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martes, 3 de noviembre de 2015

En busca del Arca perdida

Comenzamos este nuevo año de programa recuperando nuestra sintonía: la banda sonora de  la conocida película de Indiana Jones. Como un homenaje a la película y al propio protagonista, vamos a indagar qué nos dice la arqueología sobre el tema, vamos a lanzarnos a la búsqueda del “Arca perdida
Rodeada de misterios, todavía hoy es uno de los tesoros más míticos del Antiguo Testamento. Durante siglos, el Arca ha encendido la imaginación de fanáticos, místicos, aventureros, arqueólogos y escritores. Su búsqueda por la historia ha sido incesante, los propios masones o los templarios estuvieron cerca de encontrarla, según muchas de las leyendas que ya forman parte de nuestra historia, pero hasta ahora nada se sabe con certeza y hay muchos que piensan que aunque pudiera haber existido, hoy es sólo eso, leyenda….
Hoy voy a contaros qué se sabe del Arca y de quiénes la buscaron, empecemos…
El Arca de la Alianza, según la Biblia, es la caja que guardaba las Tablas de la Ley de Moisés, es decir, los Diez Mandamientos, y constituye, sin la menor duda, el objeto sagrado más codiciado de cuantos han sido buscados por el hombre en distintos lugares de la tierra, desde África a Oriente Medio.

Helena Toribio

martes, 21 de abril de 2015

Bolonia

Bienvenidos otra vez a “Momentos Arqueológicos”. En el programa de hoy martes  21 de abril nos hemos sumergirdo en el pasado de una de las más bonitas playas de la provincia de Cádiz; y nos hemos adentrado en la Historia de la famosa Ensenada de Bolonia que posee una de las dunas fósiles más espectaculares del litoral gaditano.


La Ensenada de Bolonia se encuentra situada en las cercanías del Estrecho de Gibraltar, sus predominantes vientos de levante han creado una espectacular duna de arena  cuyo avance se ha intentado detener mediante la plantación de pinares que fijen la arena al suelo y detengan su avance. La calidad de sus aguas cristalinas, su maravillosa arena blanca, y la espectacularidad del paisaje en el que se mezclan montañas de arenisca, ruinas romanas, dunas y pinares, hacen de ella una de las playas más bonitas y paradisiacas del sur peninsular. Pero además, esta ensenada esconde un pasado muy rico, con importantes yacimientos arqueológicos, el más conocido de  ellos es la ciudad romana de Baelo Claudia....

Elena Toribio


martes, 10 de marzo de 2015

Luces y sombras de la arqueología

Si te interesa estar a la última de los últimos descubrimientos arqueológicos que se han producido en Andalucía o de la barbaridad que han cometido con la máscara de Tutankamon, te aconsejamos que leas y escuches la sección radiofónica Momentos arqueológicos dirigido por nuestra compañera Elena Toribio, quien -acompañada por algunos alumnos de 1º de ESO A-, ha hecho referencia hoy no solo a los temas anteriores, sino también a algunas de las atrocidades que el Estado islámico está llevando a cabo en la cuna de nuestra civilización. 

martes, 18 de marzo de 2014

La Necrópolis de los Algarves

Hoy martes 18 de marzo hemos hablado en la sección radiofónica "Momentos arqueológicos" de  un  yacimiento arqueológico  muy importante y espectacular,  pero  desconocido para la inmensa mayoría de la población, a pesar de encontrarse muy cerca de nosotros, concretamente  en los alrededores del estrecho de Gibraltar,  en la provincia a de Cádiz.  Se trata de la Necrópolis de Los Algarves. 

Os recuerdo que la palabra necrópolis significa literalmente “la ciudad de los muertos”, es decir, un cementerio.


SITUACIÓN
Esta necrópolis se localiza en el término municipal de Tarifa, a 50 metros del Camping Paloma en el Km 74 de la Carretera Nacional 340  de Cádiz a Málaga.  Se sitúa sobre una colina de roca arenisca con fantásticas vistas sobre el estrecho y a menos de un kilómetro del mar.


CARACTERÍSTICAS GENERALES

La Necrópolis de Los Algarbes es uno de los más importantes complejos arqueológicos de la provincia de Cádiz,  con una cronología que va desde  finales de la Edad del Cobre a  la Edad del Bronce (es decir, está datado hacia fines del III milenio a.C. adentrándose en el II milenio).
Está  formada  por medio centenar de cuevas artificiales excavadas en la roca con distintas formas.  Algunas tienen  cámara de forma circular con entradas a diversos niveles y otras, tienen  una disposición casi simétrica, a ambos lados de un amplio corredor. Destaca también una gran construcción megalítica con un amplio corredor tallado en la roca arenisca, que se puede relacionar con los enterramientos megalíticos de galería cubierta.

