Casi como el famoso aventurero sesentón me sentí durante los primeros días de este curso mientras buscaba el aula de cuarto. Como os habréis dado cuenta los grupos han cambiado de ubicación y, aunque los primeros días tenían carteles indicativos, éstos han durado menos que una saliva en una plancha. Las hordas de pigmeos que pululan por los pasillos inferiores han dado cuenta de ellos, con lo que encontrar el aula deseada se ha convertido en una misión peligrosa.
Sólo espero que, una vez pasada la vorágine de los días previos a la feria, las cosas se tranquilicen y podamos llegar a nuestro destino sin temor a recibir algún empujón de algún miembro de estas tribus.
1 comentario:
estoy en cuarto y es verdad que pasar por el pasillo de 1ºes un infierno, no nos dejan estudiar sin un chillido por cada minuto que pasa.
creo k mas de uno tiene complejo de tarzán.
fdo:jesus
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