viernes, 16 de abril de 2010

Sobre la unificación de las tallas: un proyecto pendiente del Ministerio de Sanidad

De nuevo volvemos con los comentarios críticos que los alumnos de 2º de BTO están realizando sobre pruebas de Selectividad en Andalucía, y en esta ocasión el texto elegido se incluye en las "Directrices y Orientaciones Generales para las Pruebas de Acceso a la Universidad" para este curso 2009-2010 en Andalucía. Concretamente hemos elegido un editorial del 10 de febrero de 2008 que plantea el tema de la obsesión por la delgadez, asunto que ya abordamos anteriormente a propósito de un artículo de Vicente Verdú, pero en esta ocasión se enfoca a partir del proyecto de unificación de las tallas.

En el año 2006 el Ministerio de Sanidad y Consumo empieza a cuestionarse la necesidad de solucionar el problema de la obsesión por el cuerpo y por la imagen, que muchas mujeres españolas sufrían y siguen sufriendo en la actualidad, y para ello se planteó que uno de los pilares para afrontar este problema estaba en los dictámenes que la moda marca y en las tallas existentes para las que quieren estar a la última. En enero de 2007, siendo Elena Salgado Ministra de Sanidad y Consumo, se llegó a un acuerdo con la Asociación de Creadores de Moda en España, la Agrupación Española de Género de Punto, la Federación Española de Empresas de Confección, El Corte Inglés, Inditex, Cortefiel y Mango para homogeneizar las tallas de las prendas, evitar que la falta de coincidencia en las medidas (según las marcas y fabricantes) ocasionara verdaderos quebraderos de cabeza a la hora de comprar la ropa, promover una imagen saludable de la mujer e instaurar unos nuevos cánones de belleza. Así pues, en esa fecha se consideró que el Instituto Nacional de Consumo debía llevar a cabo un estudio antropométrico de la población femenina a partir de una muestra representativa de 8.500 mujeres de edades comprendidas entre los 12 y los 70 años. En julio de ese mismo año, Bernat Soria sustituye a Elena Salgado, y continúa con este proyecto encaminado a sustituir las actuales tallas, por otro sistema de tallaje, que se correspondería con valores relacionados con la estatura y el perímetro de pecho, cintura y cadera de la mujer española. El citado estudio dio como resultado la aparición de tres morfotipos en la población femenina que recibieron los siguientes nombres: “Cilindro”, “Diábolo” y “Campana”. Tres años después, en 2010, muchos se plantean qué ha pasado con este proyecto, dónde están las nuevas tallas “Cilindro”, “Diábolo” y “Campana” y cuándo se van a adaptar las prendas a la norma UNE-EN 13402, que recoge la “Designación de tallas para prendas de vestir”, en particular en lo que se refiere a las mediciones e intervalos para la fijación de tallas. La verdad es que aún no se ha llevado a cabo,- y parece que no se llevará a término hasta 2015-, pero pienso que debemos confiar en nuestras autoridades sanitarias, en el acuerdo anterior que se firmó en 2007 y en la Comisión de Seguimiento que se dispuso para 5 años, porque cambiar un sistema que lleva con nosotros desde los años 60, época en la que se instauró en las pasarelas un modelo de mujer escuálida y anoréxica cuesta bastante. Por lo pronto ya es un gran paso que desde el Ministerio de Sanidad y desde las asociaciones de comerciantes del sector de la confección y del diseño se contemple que es absurdo un modelo de mujer excesivamente delgada, del mismo modo que es una utopía soñar con el mito de la eterna juventud. Por tal motivo, el acuerdo suscrito en 2007 recoge la importancia de que las modelos que desfilen en las pasarelas, al igual que los maniquíes que se exponen en las tiendas se ajusten a los perfiles biométricos de las féminas españolas, que la talla 38 sea la mínima, y que la 46 no sea considerada como una talla especial, fuera de los dictados de la moda: atrás quedarían esas modelos raquíticas que desfilaban en las pasarelas con una talla 34 y con huesos marcados por todos lados. Esta iniciativa española, no es única en la Unión Europea, porque ya en muchas revistas de moda prestigiosas, dejan de verse modelos anoréxicas, que son sustituidas por mujeres de carne y hueso, mucho más voluptuosas. Deseamos, en definitiva que se acerque el fin de la era anoréxica y de la delgadez patológica de las modelos, de las largas hambrunas, de las dietas obsesivas, de la contabilización pormenorizada de calorías, de los terribles sacrificios para poder seguir los dictados de la moda y entrar en los modelos que tienen unas tallas limitadas, de los productos milagros de belleza con los que nos bombardean a diario en los medios de comunicación, y que asociaciones como ADANER para la defensa y atención a la anorexia nerviosa y la bulimia, no tenga que denunciar a los diseñadores de moda porque hacen desfilar a las modelos con una talla 34.