Las  sepulturas pueden dividirse en dos grupos. El primero estaría formado por las sepulturas que tienen entrada vertical, con forma de  pozo o silos; y  el segundo, por aquellas con cúpula y con acceso lateral. El yacimiento alberga también una sepultura que difiere totalmente de las anteriores. Se trata de una tumba antropomorfa (es decir con forma humana) destinada posiblemente a un enterramiento infantil.



Se ha planteado la hipótesis de que poseían una posible función de demarcación del territorio, una especie de indicadores de propiedad de los diferentes grupos sociales allí enterrados.

La necrópolis fue  totalmente excavada por Carlos Posac  entre los años 1967 y 1972 y los ajuares encontrados fueron de gran riqueza. Ello nos indica que las personas allí enterradas tenían cierta importancia dentro de la tribu. Entre estos objetos encontrados abundan  las vasijas  y cuencos de cerámica, piezas de bronce, marfil y de oro, objetos de adorno, colgantes y discos perforados de conchas y también encontramos  industria lítica, tanto tallada como pulimentada. 



Algunas de estas cuevas fueron habitadas posteriormente en diversas épocas hasta aproximadamente 1930.

La necrópolis fue rehabilitada en el 2012, gastándose una buena cantidad de dinero, pero por desgracia aún no se ha abierto al público y está empezando a deteriorarse lo cual es una auténtica pena. Esperemos  que se solucionen los problemas para su visita y  pronto podamos disfrutar de esta magnífica necrópolis excavada en la roca arenisca del estrecho.

Elena Toribio

BIBLIOGRAFÍA.

POSAC MON, C.: Los Algarbes (Tarifa). Una necrópolis de la Edad del Bronce, en Noticiario Arqueológico Hispánico, 4, Madrid, 1975, págs. 85-120.

martes, 14 de enero de 2014

El apasionante mundo de las momias.

Hoy en nuestro programa de Momentos Arqueológicos, vamos a hablar de las momias, hilando así con la sección radiofónica anterior en la que los alumnos de Cajón de sastre han comentado la diferencia entre las momias naturales y superficiales. Para ello hemos contado con la colaboración de dos alumnas de 4º de ESO C (Cristina Márquez  e Isabel Mª Romero) y de una alumna de 1º de ESO C (Celia Ruiz) a la que agradecemos su participación en la radio escolar.

La conservación del cuerpo tras la muerte siempre ha despertado nuestra curiosidad y podemos encontrar muchos ejemplos de ellas en la arqueología.

El hombre de Ötzi.
Algunas  son naturales, es decir producidas por azar, sin intencionalidad, como el famoso hallazgo  entre los hielos de los Alpes de Ötzi, el Hombre de Similaun, que es la momia humana natural más antigua de Europa. La causa de la momificación del cadáver fue el frío extremo y perpetuo de la región donde el individuo falleció. Otzi fue encontrado en 1991 por unos alpinistas, pero vivió y murió hacia el 3.300 a. C en la Edad del Cobre o Calcolítico. Es famoso por el estudio de su momia, los científicos han extraído un montón de información, tanta que asusta.. Así sabemos que  Otzi tenía 46 años cuando murió, pesaba 50 Kg y medía 1,59 m. Sabemos dónde pasó probablemente su infancia, qué había comido antes de morir y cuánto. Sabemos que tenía caries, artritis y numerosos tatuajes.  En fin, sabemos que murió asesinado o en una pelea, pues tenía una flecha clavada en el pulmón, lo que le provocó una muerte lenta y dolorosa por asfixia o desangramiento. Que los atacantes debieron ser al menos 4, pues hay restos de sangre de 4 individuos en sus ropas y que al menos hirió a uno de ellos. Pero es que además los estudios de ADN han permitido identificar en la actualidad a 19 personas del norte de Italia y Suiza que podrían ser parientes suyos y lo que es ya exagerado,  varias mujeres se han ofrecido para ser inseminadas con su ADN…

Pero si las momias naturales despiertan nuestra curiosidad, en la Edad Antigua hubo una civilización “especializada” en conseguir que los cuerpos perdurasen, ya que lo consideraban imprescindible para resucitar en el más allá... Estoy hablando de la civilización egipcia. Conservamos cientos de momias egipcias repartidas por todos los museos del mundo, pero hoy vamos a hablar de dos de las momias “fabricadas” y conservadas más famosas del mundo: la de Ramsés II y la de Tutankamón, ambas conservadas en el Museo de El Cairo. Comencemos por la 1ª de ellas…


