En el último programa de la "Literatura a través de los textos" y en coordinación con el Plan de Igualdad se ha realizado en el día de hoy un especial dedicado al Lyceum Club Femenino y a las mujeres que lo crearon. Han intervenido en este programa los profesores Yolanda Jiménez, Concha Román, Alfonso Romero, Rosa Mª Calderón y Javier Tinoco, y las alumnas de 4º de ESO B Celia Romero, Elena González y Lucía Luna que han leído al término de este especial textos de Ernestina Chmaporurcín, Mª Teresa León y Concha Méndez.
Para la elaboración de este especial se ha utilizado como fuente bibliográfica fundamental una de las últimas adquisiciones de la biblioteca escolar: Mujeres para la historia. La España silenciada del siglo XX de Antonina Rodrigo.
¿CUÁL ES EL ORIGEN DEL LYCEUM CLUB DE MADRID?
Durante la Dictadura de
Primo de Rivera, en 1926, un grupo de mujeres intelectuales y artistas fundaron
el Lyceum Club Femenino, la primera asociación feminista española que buscaba un
vehículo para el desarrollo educativo, cultural y profesional, así como la
creación de un espacio de encuentro para las mujeres; la reivindicación de la
igualdad en una época en la que las mujeres no tenían derechos y vivían por
completo a la sombra de los hombres; la defensa de los intereses morales y
materiales de las mujeres, posibilitando actividades económicas, científicas y
artísticas; y el fomento del espíritu colectivo o asociativo.
Dicha asociación se inspiró
en el Lyceum fundado en 1904 en Londres por la escritora Constance
Smedley-Armfield (1881-1941) en una época de pleno apogeo del movimiento
sufragista y feminista.
Algunas de las que
integrarían el Lyceum, como Carmen Baroja y Carmen Monné, habían tenido la
oportunidad de viajar sin maridos a Londres y de hospedarse en el Lyceum Club
de la capital británica. Este hecho y la necesidad que tenían un grupo de
mujeres inquietas de tener un lugar para ellas fue el germen del primer club de
estas características en España.
¿CÓMO SE CONSTITUYÓ EL LYCEUM?
En abril de 1926 se celebró la asamblea
constituyente bajo la presidencia de María de Maeztu. En esta primera
sesión se registraron ciento quince socias y se aprobaron los estatutos de
Londres. Una comisión se encargó de buscar un local para el club; otra, de la
traducción y la publicación del reglamento internacional, y todas las socias,
en general, de recaudar fondos. Meses después, el 4 de
noviembre de 1926 se inauguró la primera sede del Lyceum Club,
en la Casa de las Siete Chimeneas, de la calle de las Infantas de la
capital de España.
La primera junta estuvo formada por María de
Maeztu, la directora de la Residencia de señoritas de Madrid, como
presidenta; Victoria Kent e Isabel Oyárzabal, como vicepresidentas;
Amalia Galarraga, como tesorera; Zenobia Camprubí, como secretaria; y Helen
Phipps, como vicesecretaria. De la sección de literatura y de la biblioteca, se
ocuparon respectivamente María Lejárraga y María Martos; de la sección de arte,
Carmen Baroja; de la de ciencias, María Luisa Navarro; y de las relaciones
internacionales, también la esposa de Juan Ramón Jiménez, Zenobia Camprubí.
María de Maeztu ejerció la presidencia entre 1926 y 1928, y después fue sustituida
por Isabel Oyarzábal hasta 1934.
¿QUÉ REQUISITOS
DEBÍAN CUMPLIR LAS SOCIAS DEL LYCEUM CLUB FEMENINO?
Las mujeres pertenecientes a este club no tenían por
qué responder a una ideología o credo determinado, en este sentido era muy
abierto. Pero sí tenían que haber realizado estudios superiores, haber
destacado como escritoras, artistas o intelectuales, o bien haber participado
en obras sociales. Tampoco había una restricción por el estado civil o por la
condición sexual, de hecho había socias que se habían declarado abiertamente
lesbianas como es el caso de Victorina Durán.
LA IMAGEN DEL LYCEUM
CLUB FEMENINO EN LA SOCIEDAD DE LA ÉPOCA.
En la sociedad conservadora y patriarcal de la época
no estuvo bien visto que un grupo de mujeres con iniciativa se saliera de los
cánones, de hecho fueron tildadas de “liceómanas”, “ateas”, “excéntricas”,
“desequilibradas” o “criminales”. Hubo quien pidió su reclusión en la cárcel y
escritores como el dramaturgo Jacinto Benvente se negaron a dar conferencias en
su sede porque no se dignaba a dirigirse a “tontas y a locas” en un club que
fue calificado de “de maridas” y de
“casino”.
