Hoy en “Tiempo de ciencia” hemos dedicado el programa al tabaco. Todos los años desde que estamos haciendo esta sección de radio he intentado dedicar alguno a concienciaros de que “fumar perjudica seriamente la salud”. Este es un slogan que aparece en las cajetillas, y que mucha gente no se toma en serio. Siempre asociamos el tabaco con las enfermedades respiratorias o el cáncer de pulmón, pero hoy lo vamos a relacionar con nuestro cerebro.
Para hablarnos sobre el tema hemos tenido en nuestra emisora a Yolanda Fernández Morodo y a María Romero Muñoz, alumnas de 1º de bachillerato A, a las que como siempre agradecemos enormemente su colaboración.
Según se desprende de un estudio realizado en Reino Unido sobre 8.000 adultos, bastan cuatro años fumando de manera habitual para que se deterioren de manera evidente la memoria, la capacidad del cerebro de planificar y la destreza para cualquier tarea cognitiva. Si además se padece hipertensión y obesidad, el deterioro de la memoria es mucho mayor, tal y como concluyen los autores del trabajo. “El declive mental cada vez aparece más asociado al envejecimiento, y crece el número de personas que sufren como interfiere en su bienestar cotidiano, porque tienen problemas para recordar palabras o incluso para organizar las tareas que deben realizar a lo largo del día”.
Hay que crear conciencia sobre la necesidad de cambiar ciertos estilos y hábitos de vida debido al riesgo de deterioro cerebral. Una dieta equilibrada, mantener un peso saludable, ejercitarse regularmente, controlar la presión sanguínea y el colesterol, así como no fumar pueden marcar la diferencia.
Los que aseguran que fumar les mantiene la memoria más despierta se acaban de quedar sin argumentos para no dejar los cigarrillos. Un nuevo experimento realizado por la Universidad de Reino Unido revela que los fumadores que dejan el tabaco pasan de recordar un 59% de las tareas en un test de memoria prospectiva a acordarse del 74%. La memoria prospectiva nos permite formular y llevar a cabo intenciones futuras, y es un elemento clave a la hora de coordinar y controlar la mayoría de nuestras acciones cotidianas, como coger las llaves antes de salir de casa, preparar la comida, acudir a una cita o tomar determinada medicación.
En los experimentos, los científicos demostraron además que las personas que nunca han fumado obtienen en las mismas pruebas de memoria un 81% de aciertos. “Sabemos que dejar de fumar tiene beneficios sobre la salud para el cuerpo, pero este estudio muestra por primera vez que también mejora las funciones cognitivas”, explica el autor del trabajo. El siguiente paso será estudiar si la exposición al humo de segunda mano de los llamados “fumadores pasivos” tiene efectos similares sobre el cerebro.
http://www.muyinteresante.es/ifumar-qpudreq-el-cerebro
http://www.muyinteresante.es/dejar-de-fumar-mejora-la-memoria
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