A lo largo de la Historia de la Música encontramos
numerosas obras que tratan el tema de la muerte de muy diversas formas: danzas
de la muerte, marchas fúnebres, misas de difuntos ...
En el programa del 7 de noviembre seleccionamos
algunas de ellas: Música para el funeral
de la Reina Mary” (Marcha, Himno y Canzona) de Henry PURCELL(1659-1695); Danza
macabra de Camille SAINT-SAËNS(1835-1921)
y tres secciones del Requiem ( de Wolfgang Amadeus
MOZART(1756-1791).
La
Reina Mary II de Inglaterra murió de viruela en 1694, según fuentes de la
época, ”la marcha fúnebre sonó ante su carroza”, la canzona “sonó en la Abadía
después del himno”, y el himno “se acompañó con lúgubres flat trumpets”. Nueve
meses más tarde moría el propio Purcell, quizás el mejor compositor inglés de
todos los tiempos, para sus funerales se eligió la misma música que para la
soberana.
La Danza
Macabra de Saint-Saëns es un poema sinfónico escrito en 1874, inspirado en
unos versos poéticos que describen una escena alucinante en donde la Muerte ,
en una sombría noche de invierno, toca en su violín un aire de vals entre las
tumbas mientras los esqueletos, envueltos en lienzos, se abandonan a una macabra
danza.
La Misa de Requiem en re menor , K.626 es una obra basada en los textos latinos de la
celebración litúrgica católica tras el fallecimiento de una persona, está
compuesto para orquesta sinfónica, coro y voces solistas(soprano, contralto,
tenor y bajo).Mozart, al morir, consiguió terminar tan solo tres secciones: Introitus,
Kyrie y Dies Irae. Del resto dejó
anotaciones de partes instrumentales. Fue su discípulo, Süssmayr, quien
lo acabó completando las partes que faltaban.
En
los comentarios sobre las obras y autor contamos con la colaboración de José
Antonio Alcón y Francisco José Romano de 3ª de Diver.
Chana López
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