Como ya es habitual dentro de la asignatura de P. I. de Comentario Texto, no solo pretendemos que nuestros alumnos adquieran las destrezas necesarias para superar la prueba de comentario de texto en Selectividad, sino también que afiancen las competencias básicas adquiridas durante la etapa educativa anterior y que adquieran la madurez intelectual necesaria para que realicen comentarios críticos y puedan dar su opinión de forma argumentada y razonada. En este sentido, en el mes de enero se han propuesto una serie de textos vinculados con la situación de la mujer en Afganistán con el objeto de que desarrollen un artículo en el que den su opinión no solo sobre esta sangrante situación, sino también sobre las violaciones de los derechos de la mujer en otras partes del mundo. Así mismo se ha aprovechado esta actividad para que los alumnos de 2º de BTO puedan colaborar con sus artículos en la revista Sin fronteras, que publica la Delegación de Igualdad y Bienestar Social del Excmo. Ayto. de El Cuervo.
A continuación hemos seleccionado un fragmento del estudio, "Ser mujer en Afganistán", publicado en noviembre de 2012 por Blanca Palacián de Inza, Analista de Instituto Español de Estudio Estratégicos, como base para los comentarios críticos que han realizado los alumnos de 2º de Bachillerato y que acompañarán a esta entrada en el blog:
"Hostil, frío, oscuro y
brutalmente opresivo. Así es en la actualidad el día a día para la mujer
afgana, y ello pese a la Constitución de 2004 que en su artículo 22 declaraba
la igualdad del hombre y la mujer ante la ley. Ser mujer hoy en Afganistán es
un estigma, pero no siempre fue así. El país asiático aprobó el sufragio femenino
en 1919, doce años antes que España, y la represión no ha sido siempre una realidad
en la vida de las mujeres afganas.
Los informes de Naciones Unidas sobre las prácticas violentas y otros abusos hacia las mujeres en Afganistán (Silence is Violence: End the Abuse of Women in Afghanistan, de 2009, y Harmful Traditional Practices and Implementation of the Law on Elimination of Violence against Women in Afghanistan, de 2010) recogen un catálogo documentado de injusticias y horrores que se cometen contra las mujeres y las niñas afganas.
Los ejemplos son
muchos. Aún hoy se obliga a una mujer violada a casarse con su verdugo, se
permite la entrega o intercambio de niñas para arreglar disputas y no es
extraño su asesinato o mutilación en caso de que se considere necesario para
salvaguardar el honor del varón si, por ejemplo, han huido de un matrimonio violento
o han sido violadas. La edad no importa.
La estricta
observancia de estas prácticas crueles afecta por igual a mujeres o a niñas.
Presionado por la comunidad internacional, el Gobierno de Afganistán promulgó
en el año 2009 la ley EVAW —Ley para la Eliminación de la Violencia contra la
Mujer/Law on Elimination of Violence Against Women—. Es, sin duda, la medida
legal más importante dictada por el ejecutivo afgano para tipificar algunos de
estos delitos y perseguir a los responsables.
No obstante, su
alcance, de momento, es muy limitado. El informe de Naciones Unidas de
noviembre de 2011 que evalúa la aplicación de esta ley (A Long Way to Go:
Implementation of the Elimination of Violence against Women Law in
Afghanistan), reconoce que sólo un pequeño porcentaje de casos ha sido
perseguido.
Pese a que la
condición social de las mujeres afganas ha mejorado, queda mucho por hacer.
Continúan padeciendo dificultades en el acceso a la educación, el trabajo, la
justicia y la sanidad. La ignorancia, el miedo y la escasa educación son los
pilares que apuntalan, especialmente en entornos rurales, prácticas que violan los
derechos de las mujeres y que contradicen incluso la religión islámica. Esta
situación ya fue denunciada en 2009 por la política afgana Malalai Joya durante
la presentación de su libro Raising my voice (Elevando mi voz). «Es verdad que
en determinadas ciudades grandes como Kabul, Herat y Mazar-i-Sharif algunas mujeres
tienen acceso a empleos y educación, pero en la mayoría de las provincias no
sólo no hay nada de justicia, sino que la situación se vuelve cada vez más
desastrosa. Hoy en Afganistán se matan mujeres como si fueran pájaros», declaró…. "
Si quieres continuar leyendo este estupendo y al mismo tiempo descorazonador estudio, puedes consultar la siguiente fuente bibliográfica en internet.
