viernes, 26 de octubre de 2012

Jueves de cine


Empezamos nuestro Jueves de Cine de hoy con el estreno “LO IMPOSIBLE”, producción española dirigida por J.A. Bayona (lo recordareis por el largometraje de terror “El Orfanato”). En esta ocasión, realiza una obra ambientada en el cine de catástrofes (se sitúa en el terrible maremoto que tuvo lugar en 2004 y que azotó, entre otras, la costa tailandesa); sin embargo, su planteamiento va más allá del retrato de una hecatombe (lo que se realiza de manera muy efectista e impactante), centrándose en la increible historia de supervivencia de una familia (española, por más señas; la podreis ver al final). Actores muy convicentes que emocionan (Naomi Watts y Ewan McGregor, estupendos; Tom Holland, el crío mayor de la familia, magnífico) y un diseño de producción brillante, demuestran que la industria cinematográfica española es capaz de realizar cine digno destinado a un público amplio y más allá de nuestras fronteras. Por supuesto, también ha recibido críticas no tan positivas (por ejemplo, José Arce, en labutaca.net, la define como “el telefilme definitivo”), pero, en general, se la considera un producto notable, y ha registrado taquillas millonarias en su estreno, con una efectiva campaña publicitaria previa. Calificación: 7/10. No recomendada para menores de 12 años.
Nuestro segundo estreno es la última realización del conocido director Tim Burton, “Frankenweenie”. Se trata de una película de animación inspirada en la obra “Frankenstein”, aunque durante su desarrollo aparecen guiños a otros clásicos de terror, como suele ser frecuente en el autor. Esta vez los protagonistas son un crío y su fiel perro, al que el niño quiere hacer resucitar tras su muerte con un procedimiento similar (algo más casero) al utilizado por su predecesor el Dr. Frankenstein. Estéticamente, volvemos a ver al mejor Burton, que recuerda a algunas de sus mejores películas (de animación) como “La novia cadáver” o “Pesadilla antes de navidad”. Además, como manifiesta José Arce, “La historia de Víctor y Sparky es emocionante y divertida, honesta y vital ─y, posteriormente, no-vital─, como es el nexo puro y verdadero que se establece entre un niño y su compañero de aventuras en esa infancia que a todos nos marca. Además, igualmente honesto es el constante homenaje que es “Frankenweenie” a ese panteón clásico del terror monstruoso en hermoso blanco y negro, festejado aquí no ya sólo en sus figuras icónicas ─dentro y fuera del Hollywood dorado─ sino en la celebración de los actores que les dieron vida.” En definitiva, recomendable para casi todos los públicos (no para los peques), y, especialmente, para los incondicionales de un Tim Burton que vuelve por sus fueros. Calificación: 7/10. No recomendada para menores de 7 años.
Como ya os anunciamos en el primer programa de la temporada, dedicaremos la sección central a uno de los grandes compositores de la historia del cine. Hoy tenemos al autor por excelencia de música para películas históricas (aunque entró en todos los géneros): el húngaro MIKLOS ROZSA. Se trata de un compositor formado en Europa en la mejor tradición de la música sinfónica. Pero, como le ocurrió a muchos de sus colegas de la época, terminó trasladándose a los EEUU (1940) de la mano esta vez de su compatriota el realizador Alexander Korda, convirtiéndose en uno de los compositores de referencia de las grandes producciones hollywoodienses de la época. Películas inolvidables como “El ladrón de Bagdad”(1940), “Recuerda” (1945), “La costilla de Adán”(1949), “La jungla de asfalto”(1950), “Quo Vadis”(1952), “Ivanhoe”(1952), Ben-Hur”(1959) o “El Cid”(1961) (entre más de cien composiciones), llevan su sello musical inconfundible. Casi todos los críticos han destacado sus facultades excepcionales para resaltar los aspectos melódicos, contrapuntísticos y cromáticos, introduciendo además con frecuencia aires floklóricos en sus obras (muchas veces de su país de origen, Hungría). Por eso hoy hemos seleccionados fragmentos de las inolvidables bandas sonoras de Ben-Hur, Ivanhoe y El Cid como fondo musical excepcional para el programa.

 Javier Tinoco

1 comentario:

GEHA dijo...

Rozsa es uno de mis compositores cinematográficos favoritos. Por ello me hace especialmente feliz este programa dedicado, en parte, a recordar su obra. Sus trabajos para Alexandrer Korda lo alejaron de las salas de concierto y lo introdujeron en las de cine con gran éxito. De ese primer período me gustaría destacar la delicada música de “Lady Hamilton” (1941) o la sofisticada de “Lydia” (1941). También habría que destacar la banda sonora de “El libro de la selva” (1942) porque fue la primera grabación comercializada en disco de una banda sonora en Estados Unidos.
Me parecen de una calidad extraordinaria sus partituras para el cine negro, nada convencionales, alejadas del “estilo Broadway” imperante entonces. Por ejemplo, en “Perdición” (1944) introducía ritmos y armonías muy ásperos, y alejados de la dulzura romántica habitual en Hollywood que, desde luego, poco convenían a un género como el negro. Fue muy criticado por el director musical de la Paramount que afirmó que aquellas excentricidades era más propias del Carnegie Hall que de un estudio de cine. Sin pretenderlo le estaba haciendo justicia.
Una de sus más significativas innovaciones se localiza en una de sus bandas sonoras, a mi juicio, mejores: “Recuerda” (1945). En ella empleó un instrumento electrónico, el theremin, en las secuencias en las que el protagonista, Gregory Peck, tenía ataques de amnesia. Esta obra supuso para Rozsa el primero de sus tres Oscar, de un total de 17 nominaciones. Dos después consiguió el segundo por “Doble vida” (1947). El tercero sería por una de las piezas seleccionadas por Javier Tinoco en el programa, “Ben-Hur” (1959).
Su etapa más popular llegó a partir de 1948, cuando ingresó en la plantilla de la Metro-Goldwyn Mayer. Para esta productora escribió una brillante colección de partituras que crearon un “sonido Metro” pero que, en realidad, eran el muy especial y reconocible sonido Rozsa. Las más conocidas fueron “Quo Vadis” (1951), “Ivanhoe” (1952), “Julio César” (1953) y “Ben-Hur” (1959), Pero mis favoritas no están en las del género épico sino en las más literarias, domésticas o históricas, como “Madame Bovary” (1949) (con su obsesivo vals en la escena de la fiesta), “La Costilla de Adán” (1949) (una banda sonora tan divertida como la película) y “La Reina Virgen” (1953) (con su muy documentado uso de la música de la época de Enrique VIII de Inglaterra).
En mi opinión, el legado musical de Rozsa ha ido adquiriendo cada vez mayor valor con el transcurso del tiempo. Muchas gracias a los responsables del programa por descubrir a las nuevas generaciones las partituras del que, sin duda, es un gran maestro.