¿Alguna
vez nos hemos planteado el verdadero significado de la palabra “violencia”?. La
violencia se entiende como el uso de la fuerza para conseguir un fin determinado,
que, en la mayoría de los casos, es dominar a alguien. Ahora bien, hablemos de
la violencia de género. Este tema, por desgracia, presente de manera continua
en la sociedad engloba cualquier acto
violento o cualquier agresión (física, psicológica o sexual) sobre una persona
con el fin de obtener la dominación sobre ella, y tiene su base en desigualdad
social entre hombres y mujeres. Las cifras de este año son escalofriantes, pues
a fecha de 25 de noviembre de 2017 han fallecido en España 45 mujeres, 8 menores
han sido asesinados a manos de las parejas o exparejas de sus madres y 23 niños
han quedado huérfanos a causa de la violencia machista.
Imagen de marcha de las mujeres contra la violencia de género, Argentina, lema y campaña #Niunamenos
Dicha
violencia no solo se manifiesta en las personas adultas sino también, y de
forma creciente entre los adolescentes. Lamentablemente no es tan extraño
encontrarnos con este problema en los jóvenes, ya que la mayoría de ellos
piensan que en una relación uno debe ser dueño de la otra persona, lo que le da
derecho a controlar a la pareja y en su caso a ejercer algún tipo de violencia.
De hecho, según apuntan los estudios, “nueve de cada diez adolescentes
reconocen que han maltratado psicológicamente a su pareja con algún fin”.
A
veces los factores que se manifiestan son tan simples para algunas personas que
ni siquiera se percatan de lo que está sucediendo. Pongámonos en situación: una
joven pareja está discutiendo porque el chico obliga a la chica a quitarse esa
falda que a ella tanto le gusta. Si ella no le hace caso, se enfada y la obliga
a quedarse en casa. Y todo ello, ¿por qué?. Pues simplemente porque considera
que la chica es de “su propiedad”. Otro ejemplo: una pareja joven, se conoce desde
hace mucho tiempo, pero el chico nunca confía en ella. A la chica le llega un
mensaje y el chico le obliga a darle el teléfono para que él pueda leerlo, sin
respetar ni pensar en la intimidad de la otra persona. Estos dos ejemplos son
un botón de muestra del tipo de control que algunos chicos ejercen sobre sus
novias. Como consecuencia de todo esto, el chico termina aislando a su novia de
sus conocidos o de sus familiares para evitar que puedan oponerse a su relación
y el control sea total.
No hay comentarios:
Publicar un comentario