14 comentarios:
No es necesario buscar demasiada información en internet ni enciclopedias, ya que tan solo viendo las noticias nos podemos percatar de la situación actual en la que viven y han vivido durante años atrás las mujeres afganas. Si ya nos interesamos por informarnos aún más y ojear en internet, nos damos cuenta de que es una situación muy difícil en la que ninguna persona querría ni sería capaz de vivir.
Y es que la realidad de la mujer afgana no ha cambiado durante años (se pensó que cambiaría tras el derrocamiento del régimen talibán) ni cambiará a no ser que todos pongamos un poco de nuestra parte. Las mujeres afganas “viven” en un país en el que el número de prohibiciones hacia el género femenino son inmensas: tienen prohibido salir a la calle sin un acompañante, deben ponerse el burka de forma obligatoria, no pueden trabajar ni ir a un médico masculino (no van al médico porque solo trabajan los hombres), no pueden asomarse a los balcones, no se les permite ver la televisión (ni a los hombres tampoco), etc. Podría estar bastantes páginas escribiendo sin detenimiento todas las prohibiciones que hay hacia estas mujeres. Además cabe destacar ciertos datos sobre la situación en Afganistán, como que el 60% de los matrimonios son concertados, que las mujeres infieles son lapidadas, no pueden salir a la calle ni con pantalones de campanas ni con las uñas pintadas (de nuevo prohibiciones hacia ellas), a sus maridos se les permiten maltratarlas, muchas mujeres son violadas… Esta situación ha llevado a un gran número de mujeres afganas a suicidarse de muchas maneras, ya sean quemándose a sí mismas o de maneras mucho más crueles que evitaré comentar.
En la sociedad en la que viven cualquier cosa que en nuestras tierras es normal e inusual para ellas es un desafío muy grande. Por ejemplo la historia de una mujer afgana: Leila Achakzai. Leila Achakzai, de 26 años, vive con su esposo, Fahim, en la casa de su madre en Kabul. Leila, que está a punto de tener su segundo hijo, dice que no tiene médico y que no sabe dónde dará a luz. Aunque nació y creció en Kabul, jamás ha podido salir de su propio vecindario, de modo que la ciudad es para ella un misterio amenazante. Pero lo que para Leila es un problema también lo es para el resto de mujeres afganas embarazadas, ya que no pueden ser atendidas por un médico varón ni pueden costearse un viaje al hospital, por lo que todas tienen a sus hijos en su casa y muchas de ellas mueren a causa de recursos durante el parto.
La situación a partir de las mujeres afganas en 2014 es bastante preocupante, ya que la misión de la fuerza internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) finaliza ese mismo año, por lo que estas mujeres no contarán con la ayuda de estas fuerzas extranjeras. Las declaraciones que surgen desde la OTAN son preocupantes: “La mujer allí es un poquito superior a un perro. Eso no es estándar occidental, ni árabe, ni una cuestión de religión o cultura. Es peor”. Si la situación actual de la mujer afgana está como está, imaginemos cuando no cuenten con ningún tipo de ayuda extranjera. Todos los progresos de las mujeres allí comenzarán a retroceder y llegarán a ser como en años anteriores. Podría haber realizado páginas y más páginas explicando la situación actual de las mujeres afganas, y es que ésto parece que no va a cambiar, debido sobre todo a la mentalidad de los hombres que están en el poder. Parece ser que la única forma de cambiar esta situación (y la que nadie desea que ocurra) es un conflicto armado entre varios países contra Afganistán. Por mucho que se intenta cambiar la realidad de las mujeres afganas mediante la vía pacífica no se obtiene resultado por lo que la única forma que parece que va a dar resultado es la guerra para derrocar al gobierno afgano actual e imponer una democracia donde triunfe la igualdad.
La situación de la mujer afgana es terrible y si no hacemos nada para intentar ayudar a cambiarla seguirá siendo igual y probablemente irá a peor.
Una vez más, me encuentro delante de una noticia, dedicada a las mujeres en Afganistán. Cada día aumenta el número de víctimas, víctimas que son asesinadas, decapitadas porque defienden sus derechos como personas, o expresan sus sentimientos e ideales.
