miércoles, 30 de enero de 2013

Pasión por el chocolate.

"Mi mamá dice que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes qué te va a tocar" (Forrest Gump, 1994)


Decían Christine Mcfadden y  Christine France en La gran enciclopedia del chocolate que “uno de los tesoros más valiosos jamás descubierto por el hombre han sido los frutos del árbol Theobroma cacao, la fuente original de la que se obtiene el chocolate. De textura suave, sabor intenso, sutilmente perfumado y agradable a la vista, el chocolate es una fuente abundante de placeres sensoriales y un alimento que casi todo el mundo adora” (p. 6., Tomo de Historia del chocolate). El nombre científico de “Theobroma cacao”, procedente de la unión de dos raíces griegas (“theos” que significa dios + “broma” que significa brebaje),  fue puesto por el botánico sueco del siglo XVIII, Linneo, quien precisamente fue el autor del sistema binomial de la clasificación de los seres vivos. Linneo consideró que este término reflejaba mejor la creencia que tenían los mayas de que su fruto era de origen divino.  
Litografía del siglo XVII en la que puede verse una escena en la que unos indios aztecas
cosechan , preparan y cuecen chocolate.
El origen, pues, de esta sustancia para muchos adictiva y sensual, se hunde en las primitivas civilizaciones mesoamericanas, los olmecas y los aztecas, que vivieron en América central y que serían descubiertos  por los conquistadores españoles, siendo el primero de ellos Cristóbal Colón en su cuarto y último viaje cuando desembarcó en la isla Guajana, frente a las costas hondureñas;  y después, Hernán Cortés, quien sería el primero que realmente se daría cuenta del potencial que tenía el cultivo del cacao. De hecho, este último conquistador, tras  fracasar en su intento de hallar Eldorado, se centró en aquellos granos de cacao que los aztecas le habían ofrecido en ocasiones anteriores y así fue el iniciador de las explotaciones de cacao en El Caribe. Los españoles, que habían descubierto el oro líquido y que fueron los primeros  en crear una planta de procesamiento  del chocolate en Europa (1580) no pudieron controlar  por mucho tiempo el monopolio de su explotación, pues la popularidad de este delicioso manjar se extendió entre los europeos y pronto otros países se lanzaron a su cultivo  y comercio no solo en América, sino también en las Indias Orientales, Java, Sumatra, Filipinas, Nueva Guinea, Samoa, Indonesia o Martinica.

Lasse Hallström dirigió también otras
magníficas cintas que os recomiendo: Mi vida como un perro,
Las normas de la casa de la sidra y
recientemente, La pesca del salmón en Yemen

  
Muchos de ustedes os preguntaréis qué sentido tiene esta introducción en un programa radiofónico  que se dedica al cine y a la literatura. Pues veréis, de la misma manera que el chocolate despierta el placer de los sentidos en el que lo consume, también ha inspirado a escritores y directores de cine que se han dejado seducir por este manjar de los dioses. Recordemos, por ejemplo, la estupenda película Chocolat  del año 2000, dirigida Lasse Hallström y basada en la obra homónima de Joanne Harris, la cual obtuvo cinco nominaciones a los Oscar en las categorías de mejor película, mejor actriz principal (Juliette Binoche), mejor actriz de reparto (Judi Dench), mejor guion adaptado y mejor música.


Añadir leyenda
El argumento de esta película es el siguiente: Vianne Rocher (Juliette Binoche), que es madre soltera, y su hija pequeña Anouk (Victorie Thivisol), llegan a un pequeño pueblecito llamado Lansquenet en plena Cuaresma, y deciden abrir una peculiar chocolatería. Las nuevas vecinas ponen en alerta a los habitantes de lugar, y sobre todo a su alcalde, quien obsesionado con el puritanismo y el cumplimiento de las tradiciones, considera que es pecaminoso el estilo de vida de Vianne y de su hija, y sobre todo el placer que poco a poco va provocando el consumo del chocolate en los habitantes del lugar que entran en su encantador establecimiento. El alcalde decide declarar la guerra a Vianne para que abandone el pueblo, y cuando este ha conseguido prácticamente su objetivo, aparece un grupo de gitanos, entre los que se encuentra el atractivo Jhony Depp, cambiando con su presencia la situación.



Rachel Portman, autora de la banda sonora
de Chocolat

Pero si esta película envuelve con su magia desde el primer momento al espectador, no solo es por la historia y las magníficas actuaciones del elenco de actores, sino por la estupenda banda sonora que desde el principio nos transporta a una amable fábula. Me vienen dos imágenes a la cabeza en donde la música es fundamental: en primer lugar, la llegada de madre e hija al pueblo en pleno temporal de viento y nieve, en donde el viento significa el cambio de vida; y las escenas que acompañan a la transformación de un destartalado local en una chocolatería, en el que la música nos quiere transmitir el deseo de libertad y creatividad. 

  

Este libro lo podrás encontrar en la biblioteca del instituto
Y siguiendo con Jhony Depp  hay una película de obligada mención en este especial dedicado al chocolate, que es obviamente Charlie y la fábrica de chocolate, una película dirigida por Tim Burton, basada en la obra homónima de Roal Dahl, en donde este estupendo actor interpreta al excéntrico Willy Wonka, el dueño de una fantástica y excepcional fábrica de chocolate. Hay que decir que esta novela de Roal Dahl fue llevada al cine por primera vez por Mel Staut en 1971, pero realmente fue la versión de Tim Burton la que alcanzó más fama.