Como sabéis, acabamos de pasar  la Navidad,  fiesta en la que celebramos el nacimiento de Jesús de Nazaret.  ¿Pero, qué tiene esto que ver con momias y faraones?  Pues veréis, Jesús, era judío y  los judíos  llegaron a su “Tierra Prometida”, Israel,  guiados por Moisés tras escapar de la esclavitud en Egipto. A este hecho se le conoce como el “éxodo” y para muchos investigadores, el  faraón del éxodo  es, ni más ni menos, que  el gran Ramsés II. Y,  ¡tenemos su  momia! ¡Una de las más visitadas y famosas del Museo de El Cairo!. Vamos  a ver qué sabemos de este faraón con fama de mujeriego y  famoso por “batir records”: llegó a vivir casi 100 años, reinó 66,  tuvo más de 100 hijos, sobrevivió a 13 de sus herederos y ha sido la única momia que ha viajado en avión ¡con pasaporte! y ha sido recibida en París con Honores de Jefe de Estado.

Si  uno visita El Cairo puede encontrarse cara a cara, con el rostro enjuto y de nariz aguileña de este faraón de 92 años. Ramsés II es el faraón más importantes de la Hª de Egipto,  por sus hazañas y por la enorme cantidad de monumentos y obras de arte construidas durante su reinado.

La momia de Ramsés II
Reinó entre el 1290-1224 a.C., nieto de Ramsés I e hijo de Seti I, fue el tercer faraón de la dinastía XIX , considerado un dios en vida y  educado desde pequeño para ser faraón.  Su mandato fue famoso por la victoria que  obtuvo sobre las tropas hititas en la localidad de Kadesh, que mandó representar en su famoso templo de Abu Simbel. Pero, participó en otras  batallas, y en muchas de ellas salió vencedor. Para dejar patente su poder, hizo erigir siete templos.  Fundó una nueva capital Pi-Ramsés y firmó el primer tratado de paz del que tenemos noticias con los Hititas.

Se casó varias veces y tuvo  muchas mujeres en su harén, pero la Gran Esposa Real  y la que más amaba fué Nefertari, a la cual le construyó un templo al lado del suyo en Abu Simbel. Durante su largo reinado hubo prosperidad económica y un gran desarrollo cultural, manifestado en la construcción de numerosas obras de arte. Ramsés II murió  ya viejo  de una infección generalizada y con muchos dolores. Su momia, muy bien conservada, es la de un abuelo de 92 años, pero su cuerpo fibroso y calvo y su nariz aguileña nos recuerdan el enorme poder que tuvo que tener en vida.

Pero si la momia de Ramsés II es famosa, hay otra que aún lo es más y que ha hecho correr ríos de tinta desde su descubrimiento  en 1922  por Howard Carter. Estoy hablando de la momia descubierta en la tumba KV62 del Valle de los Reyes  y rodeada de tantas riquezas que aún hoy tiene el record de ser el descubrimiento arqueológico más famoso del S. XX, por sus riquezas y por su maldición… Estoy hablando de Tutankamón

¿Quién fue realmente este joven faraón?, ¿Qué sabemos sobre su vida y su muerte?. Veamos…

La momia de Tutankamón
Tutankamón fue el último faraón de la Dinastía XVIII del Imperio Nuevo egipcio, tenía 9 años cuando comenzó a reinar y 19  cuando murió en el 1327 a. C . No fue, por tanto, un faraón importante, ni conocido en la antigüedad, no realizó grandes hazañas, pero su época fue fascinante.

Hasta hace poco no sabíamos con certeza quiénes eran sus padres, pero los estudios de ADN, han desvelado parcialmente la incógnita. Su padre es sin lugar a dudas, uno de los faraones más interesantes de la Historia de Egipto: Akenatón. El cual, protagonizó una de las  revoluciones políticas y religiosas más interesantes de la Hª de Egipto al pretender sustituir el politeísmo por el culto a Atón, el disco solar. Sobre la madre del faraón había también muchos interrogantes, se pensó que podía ser la famosa Nefertiti,  la Gran Esposa Real de Akenatón, pero tras los estudios de ADN, esa hipótesis se ha descartado. Hoy se sabe que su madre fue la joven dama de la tumba KV35, de la que desconocemos el nombre.
La muerte prematura del conocido también como faraón-niño hizo que se pensase que había sido asesinado, hipótesis que pareció confirmarse cuando tras quitar los vendajes a la momia se descubrió un agujero en su cráneo. Posteriores estudios demostraron que la deformación del cráneo se había originado durante la ceremonia del embalsamamiento, cuando el faraón ya estaba muerto. Empezó a hablarse entonces  de la teoría del envenenamiento, pero en el análisis actual de los cabellos de la momia no se encontró ningún tipo de veneno.