Pero yo me pregunto: ¿hasta qué punto puede llegar la mentalidad de un ser humano? Y ya es mucho llamar ser humano a personas que matan a sus esposas, por llevarle la contraria, o a familiares que las venden o las obligan a prostituirse por el simple hecho de ser mujeres y de que suponen un estorbo para la familia.
Afganistán es una sociedad cerrada, no mantiene comunicación con el exterior, impidiendo la libertad y el conocimiento de derechos de las personas. Las mujeres se ven atadas de pies y manos a sus maridos, se ven obligadas a obedecer todo lo que les ordenen y encima deben de estar agradecidas, porque de lo contrario no podrían salir de sus casas.
En nuestro país también hay discriminación y privación de los derechos de la mujer, aunque obviamente no llega al extremo de la situación que se vive en Afganistán o en la India: recordemos sin más las recientes violaciones a mujeres en autocares en la India. ¡Una auténtica monstruosidad!
Desde mi punto de vista, tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras para erradicar el problema y darnos cuenta de que todos somos iguales: personas con derechos y con libertad para expresarnos, sin temor de lo que nos pueda suceder y de que pensaran de nosotros.
No debemos, por tanto, permitir ni lo más mínimo de violencia de género, pues las mujeres tenemos que darnos a valer y ponernos al mismo nivel que los hombres, porque hombres y mujeres, somos personas, seres humanos que deben tener el mismo derecho y libertad en una sociedad que debe aspirar a la igualdad, el respeto y la tolerancia.
¡Muy bien! Habéis sido rapidísimos en subir los comentarios críticos.
La situación de las mujeres en muchos países es pésima y detestable. Es cierto que en algunos lugares existe una mayor discriminación que en otros, pero esta está presente en todo el mundo. Y yo me pregunto: ¿cómo es posible que aún siga habiendo la gran discriminación que existe hacia las mujeres solo por serlo? Esto debe cambiar de forma radical, dado que es un derecho fundamental que se traten a personas de ambos sexos de igual forma.
Un ejemplo de esta situación deplorable es la que viven hoy en día las mujeres afganas, las cuales tienen sus derechos como persona muy limitados. Dependen prácticamente de los hombres, y están sometidas a grandes vejaciones: como de quitarles el clítoris, le niegan la educación etc. ¿Acaso no es lo mismo ser hombre que mujer para tener que aguantar todo lo que aguantan ellas? No es justo que los hombres gocen de amplias libertades y a las mujeres se les niega.
Y como estos casos, muchos más, no solo en los países subdesarrollados, sino también en los países ricos. Por ejemplo, los hombres siguen estando por encima de las mujeres en los cargos importantes. Esta situación se ve claramente en nuestro gobierno, en comparación con hombres hay muy pocas mujeres y ¿presidentas del gobierno? Ninguna. Además no solo pasa en los cargos importantes, en muchos puestos de trabajo se prefiere contratar a un hombre antes que a una mujer, aunque esta tenga más cualidades.
Es cierto que la situación está mejorando, pero aún no es suficiente. La necesidad de que al fin se mire a la mujer desde el punto de vista igualitario al de los hombres, es muy grande. Debemos acabar con todas estas diferencias entre sexos que imponemos nosotros mismos y que no se pueden apoyar desde ningún aspecto. Como dijo Thomas Jefferson: Igualdad de derechos para todos, privilegios para nadie.
Hoy en día, vivimos en un mundo donde todavía se sigue observando la triste situación de la violencia de género. Cuesta comprender que en una sociedad tan avanzada como la nuestra, donde se han conseguido tantos logros, sigamos aún sin cumplir con algo tan básico como es el respeto a la mujer.
En primer lugar, quiero destacar que cuando nos referimos a violencia de género, una serie de imágenes de mujeres adultas merodean por nuestra cabeza, y es ahí donde comienza el problema, ya que a veces no hay que remontarse a esa edad. Todos debemos ser conscientes de que también ocurre este drama en adolescentes. Tras esto, todos debemos realizar un esfuerzo para poder dar una educación adecuada en casa, sin olvidar los colegios, centros educativos u otras instituciones o foros con el fin de hacerles ver desde pequeños que tanto los hombres como las mujeres son iguales, que ambos tienen los mismos derechos y que nadie es mejor que nadie.
