Hoy en el Tiempo de ciencia hemos leído una noticia basada en un artículo muy interesante y curioso que llegó a mis manos gracias a Alfonso Romero, profesor de Sociales de nuestro centro y que nos cuenta como se ha comprobado que las ballenas árticas pueden llegar a vivir más de 200 años.
Para contarnos esta noticia hemos tenido a Sergio Jiménez Tornero y a Flor Ferrera Amarillo de 1º de ESO D, para ambos ha sido la primera vez que han estado en la Radio y lo han hecho estupendamente.
En febrero de 2001, mientras acompañaba a los nativos locales en una de sus cacerías en Alaska, el biólogo Craig George descubrió una protuberancia en la piel de la ballena muerta. Con la ayuda de un cuchillo, George extrajo un objeto punzante que, según demostró un análisis posterior, resultó ser la punta de un arpón que había estado clavado en la piel del animal durante más de cien años.
En la última década, otros investigadores han encontrado al menos seis arpones similares en la piel de ballenas árticas o de Groenlandia (Balaena mysticetus) y los arqueólogos han determinado que se trata de armas muy antiguas, algunas de ellas fabricadas hace más de un siglo.
Uno de los últimos casos se conoció en 2007, cuando se encontró un arpón con un resorte explosivo fabricado en 1880 en una ballena ártica de 50 toneladas. El hallazgo contribuyó a las sospechas que algunos científicos ya tenían: las ballenas árticas son mucho más longevas de lo que se creía y algunas pueden llegar a los 200 años.
Pero, ¿cómo saber si esos arpones antiguos no fueron clavados por nativos en épocas posteriores?
Para asegurarse de sus hallazgos, los biólogos utilizaron sistemas para datar la edad de seres vivos estudiando los cambios en los niveles de un aminoácido en los ojos y dientes de ballenas.
Se utilizaron 48 ojos congelados de ballenas árticas recopilados por él y otros biólogos durante sucesivos estudios entre 1978 y 1997 y los resultados indicaron que la mayoría de los ejemplares habían muerto entre los 20 y los 60 años, pero cinco de ellos eran mucho más viejos. En concreto, uno de los ejemplares tenía 91 años, otro 135, otro 159, un cuarto 172. La última ballena, determinó el análisis, había muerto a la edad de 211 años. El método tiene un margen de error del 16%, lo que significa que de equivocarse la horquilla podía ir de 177 años (por abajo) y 245 (por arriba).
Hace unos días, y a raíz de un informe sobre la recuperación de la población de estas ballenas gracias al fin de la caza, el periodista Geoffrey Gagnon lanzó en Twitter una reflexión muy llamativa. “Hay ballenas de Groenlandia que aún viven en el Ártico que nacieron mucho antes de que Moby Dick fuera escrito en 1851”. La suposición es quizá algo exagerada y puede que nunca encontremos un ejemplar tan viejo, pero ahora sabemos, gracias a las pruebas, que entra dentro de lo posible.
Sin duda las ballenas son unos animales maravillosos que no dejan de sorprendernos.
Para terminar hemos comentado una segunda noticia. Es un fenómeno atmosférico que ya su nombre sobrecoge y que nos está “atacando” esta última semana. Es la ciclogénesis explosiva. Pero ¿Qué es?
Cada invierno, en el Mediterráneo es bastante habitual que se produzcan las llamadas ciclogénesis explosivas como resultado de la convergencia de masas de aire frío con masas de aire cálido inestable. También conocidas como “bombas meteorológica” o “bombogénesis”, consisten en la formación a gran velocidad de un nuevo ciclón, es decir, un sistema de baja presión. El fenómeno es extraordinariamente rápido, ya que la presión atmosférica baja en torno a 24 milibares en 24 horas o menos.
La última ciclogénesis explosiva registrada atravesó la península Ibérica el pasado sábado y fue bautizada con el nombre de “Gong”. El fenómeno alcanzó rachas huracanadas por encima de los 140 km/h.
http://www.fogonazos.es/2013/01/mas-viejas-que-moby-dick.html
http://www.muyinteresante.es/ia-que-se-denomina-qciclogenesis-explosivaq
HASTA LA PRÓXIMA SEMANA
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