcar y vigilar los mares en su carro marino acompañado siempre de su tridente; por haber participado en los mitos del ciclo de la guerra Troya junto al dios Apolo; por haber salvado al troyano Eneas en su combate contra el griego Aquiles; por perseguir a Odiseo (Ulises) cuando mató a uno de sus hijos, el cíclope Polifemo; por tener frecuentes relaciones con las deidades de los ríos y de las fuentes; por estar vinculado con los mitos de Andrómeda, Ceneo, Escila, Hele y Polibotes; por tener la capacidad de metamorfosearse; y como todos los dioses, por haber mantenido muchos amoríos a pesar de estar casado, en este caso con Anfititre.


Y después de este interesante dios olímpico, los alumnos de 2º de ESO E nos hablaron -como dijimos antes- del mundo de la adivinación en la antigüedad, comenzando primero por  la definición del concepto de oráculo y finalizando después con la referencia a tres personajes de este curioso mundo: la Pitonisa de Delfos, la Siblila de Cumas y el famoso adivino Tiresias. 

Oráculo de Delfos
En primer lugar, se aclaró el término polisémico “oráculo”, que proviene del latín “oraculum”.

Según la RAE este cultismo presenta las siguientes acepciones:

1.    Respuesta que da Dios o por sí o por sus ministros.
2.    Contestación que las pitonisas y sacerdotes de la gentilidad pronunciaban como dada por los dioses a las consultas que ante sus ídolos se hacían.
3.    Lugar o estatua o simulacro que representaba a la deidad cuyas respuestas se pedían.
4.    Persona a quien todos escuchan con respeto y veneración por su mucha sabiduría y doctrina.

Los antiguos griegos y romanos pensaban que los dioses tenían la capacidad de conocer el futuro. Por este motivo, surgieron por un lado los oráculos que eran unos santuarios en donde los suplicantes se dirigían a sus dioses con la esperanza de obtener una respuesta a sus preguntas;  y por otro lado,  las figuras de los adivinos, de los sacerdotes, de las pitonisas y de las sibilas que servían para interpretar los designios de los dioses. De estos intermediarios los más conocidos en la antigüedad fueron la Pitonisa de Delfos, la Sibila de Cumas y el adivino Tiresias. 

La Pitonisa de Delfos era una sacerdotisa de Apolo que daba los oráculos en el templo de Delfos. En principio solo vaticinaba el futuro al comienzo de la primavera, tras ayunar y mascar hojas de laurel (el árbol de Apolo) durante tres días y después de haberse dado un baño en la mítica fuente Castalia. Terminado este proceso, era conducida por los sacerdotes hasta su trípode en el Templo de Delfos, en donde comenzaba a proferir chillidos y gritos, entrando en una especie de trance tras el cual se desvanecía. Acto seguido eran los sacerdotes los que interpretaban los gritos y las convulsiones de la Pitonisa a los suplicantes  

Por si no lo sabéis el nombre de Pitonisa procede del dios de la Adivinación Pitius.



La Sibila de Cumas era una de las diez sibilas del mundo antiguo, se llamaba Defoiba, vivía en una gruta y su función era comunicarse con el mundo subterráneo y vaticinar el futuro. Se llamaba “de Cumas” porque se creía que vivía en una cueva subterránea en el enclave de Cumas, lugar que los antiguos pensaban que podía ser la entrada del mundo subterráneo.

Según la tradición romana la sibila de Cumas fue la autora de los libros sibilinos, que eran un conjunto de oráculos que fueron adquiridos en época del rey Tarquinio el Soberbio. Estos libros se conservaron en época posterior y eran consultados por los romanos en momentos de crisis.



El adivino Tiresias por J. H. Fussli
Y por último tenemos a Tiresias, uno de los más célebres adivinos de la Grecia antigua junto a Calcante. Cuenta la mitología que Tiresias  era hijo de la ninfa Cariclo y de Everes, siendo por tanto uno de los pocos hombres que nacieron de los dientes del dragón que mató Cadmo. 

De las dos versiones que explican la causa de la ceguera de Tiresias, las más conocida es aquella que justifica esta discapacidad como castigo de la diosa Atenea por haberla visto desnuda mientras se bañaba. Así pues la diosa lo dejó ciego, aunque -en consideración a su madre Cariclo- le concedió el don de la profecía.

Durante su larga vida Tiresias intervino en diversos acontecimientos que tuvieron lugar en Tebas. Así, por ejemplo, informó a Creonte de la verdadera identidad de Edipo y le aconsejó que lo expulsara de Tebas; o profetizó que esta ciudad se salvaría del ataque de los Siete si Creonte sacrificaba a su hijo Meneceo.

Como podéis comprobar el mundo de la mitología y de la adivinación en la antigüedad grecolatina es realmente apasionante. Así que sí algunos de ustedes estáis interesados en saber más os aconsejamos que leáis algunos de los libros sobre mitología que tenemos en nuestra biblioteca escolar.


Bibliografía:

VVAA: Diccionario de mitología clásica, Alianza Editorial, 1997.
Vivet-Rémy Anne-Caherine: "Los oráculos",  De Apolo a Zeus. La venganza de los dioses, Akal, 2005, pp.41-42
VVAA: Latín de 4º de ESO, Editorial Santillana, 2008, p.17
Diccionario on-line de la RAE: http://rae.es/

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