Primera adaptación cinematográfica de la obra realizada en 1971 por Mel Stuart.
El argumento de esta historia es el siguiente: Charlie Bucket (Freddie Highmore), un niño muy bueno de una familia muy pobre, gana un concurso, junto a otros cuatro niños de diferentes partes del mundo, para disfrutar de una visita durante todo un día a la gigantesca fábrica de chocolate dirigida por el excéntrico Willy Wonka (Johnny Depp) y su equipo de Oompa-Loompas. La fábrica se parece a un mundo fantástico y mágico lleno de diferentes sabores, todos muy dulces. (cfr. Filmafinity)



La pasión por el chocolate es también capaz de unir a dos personas y esto es lo que ocurre con la comedia romántica francesa, Tímidos anónimos (2010), dirigida por Jean Pierre Améris. A continuación os ofrecemos la sinopsis y un breve comentario de la mano del crítico José Arce publicado en la página LaButaca.net.: se trata de una  película “que consigue arrancar carcajadas en el espectador al plantear un amor plagado de paranoia, nervios, indecisiones y miedos compulsivos. La pareja central, estupenda, impulsa una película tan dulce como recomendable. Angélique (Isabelle Carré) es una de las mejores chocolateras del mundo, pero lo mantiene en secreto porque es una introvertida patológica. Jean-René (Benoît Poelvoorde) está al mando de una fábrica chocolatera, pero lo pasa fatal constantemente porque es un miedoso patológico. El segundo contrata a la primera: un cóctel emocional explosivo (...) Es, pues, una película de lo más original, aún dentro de los parámetros en los que discurre”.

Este libro lo podréis encontrar en la biblioteca
del instituto.
 "La primera operación es tostar el cacao. Para hacerlo es conveniente utilizar una charola de hojalata en vez del comal, pues el aceite que se desprende de los granos se pierde entre los poros del comal. Es importantísimo poner cuidado en este tipo de indicaciones, pues la bondad del chocolate depende de tres cosas, a saber: de que el cacao que se emplee esté sano y no averiado, de que se mezclen en su fabricación distintas clases de cacao y, por último, de su grado de tueste". 





Este fragmento pertenece a la receta "Chocolate y rosca de reyes" y forma parte del conocido libro de Laura Esquivel, Como agua para chocolate, que fue llevado a la gran pantalla por Alfonso Arau en 1992. Esta novela, llena de realismo mágico, es una agridulce historia de amor y gastronomía ambientada en el México revolucionario de principios del siglo XX, en donde se cuenta cómo Tita (Lumi Cavazos), enamorada locamente de Pedro (Marco Leonardi) tiene que renunciar a su amor porque Mamá Elena (Regina Torne) decide egoistamente que según la tradición familiar ha quedarse soltera para cuidarla en su vejez por ser la menor de sus hijas.  Así pues, debido a esta injusta y severa tradición familiar, Tita pasará el resto  de su vida entre fogones y deliciosas comidas, poniendo en práctica las enseñanzas de Nacha y manteniendo un fuerte vínculo emotivo con cada una de las recetas que prepara, convirtiéndose así en metáforas de sus sentimientos y deseos. 
Entre fogones y deliciosas recetas, Tita pasará su vida acordándose siempre del gran amor de su vida.

Terminamos el programa de hoy dedicado a la pasión que despierta el chocolate en el cine y en la literatura con un estupendo libro que tenemos en la biblioteca y que os recomendamos: Sabor a chocolate de José Carlos Carmona publicado en 2008 por Punto de Lectura.

"Hace más de sesenta años, Adrián Troadec vio a una chica salir de una clase de música. Dos guerras mundiales después, todavía funciona la fábrica de chocolate que abrió para conquistarla. Entre dos continentes, partidas de ajedrez y notas de violín, Sabor a chocolate es una sinfonía incompleta de amor y de sueños. Una novela tan intensa y adictiva como el mejor chocolate".

Hasta la semana que viene con más cine y literatura.   


Bibliografía:
Mcfadden, Christine y  France, Christine: Historia del chocolate, La gran enciclopedia del chocolate, Grupo Editorial Hymsa, 1997, pp.6-11.
Charlie y la fábrica de chocolate: http://www.filmaffinity.com/es/film679957.html
Esquivel, Laura: “Chocolate y rosca de reyes”, Como agua para chocolate, Mondadori, 1999, p.143.
Cine para comérselo, películas con sabor a chocolate:




3 comentarios:

Yolanda Jiménez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Yolanda Jiménez dijo...

Preciosísimo el programa y la entrada del Blog. Brillante como siempre, Rosa. Animaos a buscar las pelis que se recomiendan y a leer los libros de los que partieron. No os vais a arrepentir y, si os gusta el chocolate, el disfrute será doble... o triple...

Alfonso dijo...

Muy documentado e interesantísimo, como siempre. En estos programas (y en sus fabulosas entradas al blog) se observan palpablemente los objetivos que deben primar en una radio escolar como la nuestra