Por otro lado, creo que en la calle también se debería mejorar la conducta, me explico, es típico el ir en el coche por la carretera y al ver que otro comete un error, decir: < Seguro que es una mujer >. Es aquí, en este momento, cuando infravaloramos a la mujer. ¿Por qué debe de ser una mujer?, creo que al igual que una mujer puede ser, también puede serlo un hombre, ya que nadie es perfecto, y habrá cosas que se hagan mejor y otras peor.
Cabe destacar, la necesidad de la actuación por parte del gobierno, ya sea mostrando más campañas contra esto o fomentando una publicidad en la que no se observen diferencias y muestren igualdad, así como el control de las leyes existentes contra dicho hecho. Finalmente, esta situación que se muestra ante la mujer es verdaderamente desagradable, y todos debemos hacer hincapié en los adolescentes para que estos patrones conductuales de carácter machista y violento no vayan en aumento.
Las mujeres afganas continúan viviendo en un país sin medidas. En Afganistán se llegó a pensar que estas mujeres se librarían de la burka, y podrían llevar una vida normal y en libertad, pero no fue así. Miles de personas sufren una realidad muy cruel en este país. El régimen democrático no ha cambiado la situación de la mujer para bien, sino todo lo contrario sigue igual de mal para ellas.
Hoy en día, las mujeres afganas sufren todos los días situaciones como la violencia de género, e incluso arrestos por incumplir las durísimas normas impuestas por el Estado, de hecho muchas optan por suicidarse antes de seguir viviendo un infierno en el que no se les respeta ni se les tienen en cuenta. Las mujeres sólo son mercancías para los hombres que compran para que sean explotadas, e incluso son quemadas o asesinadas por desobedecer a su marido.
Pero lo más grave de todo es que nadie las protege de esta vida llena de miserias, ni el propio gobierno o las comunidades, son capaces de cambiar las leyes. Es imposible condenar a una persona sin haber hecho nada, sin embargo los acusados por haber matado a alguien son liberados tras un pago y estas personas son encarceladas sin motivos reales y fundamentados.
Las mujeres afganas tampoco tienen acceso a la educación. No pueden estudiar, solo estudian el Corán que es a lo único a lo que tienen acceso. La ley lleva así desde hace varios años, de tal manera que el Estado niega a mujeres y niños el derecho a la educación y a la asistencia sanitaria de calidad.
Las mujeres afganas no pueden salir solas, solo salen con un familiar. Las mujeres no son tratadas por médicos, ni por especialistas que les curen de sus heridas, y tampoco pueden llevar ropa, solo el burka que les cubre todo el cuerpo. También reciben palizas e insultos en las calles, ni siquiera pueden reír, aunque no creo que las mujeres afganas rían demasiado. Entre otras leyes, tienen prohibido ver la televisión, para los hombres hay reglas pero no son tan estrictas. La prostitución está muy mal vista en Afganistán, aunque muchos hombres recurren a ella.
En definitiva, como podréis observar, estas pobres mujeres viven olvidadas en un auténtico infierno conocido por todos los estados, sin que las instituciones internacionales tomen de una vez por todas cartas en el asunto y solucionen esta sangrante, demoledora y draconiana situación.
Hace unos meses leyendo la prensa vi una noticia que me llamó mucho la atención y su título era: El delito “moral” de la mujer afgana, eso ocurrió en Abril de 2012 y lo que ocurrió fue que una mujer afgana intentó escapar de su casa porque su marido tenía problemas psiquiátricos y fue condenada culpable por “delitos de moralidad”. En ese momento me di cuenta que aún hay mujeres en pleno siglo XXI que están pasando penurias en algún lugar del mundo, y no nos tenemos que ir muy lejos de nuestro país.
La mujer siempre ha sido el sexo débil y eso lo podemos ver cada día cuando salen en las noticias que una mujer ha sido asesinada por su propio esposo, y sin denuncias de por medio. Las mujeres antes apenas tenían cualificación para trabajar y si la tenían sus maridos no las dejaban trabajar y ser independientes, ellas se tenían que quedar en la casa, cuidando de sus hijos, haciendo la comida, limpiando... Y cuando el marido llegaba a casa tenía que tener la comida hecha y todo preparado, y él llegaba y se sentaba en el sofá.