Los últimos estudios han aportado nuevos datos sobre la muerte del faraón. Al parece la momia presentaba una lesión en la rodilla (herida de guerra o de caza) que pudo infectarse y provocarle la muerte. También se ha sabido que el faraón tenía malaria, enfermedad crónica que pudo contribuir también a su muerte. Pero aún hay más, en la tumba de Tutankamón había una colección de más 100 bastones de distintos materiales a los que no se dio, en principio, demasiada importancia. Los estudios de la momia demostraron que el faraón tenía distintas deformaciones óseas, estas deformaciones pudieron ser causadas por la consanguineidad, (los faraones egipcios solían casarse entre hermanos), la malaria habría debilitado, aún más, el sistema óseo y  junto al problema de la rodilla habrían contribuido, en conjunto, a la muerte del faraón.

Como veis Tutankamón es más famoso por su muerte que por lo que hizo en vida, ya que durante mucho tiempo no conocimos ni su existencia, fue el descubrimiento de su tumba, la única no saqueada hasta el momento, los estudios de su momia y la leyenda de su maldición lo que le han hecho famoso, esperemos que estas investigaciones no perturben el sueño del faraón y no nos hagan merecedores de su maldición.

Elena Toribio.

Fuentes consultadas:

martes, 12 de noviembre de 2013

Atapuerca: patrimonio de la humanidad.

Retomando el último programa de Momentos arqueológicos, quiero comenzar esta tercera temporada hablando de uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo y que, curiosamente se encuentra en nuestro país: la Sierra de Atapuerca en Burgos, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000.

 Desde el S. XIX, cuando Darwin nos hizo comprender que no éramos “especiales” y que al igual que el resto de los animales éramos el fruto de un largo proceso de evolución, los científicos han estado intentado dar respuesta a una serie de preguntas: ¿Cuál es nuestro origen?, ¿De dónde venimos?, ¿Quiénes fueron nuestros antepasados?, ¿Cómo nos hemos convertido en lo que hoy somos?, etc

Como era de esperar, en ese siglo en el que Europa dominaba el mundo,  el primer ser humano debería de haber sido europeo. Sin embargo, las investigaciones a lo largo del S. XX en busca de ese eslabón perdido, apuntaban cada vez más hacia otro continente: África.  Esto fue un choque para muchos europeos ya que la cuna de la humanidad parecía estar en el continente más “atrasado” del mundo. Hoy, nadie duda de que la cuna de ese largo conjunto de cambios, que llamamos proceso de hominización, está en África,  y durante mucho tiempo los yacimientos prehistóricos más importantes del mundo estuvieron allí. Cualquier amante de la arqueología prehistórica ha oído hablar de los Austrolopithecus y del hallazgo de sus restos en Laetoli (Etiopía) y en Sudáfrica, o del Valle de Rift y la famosa Garganta de Olduvai, uno de los yacimientos más importantes del mundo en Paleontología humana.

Sin embargo, hoy no vamos a hablar de África, sino del primer europeo y del  mayor yacimiento arqueológico sobre prehistoria humana, no por su antigüedad, que la tiene, sino por reunir la mayor cantidad de restos fósiles de humanos antiguos. Vamos a hablar de la Sierra de Atapuerca y de su importancia…Empecemos…

Vista aérea de la Trinchera del Ferrocarril en la Sierra de Apapuerca
La Sierra de Atapuerca se encuentra situada a unos quince Km al este de Burgos en el corredor de la Bureba, un paso natural entre el Valle del Ebro y la Meseta. Se trata de una pequeña elevación de rocas calizas, horadada por múltiples cuevas formadas por el agua al disolver la caliza. En el S. XIX una compañía minera inglesa excavó una trinchera para una línea de ferrocarril minero que atravesaba dicha sierra. Tras ser abandonada, esta trinchera puso al descubierto numerosas cavidades rellenas de sedimentos con restos humanos y de fauna, con una antigüedad que va desde hace 1.200.000 años hasta unos 200.000. Además de los restos óseos de animales y homínidos se han encontrado multitud de herramientas de piedra tallada que nos permiten ver la evolución de la tecnología humana, desde las herramientas más antiguas (Modo 1), hasta las usadas por nuestra propia especie el Homo Sapiens Sapiens (Modo 4). Actualmente hay 5 yacimientos principales en proceso de excavación en la Sierra, aunque hoy vamos a hablar principalmente de dos: Gran Dolina y la Sima de los Huesos.

