Entre parado y preparado no hay más que un
prefijo, distancia que, si nunca fue excesiva, con la crisis se ha reducido
hasta extremos insoportables. De hecho, ahora todos los trabajadores somos, en
potencia, preparados. La recomendación tradicional de los padres ("hijo,
debes formarte para estar preparado") ha devenido en una ironía
sangrienta, igual que la expresión "jamás hemos tenido una juventud tan
preparada". En efecto, nunca hemos tenido una juventud tan cerca de
quedarse en el paro; la mitad de los que acaben sus estudios este año se
encuentran ya en situación de preparados. El significado se desliza por debajo
de las palabras con el sigilo de una sombra asesina. Estar preparado, que en
otro tiempo quiso decir haber estudiado dos carreras y cuatro idiomas, significa
hoy encontrarse en la situación previa al desempleo, en el umbral del paro, en
la frontera de la desesperación laboral. Ahora que habíamos logrado vivir como
si no fuéramos a morir nunca, vamos a la oficina con la certidumbre de que
nuestro empleo es la antesala del desempleo. Por eso hay también más
trabajadores prejubilados que jubilados y contribuyentes más preocupados que
ocupados. Hubo un tiempo, ¿recuerdan?, en el que el prefijo de moda fue pos:
nos encontrábamos de súbito en la posmodernidad, en la poshistoria, en la era
posindustrial o posanalógica. Parece mentira que un cambio de prefijo implique
un cambio tan grande de cultura. Ahora todo es más premeditado que meditado,
hay también más prejuicios que juicios y presentimos las cosas antes de
sentirlas. Perdido su prestigio el pos, nos hemos dado de bruces con el pre.
Pero no imaginábamos, la verdad, un pre tan duro, un pre de premonición, sobre
todo sabiendo como sabemos desde el principio de los tiempos que no hay
presentimientos buenos, pues no existen los profetas de la dicha.
Texto propuesto para la PAU de Comentario de Texto en Andalucía en el curso 12-13
Continuando con la práctica del Comentario de Texto, hemos seleccionado en esta ocasión un fantástico artículo de Juan José Millás, un escrtitor y periodista que por cierto es muy habitual en las PAU, que aborda un tema semántico muy interesante vinculado con la crisis económica que padecemos desde hace varios años. Como siempre os dejamos el Tema, el Resumen y la Estructura y animamos a los alumnos de 2º de Bachillerato a que suban su Comentario Crítico.
Aprovechamos esta entrada para poner el enlace de las Orientaciones de las Pruebas de Acceso a la Universidad para el curso 2013-2014.
Tema.
El poder de los prefijos: una consecuencia
más de la crisis económica.
Resumen.
Juan José Millás demuestra en este artículo
cómo la crisis no solo ha provocado un cambio social importante, sino también
un cambio significativo, pues palabras que antes estaban distanciadas semánticamente y que se oponían por la ausencia o presencia
de un prefijo ahora se han acercado.
Estructura.
El artículo del Juan José Millás presenta una
estructura analizante o deductiva, dado que la idea principal aparece nada más
comenzar el texto: en la actualidad la grave crisis que sufrimos ha hecho que los
adjetivos “parado” y “preparado” se hayan acercado semánticamente, pues el
segundo ha adquirido una acepción más que hace referencia a la situación previa
de estar “parado”. Expuesta la tesis en las tres primeras líneas, el
articulista trata de aclarar este juego semántico en el cuerpo argumentativo
utilizando para ello como recursos fundamentales la ironía y la antítesis: la juventud más preparada es la más expuesta
al paro y por tanto está en situación de estar pre-parada o “ahora que habíamos logrado vivir como si no fuéramos
a morir nunca”.
Además de estos dos recursos, el autor
utiliza la comparación o analogía al proponer ejemplos parecidos de acercamiento semántico
entre parejas de palabras que se oponen por la ausencia o presencia de un
prefijo:1) trabajadores jubilados/pre-jubilados; 2) el empleo/ como antesala del des-empleo; 3) contribuyentes más pre-ocupados/ que ocupados; 4) la crisis ha provocado que ahora todo sea más pre-meditado/ que meditado; 5) que pre-sintamos/ más que sintamos. Se cierra el cuerpo
argumentativo con una interrogación retórica (erotesis o erotema) en donde Juan
J. Millás se dirige a los lectores para reforzar su argumentación: “Hubo un tiempo, ¿recuerdan?, en el que el
prefijo de moda fue pos (…)”.
Desarrollado el cuerpo argumentativo, se
presenta la conclusión a modo de reflexión
final y de recapitulación de todo lo anteriormente expuesto: “Parece
mentira que un cambio de prefijo implique un cambio tan grande de cultura..
Perdido su prestigio el pos, nos hemos dado de bruces con el pre….”
1 comentario:
Alguien me dice que opinan sobre ironías ?
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