El trabajo de la mujer nunca ha estado reconocido, Y ¿es que, no es trabajo llevar una casa entera? ¿ser la primera en levantarte y la última en acostarte?. Quizás lo bueno que tenemos esta generación de jóvenes es que ya no nos dejamos pisotear por nadie, y luchamos por nuestros sueños. España ha sido un país que ha evolucionado mucho, ya que nuestras abuelas cuando paseamos por la calle y llevamos faldas dicen eso no lo debería de llevar puesto, o comentarios por el estilo.
Volviendo al tema de que las mujeres hemos sido y aun lo somos el sexo débil en muchos países, esa frase la voy a verificar con lo que se piensa y se hace de la mujer en varios países. En Afganistán no permiten que a la mujer se le vea ni siquiera el tobillo, a algunas mujeres les han llegado a pegar por el simple hecho de llevar los agujeritos del burka demasiados grandes, les tienen que pedir permisos a sus maridos para todo, no pueden salir de casa sin su compañía… podríamos escribir tres hojas enteras de las prohibiciones que tiene la mujer en Afganistán. En los países del tercer mundo se produce la ablación en las niñas es decir, la extirpación o corte, de parte o partes de los genitales externos de las mujeres. Las mujeres tenemos miles de prohibiciones en muchos países y son muy pocas las mujeres que logran huir de este abismo y luchar por sus derechos.
Los adolescentes nos quejamos de todas las prohibiciones que nos imponen nuestros padres, pero si todos nos pusiéramos en la piel de esas niñas afganas que no pueden estudiar, que desconocen la palabra ordenador o que ven el móvil como un sueño inalcanzable, si todos pensáramos así no nos quejaríamos tanto y miraríamos más por todo lo que tenemos a nuestro alrededor, y ojalá los hombres afganos y de todos esos países que tratan a las mujeres como si fueran bichos raros se dieran cuenta de lo importante que es que una mujer tenga sus derechos, ya que está reconocido que ahora mismo hay muchas más universitarias que universitarios, con muy buenas notas. Y cada vez hay más mujeres trabajando en empresas, bancos, ayuntamientos…. Ojalá algún día la discriminación de la mujer se dejara de lado, fuera simplemente un mal sueño y todos fuéramos iguales.
Andrea Cordero Cabral 2ºbto B
Si nos ponemos a pensar la discriminación hacia la mujer siempre ha existido. En España por ejemplo, en la antigüedad la mujer sufría violencia por parte de sus cónyuges, pero esto era un tema tabú, que sin embargo hoy día, estamos al tanto de todo a través de los medios de comunicación, esto le da la opción a la mujer de luchar por sus derechos y estar más protegidas.
La mujer también se ha visto afectada por la discriminación laboral y salarial. Por ejemplo se piensa que una mujer obrera o camionera es un “marimacho”, es decir, crean estereotipos y se las juzga por su trabajo o apariencia. La mujer y el hombre, se pueden dedicar a la misma profesión pero la remuneración de la mujer en algunos casos es más inferior que la del hombre.
En la socialización, también se marcan los estereotipos y prejuicios, ya que, adjetivos como valiente, fuerte, aventurero, se les designan a los niños y otros como dulce, débil, frágil, se les designan a las niñas. Desde la infancia esto ya se incluye en el proceso de aprendizaje. Otro ejemplo sería en las revistas de los comercios, ya que cuando se compra una revista de juguetes, por ejemplo, la sección de niños viene marcada por el color azul y con juguetes como camiones, coches, balones etc, mientras que la de la niña viene marca por el color rosa y con juguetes que sirve como imitación a sus madres, como por ejemplo la cocinita, el carrito de limpieza, muñecas y cochecitos como si fueran bebés etc. A través de estos estereotipos se crea el machismo, es decir, el hombre ejerce el poder sobre la mujer. Este individuo muchas veces piensa que la mujer solo sirve para estar en la casa y dedicarse a las labores domésticas.
En Andalucía se da el caso, de que las madres son más protectoras con las niñas que con los niños, es decir, en la adolescencia a la hora de salir, la niña tiene un “toque de queda” mientras que los niños no lo tienen.
En el hipotético caso de que una familia de tres hijos, una niña, un niño y un bebé y en la que ambos padres estén trabajando, ¿a quién quitarán del colegio, para que cuide al bebé? Según tus valores éticos, morales, o tu opinión del estereotipo, ¿cuál sería tu respuesta?