La Gran Dolina tiene 18 metros de sedimentos que van desde hace un millón de años hasta unos 200.000. Aunque los restos más antiguos puedan estar en la Sima del Elefante, Gran Dolina es el yacimiento más conocido de la trinchera, por haberse encontrado en ella en 1994 los restos, del que puede ser el primer europeo. Bautizado como Homo Antecessor, esta nueva especie humana pudo ser la primera que llegó a Europa procedente de África hace aproximadamente un millón de años. Junto a ella, han aparecido también  restos de animales que hoy sólo existen en ese continente, como los rinocerontes. Sin embargo, las sorpresas no acabaron aquí. Los investigadores de Atapuerca han identificado, en numerosos restos de Homo Antecessor, marcas de cortes que sólo pueden haber sido producidas por una herramienta de piedra. La presencia de tales marcas, idénticas a las registradas también en los restos de fauna, sugiere que estos homínidos practicaban el canibalismo. Es decir, estos primeros europeos eran caníbales. Aún no se ha terminado de excavar Gran Dolina, así que este yacimiento puede depararnos nuevas sorpresas…

           
La Sima de los Huesos es una pequeña cámara situada en la base de un pozo vertical de unos 13 metros de profundidad situado en la parte más profunda de la Cueva Mayor y de difícil acceso. Su nombre nos da una pista de lo que se ha encontrado allí: unos 180 esqueletos de oso y más de 5.000 fósiles humanos de ambos sexos y distintas edades pertenecientes a la especie Homo Heidelbergensis (es decir, pre-Neanderthales). Esto ha convertido a la Sima de los Huesos en el yacimiento más rico del mundo. Se ha estimado que la colección de fósiles humanos de la Sima de los Huesos supone el 90 por ciento de todos los que existen en el mundo de esta época. Entre los restos recuperados de estos antepasados de los Neandertales destacan numerosos cráneos (entre ellos el conocido Cráneo 5), centenares de dientes, una pelvis completa (denominada Elvis), varios fémures y hasta los huesos más pequeños del cuerpo humano: los del oído.

La Sima de los Huesos nunca fue un lugar de ocupación por parte de los humanos. ¿Cómo llegaron sus huesos allí? Todo indica que fue un lugar especial para aquellos pobladores; un lugar adonde se acudía para depositar a los miembros fallecidos del grupo. La única pieza de industria lítica encontrada en la Sima fue  un bifaz, llamado Excalibur, de cuarcita roja y ocre, perfectamente tallado y “nuevo”. Podría tratarse de una especie de ofrenda a los muertos, en este caso, estaríamos ante el primer ajuar de la Prehistoria, y nos indicaría la existencia de una mente simbólica, capaz de reflexionar sobre el significado de la vida y la muerte, en el Homo Heidelbergensis.

Tanto por su extraordinaria riqueza paleontológica como por las profundas implicaciones del descubrimiento del bifaz, la Sima de los Huesos es, sin duda, un yacimiento único en el mundo.

Aunque ahora hemos querido hablar sólo de estos dos yacimientos, la Sierra de Atapuerca contiene restos de toda la Prehistoria humana desde el Paleolítico inferior hasta la Edad de los Metales.

Pero, aún queda mucho por excavar y estoy segura de que sus descubrimientos seguirán ocupando las páginas o, mejor dicho, las “ondas” de este pequeño programa de radio.

Bibliografía:  “Yacimientos de la Sierra de Atapuerca”. Patronato de Turismo de la provincia de Burgos.

Alumnos de 4º de ESO que han participado hoy en la radio escolar

Elena Toribio

martes, 15 de octubre de 2013

Atapuerca: Patrimonio de la Humanidad.

En este primer programa de la quinta temporada dedicado a la arqueología, nuestra entusiasta y aventurera experta del Dpto. de CCSS nos ha hecho un avance de los contenidos del próximo espacio, pues el tiempo se nos ha echado encima y ha sido imposible que Elena Toribio y sus alumnas de 4º de ESO nos hablen de uno de los yacimientos arqueológicos más importantes no solo de España, sino también del mundo. Nos referimos, obviamente, a Atapuerca, considerada desde el año 2000 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


Así pues, amantes de la arqueología, estad atentos a la próxima emisión de este espacio porque seguro que vais a disfrutar con la historia que rodea a este importante enclave situado en Burgos. 

jueves, 30 de mayo de 2013

Schulten: en busca de la ciudad perdida de Tartessos.

“Hace casi 3.000 años existió en Andalucía una civilización rica y avanzada cuya grandeza, cuentan los eruditos, no fue igualada en mucho tiempo. A aquel pueblo, admirado por los griegos y cuyas  naves, según la Biblia, habían llegado a comerciar hasta con los egipcios, se le denominó Tartessos, como el río que lo atravesaba, el actual Guadalquivir. La explotación de sus minas de oro y plata y el comercio con los fenicios la habrían convertido en una sociedad más o menos organizada y rica que fue conocida como la primera civilización de Occidente”. 