Una vez analizada la cuestión y su evolución desde el año 2006, los alumnos de 2º de BTO han vertido sus reflexiones en los comentarios críticos de los cuales ofrecemos los siguientes comentarios:

"Moda, estilo, tallas, peso... ¡argh! Ir de tiendas se ha vuelto toda una batalla. Que la prenda que veamos sea bonita no importa, tiene que estar a la moda si no pasaremos nuestra vista sobre ella con desdén. Que la prenda deseada tenga nuestra talla está bien, pero no nos satisface, nos tiene que ir perfecta, tiene que remarcar nuestra belleza, tiene que ser ideal. Nos encanta el vestido pero... no nos favorece... deberíamos adelgazar unos cuantos kilos si no, sería deslucir la prenda. ¿Cuántas veces hemos escuchado estas palabras? ¿Cuántas veces hemos visto a gente comprar ropa que le va pequeña haciéndose promesas que van a adelgazar para poder lucirla? Yo al menos ya me he cansado. No sólo nos hace falta un buen presupuesto para ir a comprar, sino que ahora también nos hace falta el coraje suficiente para enfrentarnos a nosotras mismas y a los cánones de belleza. Hemos optado por hacer regímenes de locura, nos hemos pasado horas en el gimnasio intentando estar perfectas y nos pasamos horas delante de un espejo citando nuestras carencias físicas... y en el transcurso de todo esto, nos hemos olvidado de nosotras mismas, hemos sucumbido a la moda y nos hemos olvidado de ver las cosas buenas que tenemos, nos hemos convertido en lo que los demás quieren ver, no en lo que realmente somos. Realmente con esto no quiero decir que no nos importe el físico ni estar guapas, sino que nos han impuesto una belleza imposible. Millones de mujeres sufren por estar delgadas y en el transcurso enferman por sus hábitos poco saludables, pero no importa, la moda sigue con sus cánones, a los diseñadores no les interesa nuestra vida, sólo el glamour, sólo el vestir a las diosas de la moda, a las que -a su parecer- dan la altura para lucir sus creaciones. Tal vez deberíamos dejar los terribles régimenes y empezar a querernos un poco más a nosotras mismas, saber donde están los limites de lo que nuestro cuerpo puede aguantar y sentirnos bellas tal y como somos sin importarnos como nos quieren ver los demás." (Lorena Campos)
"Se han propuesto chicas de talla 34 como referencia de belleza, pero yo no estoy de acuerdo con ello. Muchas de estas jóvenes tienen serios problemas alimentarios y psicológicos. Creo que no deberían bombardearnos continuamente en los medios de comunicación con el ideal de "cuerpo perfecto" y con los productos "milagro" para adelgazar porque crean falsas expectativas. Hoy en día los creadores de moda consideran una talla 44 como talla grande, cuando en realidad muchas chicas utilizan dicha talla, sin estar por ello gordas. Los modistos son los grandes culpables de esta situación, así pues cuando se unifiquen las tallas, todo será más fácil para encontrar ropa a la moda y adecuada a cada constitución. La sociedad debe cambiar y debe superar esta obsesión por el físico, porque en realidad lo que importa es cómo somos" (Aranxa Sánchez Mata)

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