En conclusión, en comparación con Afganistán, las mujeres del resto del mundo tienen más libertad, aunque se enfrenten también a cierta discriminación y violencia. Muchas veces nos quejamos por cosas como ir al trabajo, estudiar o no saber qué ponernos…, lo que en definitiva no son más que problemas insignificantes, sin saber que otras mujeres no pueden ni pensar en ellos, porque se enfrentan a problemas más importantes, como la violación, la prostitución, la mutilación genital, la lapidación, la falta absoluta de libertad, la negación del derecho a la educación y a la atención sanitaria o la negación de los derechos básicos de cualquier ser humano.
“Una mujer ha sido quemada en Afganistán a manos de su marido por adulterio”. Constantemente quedamos “bombardeados” por este tipo de noticias desde la televisión, la radio…y, aunque en un principio quedemos sobrecogidos y coincidamos en catalogar esta noticia como “barbaridad”, parece que nuestro cerebro y conciencia son propensos a olvidar.
Muchas son las medidas que se toman a través de ONGs u otras organizaciones, pero estamos frente a un gobierno incompetente incapaz de poner soluciones definitivas a este problema de discriminación contra la mujer. Y es que esta discriminación atenta con todo derecho del ser humano como por ejemplo el derecho a la educación. Estas mujeres están condenadas a ser analfabetas porque sus draconianas o duras leyes lo mandan así. Y, por si no fuera poco, tras una vida (si realmente se le puede llamar así) llena de sufrimiento junto a su marido, si este se muere ella seguramente lo haga en breve ya que en estos países una mujer sin marido no significa absolutamente nada, no pudiendo ni trabajar ni mendigar para poder mantenerse. Otro país en el que se da esta situación es la India, en que todavía las mujeres y las niñas pueden ser vendidas y después deben trabajar duro para recaudar todo lo que costaron para devolverle el dinero a quien un día las compró; o pueden ser violadas por grupos de hombres que no tienen ningún miedo a la justicia.
En conclusión, se debe hacer frente a un problema tan relevante como es el de la discriminación de la mujer y para ello se deberían llevar a cabo medidas más eficaces para poder frenar esta situación.
Muchas mujeres sufren maltrato, limitaciones sobre su libertad, tratos vejatorios e incluso son tratadas de forma inferior en países generalmente pobres y cerrados a la vida exterior, y todo esto en pleno siglo XXI. Claro, todo cambia si en lugar de nombrar a países como Pakistán o Vietnam se nombrara a países como Alemania, Francia o Inglaterra ya que estos provocan otro tipo de imagen. No existe mayor discriminación entre personas que el dinero, quien más dinero tenga mejor se verá, lo mismo ocurre con los países, de los cuales se debería dar otra imagen a la sociedad para concienciarla de los graves delitos cometidos en ellos.
Si la imagen de estos cambia la gente se preocupará mas por cambiar su situación .Los políticos juegan un gran papel en la lucha por los derechos de la mujeres, porque deberían de preocuparse en mayor medida de los derechos de los seres humanos que de las múltiples e innecesarias guerras en las que participan. Para desterrar cosas tan graves como las que les pasan a las mujeres de estos lugares primero se debería estabilizar la situación de estos países, invirtiendo en negocios para enriquecer dichos países o simplemente esforzándose más en la trata con los altos cargos para establecer mejores relaciones.
Si esto fuera muy difícil de conseguir, se deberían proponer otro tipo de alternativas, pero siempre seguir luchando, aunque no funcione, porque las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres y no pueden llegar a este tipo de situaciones machistas que las hacen caer en el mas> más profundo de los olvidos.
En muchos países árabes, asiáticos o africanos las mujeres son sometidas a situaciones extremadamente desagradables como el ser lapidadas porque han sido violadas, el no poder llevar la ropa que ellas quieran, e incluso el ser quemadas por sus maridos por el mero hecho de creerlo oportuno. Un ejemplo de ello, lo tenemos recientemente en la India cuando una niña fue violada y ahorcada por un grupo de hombres.
Ahora párense a pensar ¿Qué pasaría y esto hubiese ocurrido en España o Alemania? Lo más seguro es que se hubiera abierto una investigación policial y se hubiera creado un gran revuelo social hasta dar con los culpables. Y ¿por qué esto no pasa en los otros países?, ¿por qué millones de mujeres tienen que aguantar ese calvario toda su vida?... La mentalidad de la sociedad de estos países es muy difícil que cambie, pero si podríamos esforzarnos por intervenir para que las leyes endurecieran las penas contra los culpables de estos terribles crímenes.