Esta era la creencia general entre los amantes de la arqueología a comienzos del S. XX, cuando  la arqueología era una de las ciencias de moda, capaz de hacer soñar con reinos míticos como la Atlántida, inventar naciones o dar vida a faraones. Ya   H. Schliemann había demostrado a finales del S. XIX, tras los descubrimientos de Troya y Micenas, que muchas leyendas de la antigüedad tenían una base real. A comienzos del S. XX muchos aventureros extranjeros encontraron en Andalucía y otras zonas de España un terreno propicio para sus anhelos de gloria, iniciando excavaciones que en muchos casos contaban con el interesado apoyo de gobernantes y magnates, ávidos de ver crecer sus colecciones y su fama.
Alumnos colaboradores en la sección "Momentos arqueológicos". 

Uno de estos aventureros fue el historiador y arqueólogo alemán Adolf Schulten, quien había ganado fama internacional a principios de siglo, tras el descubrimiento de Numancia, la mítica ciudad celtíbera arrasada por no querer someterse al  poder romano. En los años 20,  Schulten, inició en el Parque Natural de Doñana la búsqueda de Tartessos, esa civilización mítica que multitud de estudiosos desde el siglo XVI habían situado en esta zona del sur europeo y que estaba emparentada en la mente de algunos con la Atlántida de Platón, con el mito de Hércules, los bueyes de Gerión o las naves de Tarshish citadas en la Biblia. Schulten dedicó toda su vida a encontrar su capital, vivió y amó a España, excavó en Doñana, pero no lo consiguió y murió medio loco y obsesionado en Alemania en 1960.

Hace unas semanas el Museo Arqueológico de Jerez presentaba al público el documental titulado El Tartessos de Schulten. La conquista de la ciudad perdida, cinta que, dirigida por el jerezano Antonio Lobo, se había estrenado el año pasado en el Festival de Málaga del Cine Español.

¿Pero que sabemos hoy de la mítica Tartessos? ¿Qué nos cuentan los libros, los estudiosos y la arqueología?

Hoy, la mayor parte de los historiadores piensan que Tartessos no fue una “gran ciudad” sino una civilización formada por varios asentamientos humanos que vivió en lo que hoy son las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz entre los siglos IX y VII antes de Cristo. Fue la civilización más importante del sur de la Península Ibérica a finales de  la Edad del Bronce y habría surgido por el contacto comercial entre los habitantes de esta zona y los fenicios llegados desde el otro extremo del Mediterráneo para comerciar en busca de los preciados metales: plata, cobre, estaño y oro, a cambio entregarían como pago lujosos objetos procedentes de Egipto, Mesopotamia y la zona fenicia.

Restos de la civilización tartésica han aparecido en los bordes de la marisma del Guadalquivir, (antes un gran golfo marino al que los romanos denominarían “Lago Ligustino”), como en Mesas de Asta, y en diversos lugares de las provincias de Huelva y Sevilla. De entre los diversos restos arqueológicos encontrados quiero destacar dos famosos “tesoros” encontrados en la provincia de Sevilla y alguno de ellos muy cerca de aquí…

Empecemos por el más cercano, los famosos candelabros de Lebrija. En abril de 1923 unos trabajadores que estaban sacando arcilla en la zona del castillo en Lebrija encontraron enterrados  “a profundidad de  muchos metros”  seis grandes objetos de oro que por su forma denominaron ”candelabros”. Estos, habrían pertenecido a un templo o santuario tartésico o fenicio que habría existido en época protohistórica en el Cerro del Castillo, dominando la desembocadura del Guadalquivir. Aunque se les llamó candelabros hoy no se sabe con exactitud su función y algunos investigadores consideran que podrían ser una representación esquemática de la divinidad.

El otro es el conocido como “Tesoro del Carambolo”  encontrado en los alrededores de Sevilla en 1958  por unos trabajadores que estaban haciendo unas obras de ampliación de la Sociedad de Tiro de Pichón. La sorpresa fue enorme cuando en un recipiente de barro cocido encontraron joyas “profusamente decoradas, con un arte fastuoso, a la vez delicado y  bárbaro, 21 piezas de oro de 24 quilates, con un peso total de 2.950 gramos.”.  Todavía hoy los investigadores no se ponen de acuerdo sobre su función, podrían ser la joyas de un rey o reina, de un sacerdote o de un buey sagrado, tampoco están seguros de si son fenicias o tartésicas, pero lo que es indudable es que son el testimonio de una civilización perdida que aún nos asombra…

Schulten buscó una ciudad perdida y fabulosa, nosotros nos hemos encontrado con una sorprendente civilización aún llena de incognitas y quién sabe si mañana alguien hará un nuevo descubrimiento igual de mítico y sorprendente…

Elena Toribio
Bibliografía:

jueves, 25 de abril de 2013

Recuperan en Huelva una escultura fenicia que intentaban vender por internet.


