Muchos
adolescentes tienen un concepto del amor inexacto y egoísta, en el sentido de
que conciben “a priori” que el hombre es superior a la mujer. ¿A qué se debe
esto?. Se debe a fundamentalmente a la educación recibida, a determinadas
creencias y a una tradición machista que pervive desde hace muchos siglos en
nuestra sociedad. Según los estudios sobre violencia de género una de cada diez
parejas sufre este tipo de violencia, en
la que el hombre se siente superior a la mujer, se vuelve agresivo y termina
maltratándola. La violencia de género es una forma de dañar psicológicamente y
físicamente a una mujer. Existen diversas formas de violencia hacia las
mujeres, y una de ellas es la que se ejerce en el seno de las parejas jóvenes.
Al
principio, cuando comienza un noviazgo, todo resulta perfecto, el joven aún no muestra
cómo es en realidad, pero a medida que pasa el tiempo él se vuelve cada vez más
posesivo, más violento hasta que pierde el control y llega al extremo de
maltratar a su novia. Llegado a este punto, la víctima se encuentra atrapada,
anulada, aislada, siente miedo, no se atreve a dar el gran paso de dejar la
relación e incluso cree sus palabras cuando le dice: “Perdóname no lo volveré hacer, te lo juro”.
Los
primeros síntomas de una persona maltratadora son: la inspección del móvil de
la pareja, la autoridad que cree tener él en tomar decisiones por su pareja,
controlar en dónde se encuentra y con quién, qué debe o no debe ponerse de
vestuario, prohibir ciertos derechos, etc.…Del mismo modo que las nuevas tecnologías
se alían con el maltratador y permiten
un mayor control sobre su novia a través del móvil (“¿Dónde estás y con quién?”, “Si
no vienes ya, pagarás las consecuencias”…..), también pueden ser una
herramienta para pedir ayuda, difundir la historia y denunciar.
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