Como
bien decía Winston Churchill: “Nunca se entra por la violencia dentro del
corazón”. Esta frase nos da pie a recapacitar sobre los pensamientos dados en
la sociedad ante la violencia, especialmente, la violencia género.
¿En
algún momento existirá un mundo en el cual el machismo y el maltrato se
desvanezcan? A pesar de vivir en pleno siglo XXI y obtener gracias a una gran
variedad de innovaciones muchísimos adelantos en distintas áreas de nuestras
vidas, todavía existen algunos aspectos en los que tenemos un gran recorrido
para poder mejorar, especialmente, aquellos relacionados con la violencia
contra la mujer.
Solemos
pensar que la violencia de género se da exclusivamente en parejas adultas, pero
realmente es incierto. Cada vez resulta más habitual que este tipo de violencia
se manifieste en parejas jóvenes. Por tanto, es muy importante que los
adolescentes sepan detectar a tiempo si se está cometiendo un acto de agresión
dentro de la pareja. Esto es complicado ya que muchos de ellos no identifican
en determinadas ocasiones dicha violencia.
Este
tipo de abuso puede ser producido porque nuestro entorno se ha basado siglo
tras siglo en el machismo, en el cual el hombre ha tenido la capacidad de
controlar y de abusar de la mujer e incluso de sus propios hijos, puesto que el
abusador se satisface actuando mediante la fuerza para conseguir un poder y
control constante. El maltrato también suele manifestarse por los celos y por
la inseguridad, por sentirse superior ante la pareja, por el simple hecho de ser mujer o porque el
hombre en su infancia fue testigo del maltrato físico y también psicológico por
parte de su padre.
En
mi opinión, cualquier tipo de violencia, ya sea una agresión verbal o una
agresión física es sobrepasar los límites. Realmente tanto mujeres como hombres
somos completamente iguales y tenemos los mismos derechos en todos los aspectos
posibles. No obstante, me quiero dirigir
a las mujeres que están sufriendo ahora cualquier tipo de maltrato para que sepan que aunque a veces se tenga una visión
oscura, siempre hay una “luz”,y esa una luz no es otra que la fuerza.
Un
ejemplo de violencia de género lo tuvimos hace poco en mi pueblo: un hombre tras
golpear a su mujer en la cabeza con un martillo, la dejó inconsciente en su vivienda y después intentó
suicidarse, como ha ocurrido en otros casos. ¿Por qué esta mujer no habló
antes?. ¿Por qué no denunció?. El
silencio no es la solución, es el problema. Hay que denunciar para evitar que
el maltratador llegue a lo más alto de la espiral de la violencia: el
asesinato.
Por
último, no quisiera abandonar mi reflexión sin hacer referencia al maltrato
consentido cuando se disfraza de pasión amorosa, y que para colmo es el eje de películas
o novelas como Cincuenta sombras de Grey. Recientemente
se ha publicado un estudio en la revista científica Journal of Women’s Health, llevado a cabo por investigadores de la
Universidad Estatal de Ohio, en el que se
indica que este libro contribuye a la perpetuación del problema de la violencia
de género ya que se explica detalladamente escenas explícitamente eróticas, con
diferentes elementos de prácticas sexuales, como masoquismo y sumisión. En
resumidas cuentas, pienso que la violencia de género se ha vuelto tan normal
actualmente que nadie le asigna el valor que requiere y sin darnos cuenta no
vemos que podemos cambiarlo. Este cambio supondría una nueva mentalidad, basada
en la igualdad de todos los seres humanos y una progresiva educación sobre
nuestros hijos con el fin de que dicho problema se erradique con el paso del
tiempo.
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