Agentes del Equipo de Investigación del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), pertenecientes a la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, han recuperado para el Patrimonio Histórico, una escultura de origen fenicio de 2.700 años de antigüedad. La investigación que ha permitido recuperar esta figura, se inició el pasado día 1 de abril, cuando los guardias civiles tuvieron conocimiento, a través de un arqueólogo de la Universidad de Huelva, sobre la venta de una escultura de bronce y de origen fenicio que se estaba llevando a cabo en una conocida página web de subastas por Internet. El vendedor de origen sevillano no pudo acreditar su procedencia, por lo que tras comprobar su autenticidad, se procedió a su incautación.

Pieza recuperada.
El bien arqueológico se corresponde con una estatuilla en bronce, de producción fenicia, cuyo lugar de aparición sería la provincia de Huelva. Presenta un estado de conservación aceptable con focos de cloruros y carbonatos, que apuntan a su extracción de algún yacimiento terrestre de posible cronología protohistórica del litoral o prelitoral onubense.
La escultura  se corresponde con una figura masculina que representa al dios egipcio Reshef o al dios sirio-cananeo Melqart que es también considerado por los orientales como el protector del comercio marítimo. Los fenicios, en su expansión hacia Occidente, establecieron múltiples santuarios dedicados a este dios en los puntos de mayor interés comercial; uno de ellos pudo estar en Huelva, importante emporio durante este período.
Los paralelos de este tipo de pieza más próximos son el aparecido junto a la isla gaditana de Sancti Petri y el encontrado por un pescador en las inmediaciones del Muelle del Vigía en la Ría de Huelva y que también fue intervenido por el SEPRONA de la Guardia Civil y que en la actualidad está expuesto en el Museo de Huelva.
Pieza similar que se encuentra en el Museo
Provincial de Huelva.
La pieza, de 38 centímetros de alto, reproduce la iconografía característica de esta deidad fenicia, apareciendo representado en la cabeza, una corona faraónica flanqueada por las dos plumas (Atef) de la diosa egipcia Maat (la justicia), si bien parte de la extremidad distal de esta ha sido cortada con una radial, debiéndose de haber perdido en esta agresión, en torno a dos centímetros de la misma. La figura que aparece dividida en total en cuatro partes, necesita una urgente restauración que se va a llevar a cabo en breve. Una vez concluida,  está previsto que se exponga junto a otras dos  que ya se encuentran en el Museo de Huelva para que pueda ser visto por los ciudadanos. El espacio museístico controlará en todo momento las condiciones higrotérmicas para garantizar su conservación preventiva.

Asimismo, el delegado de la Junta ha solicitado la colaboración ciudadana para evitar expolios o para advertir de hechos irregulares que atentan contra el patrimonio común. "El vasto y rico patrimonio cultural e histórico de Huelva es un activo a conservar, que precisa el concurso y la implicación de toda la sociedad", ha concluido.

Elena Toribio

NOTA. Desde la radio escolar nuestra compañera Elena Toribio nos ha hablado de  las nuevas réplicas arqueológicas que están ya en la Biblioteca Escolar y ha animado a los alumnos a que se pasen a verlas.
Bibliografía:

lunes, 25 de febrero de 2013

El Cádiz fenicio: la primera ciudad de Occidente.



Si en nuestro último programa hablábamos de la mítica ciudad de Troya, hoy volvemos  a Cádiz del que ya hablamos en nuestro primer programa. Vamos a hablar de esta maravillosa ciudad que tiene el record de ser la más antigua de occidente, pero que, a diferencia de Troya,  aún está viva y “coleando”.  Una ciudad con 3.000 años de historia que nos permite disfruta de su sol  y aún nos hace reír y vibrar con su carnaval y sus chirigotas, vamos a hablar de la perla de Occidente, de la mítica … Gadir, Gades  o Cádiz

Desde la antigüedad, la tradición afirmaba que Gadir había sido fundada  “ochenta años después de la caída de Troya”, es decir, hacia el año 1.104 a. C., y aunque esta fecha parecía demasiado lejana, recientes descubrimientos de  algunas estructuras urbanas, nos sitúan ya en pleno en el S. IX a C., tal vez después de todo, los arqueólogos deban darle la razón al historiador romano Veleyo  Patérculo.