Hubo numerosas campañas contra las integrantes del
Lyceum, pero quizás la más virulenta fue la que apareció en la revista Iris de
paz, el órgano oficial de la Archicofradía del Inmaculado Corazón de María y
del comité ejecutivo de la Obra de la Buena Prensa en donde se decía lo
siguiente:
“La sociedad haría muy bien incluyéndolas como
locas o criminales, en lugar de permitirles clamar en el club contra las leyes
humanas y las divinas. El ambiente moral de la calle y de la familia ganaría
mucho con la hospitalización y confinamiento de esas excéntricas y
desequilibradas”
¿QUÉ TIPO DE
ACTIVIDADES REALIZARON?
En los años en los que estuvo activo el Lyceum Club
Femenino se hicieron cursillos y
seminarios de derecho impartidos por las abogadas Victoria Kent, Matilde Huici
y Clara Campoamor; fue un lugar de inspiración para escritoras como Ernestina
Champourcin, Concha Méndez o Elena Fortún (Encarnación Aragoneses), la creadora
de los libros de Celia; se estrenaron o se leyeron muchas obras de teatro como
Raquel encadenada de Unamuno; se llevaron a cabo muchísimas conferencias y
charlas abiertas tanto al público femenino como al masculino que estuvieron a
cargo de prestigiosos intelectuales y artistas de la época como los poetas del
27 Federico García Lorca y Rafael Alberti o las escritoras hispanoamericanas
Gabriela Mistral, Victoria Ocampo, Alfonsina Storni y Delmira Agustini; y también
surgieron propuestas para derogar ciertos artículos del Código Civil y Penal
que atentaban contra los derechos de las mujeres.
Sobre este último punto, se propuso desde el Lyceum
peticiones la supresión del artículo
57 del Código Civil que decía así: «El marido debe proteger a la mujer y ésta
obedecer al marido», sustituyéndolo por este otro: «El marido y la mujer se
deben protección y consideraciones mutuas». Y así mismo la derogación del
artículo 438 del Código Penal que rezaba de esta manera: «El marido que
sorprendiendo en adulterio a su mujer matase en el acto a ésta o al adúltero, o
les causara lesiones graves, será castigado con la pena de destierro» (sic).
Por supuesto el tema del sufragio femenino
surgió en el Lyceum y esto condicionó el hecho de que este tema fuera tan
importante en las Cortes de 1931 cuando Clara Campoamor consiguió el voto para las mujeres.
LA CREACIÓN DE LA
ASOCIACIÓN FEMENINA DE EDUCACIÓN CÍVICA.
En 1931 al calor del nacimiento de la II República,
hubo un grupo de mujeres más comprometidas políticamente, como Victoria Kent,
Clara Campoamor, Isabel Oyarzábal y María Lejárraga, que se alejaron del
elitismo que caracterizaba al Lyceum y crearon la Asociación Femenina de Educación Cívica con el fin de tender la
mano a mujeres sin recursos que no podían adquirir una formación superior y por
veían mermadas sus posibilidades de incorporación al mundo laboral.
EL FIN DEL LYCEUM
CLUB FEMENINO.
Con el estallido de
la Guerra Civil Española y la derrota y exilio de
la República en 1939, se desmanteló por completo el Lyceum porque atentaba contra la ideología
imperante, convirtiéndose en el "Club Medina" dirigido ahora por
la Sección Femenina. Hay que tener en cuenta que el Lyceum fue un lugar de
reclutamiento de mujeres que querían cambiar España para la República, por
tanto fue demonizado por el franquismo.
¿QUIÉNES FORMARON
PARTE DE ESTE CLUB?
Las escritora y profesora María de Maeztu (hermana de
Ramiro de Maeztu), la también escritora y etnóloga Carmen Baroja (hermanas de
Pío Baroja), la traductora Zenobia
Camprubí (esposa de Juan Ramón Jiménez), las abogadas Victoria Kent, Clara
Campoamor y Matilde Huici; las estadounidenses Helen Phillips y Mabel Rick
(esta última esposa de Ramón Pérez de Ayala), las poetas del 27 Ernestina de
Champourcín, Concha Méndez y Mª Teresa
León, la creadora del famoso personaje de Celia (Elena Fortún), la pintora
Matilde Calvo Rodero, y la escenógrafa
Victorina Durán entre otras.
Fuentes bibliográficas.
MANGINI, Shirley: “El Lyceum
Club de Madrid un refugio feminista en una capital hostil”, Asparkía.
Investigación Feminista, en http://www.e-revistes.uji.es/index.php/asparkia/article/view/496
RODRIGO, Antonina: “El
Lyceum Club femenino”, Mujeres para la historia. La España silenciada del siglo
XX, Ediciones Carena, 2002, págs. 44-47.
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