Este jueves, 20 de Noviembre, se celebra el Día de la Infancia. En este día sobre todo debemos recordar la situación de los niños y niñas de Países Pobres, cuyos derechos, en la mayor parte de los casos, no son ni siquiera contemplados. Desde nuestra atalaya de País Rico lo que podemos hacer, como poco, es concienciar a nuestros alumnos de la vida muelle que llevan y hacerles ver que forman parte del reducido grupo de niños que, a nivel mundial, gozan de educación, sanidad, acceso al agua potable, oportunidades de ocio, vivienda digna, alimentación adecuada etc.
He encontrado un texto de Carmen Posadas titulado Marcos y Moses precioso y desolador, que ilustra este tema y nos muestra, en toda su crudeza, el contraste entre País Desasorrollado/País en desarrollo (léase pobre).
Marcos y Mosés
Marcos nació en una familia de siete hermanos. Su madre tuvo un parto difícil, pero gracias a la ayuda médica nació sin ninguna tara. Mosés también tiene siete hermanos. Durante el embarazo, su madre tuvo problemas y él nació con un pulmón oprimido que ahora le impide respirar con facilidad.
Marcos nació en una familia de siete hermanos. Su madre tuvo un parto difícil, pero gracias a la ayuda médica nació sin ninguna tara. Mosés también tiene siete hermanos. Durante el embarazo, su madre tuvo problemas y él nació con un pulmón oprimido que ahora le impide respirar con facilidad.
Mosés nació ayudado por su tía y su abuela, expertas ganaderas. Marcos disfruta de una alimentación sana y equilibrada. Come verduras, carne, pescado, hierro, fósforo, hidratos de carbono... A Mosés se le cayeron los dientes debido a la desnutrición. La comida preferida de Marcos es el pollo, y el jamón serrano. Mosés no lo ha probado nunca, pero seguro que le gustaría.
Marcos tiene un abrigo de cuadros para los días de frío. Mosés tiene más suerte, porque en su país casi nunca hace frío y no necesita ropa. Es una suerte doble, porque aunque la necesitara tampoco la tendría.
Marcos sale de su casa para ir a jugar al parque y dar un paseo. Mosés siempre está fuera de casa.
Marcos no conoce a su padre y no sabe dónde está. Mosés tampoco lo conoce, pero sabe que murió en la guerra, aunque no contra quién luchaba.
Marcos no irá nunca al colegio ni aprenderá a leer. Mosés tampoco.
La esperanza de vida de Marcos es de unos 20 años. La de Mosés es mayor, pero él quizá no llegue a cumplir los 20.
Marcos es un setter irlandés; Mosés, un niño africano.
1 comentario:
Realmente impactante, sobre todo por que es absolutamente cierto.
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