Pero es el geógrafo griego Estrabón  quien, basándose en otro relato más antiguo de Posidonio, nos habla de cómo los fenicios  procedentes de Tiro, siguiendo las indicaciones de un oráculo fundaron la ciudad de Gadir. Según este relato, el oráculo mandó a los tirios fundar una ciudad más allá de las columnas de Hércules o Heracles.  Tras dos intentos fallidos uno al este y otro al oeste del Estrecho de Gibraltar, en los que los sacrificios ofrecidos a los dioses no resultaron favorables, la tercera intentona se saldó con éxito. La nueva colonia recibió el nombre de la muralla que la rodeó, pues gadir era el nombre que los fenicios daban a un “recinto cerrado.

El emplazamiento de la ciudad seguía el patrón de los asentamientos fenicios, se buscaban lugares fácilmente defendibles: islas cercanas a la costa (como la propia Tiro), penínsulas y promontorios (como Cartago) y lugares elevados en el interior (como Asido=Medina Sidonia), todos ellos próximos a ríos navegables por los que penetrar hacia el interior. En el caso de Gadir, la ciudad presentaba una geografía particular. En realidad, se trataba de un archipiélago formado por tres islas: las Gadeirai, las “gaditanas”. Las dos más occidentales (Eritheia y Khotinoussa) estaban unidas por un tómbolo, un barrera arenosa formada por los sedimentos del río Guadalete. La tercera, al este, era la de Antípolis. El largo tómbolo arenoso permitía a los barcos fondear en cualquiera de sus lados y  defenderse de los vientos dominantes de levante o poniente, lo que convertía a Gadir en un puerto privilegiado y situado en una posición estratégica inmejorable, en el punto de unión de la Europa atlántica, el próximo oriente y  África.

Los tirios sabían esto, de hecho lo iban buscando, habían llegado a aquel remoto lugar de Occidente en busca de metales, de plata, sobre todo, pero también de oro y estaño. Y en el bajo Guadalquivir contaban con un proveedor excepcional de plata: el mundo tartésico. Según los relatos antiguos  Tartessos era tan rico que “los primeros fenicios obtuvieron a cambio de aceite y pacotilla una cantidad de plata tal, que como no cabía en sus barcos se vieron obligados a hacer de plata todos los utensilios del barco, incluso las anclas…”. Aunque esto es un poco exagerado, lo cierto es que el comercio de metales fue muy importante, pero además,  la economía de la ciudad también se sustentaba en la pesca del atún y en la exportación de productos agrícolas y de salsas como el famoso garon, el garum de los romanos.

Pero Gades  también era famosa por sus bailarinas (las puellae gaditanas) y por los valientes marinos que desde la ciudad exploraron el Atlántico hasta el Mar del Norte y el Golfo de Guinea, incluso  se ha llegado a pensar que pudieron circunnavegar África y que pudieron alcanzar las costas de  Brasil…

Estos aguerridos marinos vivían en una ciudad de la que sabemos poco sobre su aspecto, aparte de la presencia de los templos de la diosa Astarté y de Melkart. Melkart, patrono de marinos y comerciantes, era el principal dios de Tiro y de Gadir, al que los fenicios rendían especial culto y en cuyo templo encontramos numerosos exvotos formados por figurillas de bronce. Más tarde este dios se fundió con el griego Heracles para terminar convirtiéndose en el Hércules tan presente en el estrecho de Gibraltar.  El santuario contaba con un famoso oráculo y allí se cerraban tratos y acuerdos comerciales. Gadir contaría también con murallas, torres y puertas monumentales, de las que no conocemos apenas casi nada.

Lo poco que sabemos de la vida cotidiana de los fenicios gaditanos lo conocemos a partir de los ajuares de la necrópolis, la ciudad de los muertos. Aunque  sean especialmente famosos  los sepulcros antropomorfos de Cádiz, otras tumbas nos han proporcionado más información. En sus  ajuares  incluían  desde cerámicas domésticas hasta objetos de lujo; entre estos últimos se encontraban joyas, pendientes, anillos, cuentas de collar y piezas de origen egipcio como los alabastros para ungüentos y perfumes, y los escarabeos (piezas en forma de escarabajo, animal sagrado para los egipcios).  En relación con esto, el pasado mes de diciembre se dio a conocer la noticia  del descubrimiento  cerca de Puertatierra de 12 nuevas tumbas de época púnica, junto a otras de época romana, bajo el solar de la Subdelegación del Gobierno de  Cádiz.  En ellas se han encontrado decenas de objetos egipcios, lo que prueba los  habituales vínculos comerciales de Gadir con Egipto.

Y hablando de Egipto y con esto termino, aprovecho para recordaros que ya está expuesta en la biblioteca la vitrina con las nuevas “piezas del trimestre” y que pronto sacaremos las preguntas del concurso, os animo a visitarla y a concursar.

FUENTES:



Elena Toribio