El pasado viernes, durante la Ceremonia de graduación de los alumnos y alumnas de 2º de Bachillerato y Ciclo Formativo, Rosa María Calderón, en representación de los profesores y profesoras del I.E.S., también emocionó a los asistentes con las siguientes palabras:
"Todos los años en el Acto de Graduación uno de nosotros salta a la palestra y pronuncia unas palabras dirigidas a los alumnos. Esta vez, me ha tocado a mí, supongo que el motivo es que llevo con la mayoría de ustedes cuatro años y os conozco, creo, bastante bien.
Cuando me lo propusieron, realmente no sabía de qué hablar, pensé que os lo había dicho todo, pero tal vez me quedaba “la última lección”, y esta vez no iba a ser de Lengua y Literatura, sino un consejo sobre cómo afrontar la vida, este amplio y maravilloso camino que ya habéis iniciado y que os queda por recorrer.
No hay recetas mágicas, ni verdades absolutas, todo es relativo, pero sí hay principios y valores universales, y tal vez sea la honestidad, la cualidad por la que una persona se determina a actuar en favor de la verdad, de la justicia y del juego limpio, y ello le lleva a tener honor, al cumplir con sus deberes sociales con respecto al prójimo y con respecto a sí mismo, y con ello a tener honra, estima, integridad y respeto de la dignidad propia.
A lo largo de vuestras vidas, y ya lo habréis comprobado, encontraréis muchos obstáculos que superar, pero como dice Randy Pausch “los muros existen para darnos la oportunidad de demostrar hasta qué punto deseamos algo”, y todo aquello a lo que aspiramos en la vida implica un esfuerzo, un afán de superación y un ejercicio de responsabilidad, por este motivo “quejarse no es una buen estrategia. Es muy improbable que el tiempo que invertimos quejándonos nos ayude a conseguir nuestras metas. Y no va a hacernos más felices”.
En La joven de las naranjas de J. Gaarder un padre le dice a su hijo: “nadie se ha despedido llorando de la geometría de Euclides o del sistema periódico de los átomos. Nadie se echa a llorar porque va a ser desconectado de internet o de la tabla de multiplicar. Es del mundo de lo que uno de despide, de la vida, del cuento. Y al mismo tiempo, uno se despide de una pequeña selección de seres queridos”, en este caso, yo como profesora, me despido de mis alumnos, con los que he compartido muchas horas de clase, momentos buenos, también malos, deseando que consigáis vuestros sueños profesionales y personales, y sobre todo que seáis honestos con los demás y con ustedes mismos.
Muchas gracias. "
"Todos los años en el Acto de Graduación uno de nosotros salta a la palestra y pronuncia unas palabras dirigidas a los alumnos. Esta vez, me ha tocado a mí, supongo que el motivo es que llevo con la mayoría de ustedes cuatro años y os conozco, creo, bastante bien.
Cuando me lo propusieron, realmente no sabía de qué hablar, pensé que os lo había dicho todo, pero tal vez me quedaba “la última lección”, y esta vez no iba a ser de Lengua y Literatura, sino un consejo sobre cómo afrontar la vida, este amplio y maravilloso camino que ya habéis iniciado y que os queda por recorrer.
No hay recetas mágicas, ni verdades absolutas, todo es relativo, pero sí hay principios y valores universales, y tal vez sea la honestidad, la cualidad por la que una persona se determina a actuar en favor de la verdad, de la justicia y del juego limpio, y ello le lleva a tener honor, al cumplir con sus deberes sociales con respecto al prójimo y con respecto a sí mismo, y con ello a tener honra, estima, integridad y respeto de la dignidad propia.
A lo largo de vuestras vidas, y ya lo habréis comprobado, encontraréis muchos obstáculos que superar, pero como dice Randy Pausch “los muros existen para darnos la oportunidad de demostrar hasta qué punto deseamos algo”, y todo aquello a lo que aspiramos en la vida implica un esfuerzo, un afán de superación y un ejercicio de responsabilidad, por este motivo “quejarse no es una buen estrategia. Es muy improbable que el tiempo que invertimos quejándonos nos ayude a conseguir nuestras metas. Y no va a hacernos más felices”.
En La joven de las naranjas de J. Gaarder un padre le dice a su hijo: “nadie se ha despedido llorando de la geometría de Euclides o del sistema periódico de los átomos. Nadie se echa a llorar porque va a ser desconectado de internet o de la tabla de multiplicar. Es del mundo de lo que uno de despide, de la vida, del cuento. Y al mismo tiempo, uno se despide de una pequeña selección de seres queridos”, en este caso, yo como profesora, me despido de mis alumnos, con los que he compartido muchas horas de clase, momentos buenos, también malos, deseando que consigáis vuestros sueños profesionales y personales, y sobre todo que seáis honestos con los demás y con ustedes mismos.
Muchas gracias. "
1 comentario:
Discurso muy sentido y sincero, como desagravio de graves injusticias, con una fuerte carga emotiva. Un rotundo acierto por lo medido de sus palabras pero diciendo lo que tenía que decir, cosas que parecen obvias pero que tienen que ser recordadas porque a algunos/as se les han olvidado (en el caso de haberlas tenido alguna vez, cosa que dudo).
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