Lapidaciones, violaciones, ablaciones, palizas, insultos, humillaciones o vejaciones diversas son una terrible muestra de lo que tienen que sufrir las mujeres en el mundo debido a que muchos las consideran seres inferiores y dependientes del hombre. Esto ocurre mayoritariamente en los países subdesarrollados en los que existen, innecesariamente, ideas donde se toma hombre como ente hegemónico y superior. Algunos ejemplos de la alarmante situación que todavía se da, los encontramos, por ejemplo, en la violación y el asesinato reciente de una joven india por parte de cinco hombres o en la condena a muerte por lapidación de una joven marroquí a la que su propia suegra acusó de adulterio y en la que el tribunal dictó sentencia sin pruebas reales contra la chica.
Aunque gran parte de la discriminación sexual ocurra en los países del tercer mundo, no hay que olvidar que para intentar dar un enfoque global a la mejora de este tema, primero hay que equilibrar la situación en nuestros propios países. Aquí, en España, no podemos decir que exista igualdad entre ambos sexos, pues cada año son asesinadas muchas mujeres a mano de sus parejas en comparación con el ínfimo índice masculino. Las mujeres se siguen viendo afectadas en el entorno laboral a causa de las medidas discriminatorias contra ellas, por no hablar de que en los altos puestos ejecutivos y en otra variedad de trabajos el salario del hombre tiene un porcentaje mayor al de la mujer. Además, en las zonas más rurales del país se puede apreciar cierto pensamiento machista debido al poco desarrollo que sufren respecto a otras zonas más pobladas.
Para dar cierta estabilidad al panorama internacional se podrían tomar algunas decisiones por parte de las organizaciones internacionales como la ONU y las ONGs que serían el endurecimiento de las condenas a los maltratadores, aumentar las ayudas y fomentar la conciencia positiva para evitar el miedo y la desconfianza de las víctimas y que puedan denunciar tratos vejatorios o que los países afectados firmen acuerdos no exentos de evasión en los que se comprometan a disminuir la violencia contra las mujeres.
La violencia contra la mujer debería ser erradicada por completo ya que la mujer es un pilar fundamental para el desarrollo en muchos países. Este hecho no se haría de la noche a la mañana puesto que este tema es una lacra social difícil de diluir, pero poco a poco se puede llegar a la cima de este volcán y rociarlo con agua para poder apagar todas las mechas que discurren a lo largo del valle.
Doy la enhorabuena a mis alumnos de 2º de Bachillerato por lo bien que están trabajando en la materia de Proyecto Integrado de Comentario de Texto y el interés que demuestran en la publicación de sus comentarios críticos y en este caso, en particular, por colaborar con sus opiniones dentro del Proyecto de Coeducación.
Muchas de las noticias que oímos en la radio, vemos en la televisión o leemos en la prensa están relacionadas con las mujeres, seres que -sin saber bien el por qué- tienen un cartel colgado a sus espaldas en el que al parecer debe poner: inferior, insignificante, sin valor, despreciable o algo así, pues 66.000 mil mujeres son asesinadas de forma violenta en el mundo cada año. Y cada vez que sabemos de estas noticias se nos hace un nudo en la garganta pensando cómo es posible que ocurra esta barbarie en el siglo XXI, o al menos a mí se me pone la piel de gallina. Pero esta sensación no dura demasiado tiempo, pues pronto sabemos echarle un velo por encima y decidimos mirar para otra parte y ocuparnos de otros asuntos de menor importancia.
Nos hablan de las mujeres afganas y de otros lugares en el que son discriminadas hasta más no poder, prohibiéndoles entre otras cosas el pasear solas por las calles, trabajar, y qué decir de estudiar e incluso de recibir asistencia médica, salvo en hospitales de mala muerte. Sabemos que son obligadas a llevar un burka y que si son infieles a sus maridos son condenadas a muerte por lapidación, sabiendo de sobra que los hombres de Afganitán son los más misóginos del planeta, como afirma la ONU. Pero lo peor de todo es que al parecer creemos que esta catástrofe solo ocurre fuera de nuestro país y no es así, ya que de una forma más encubierta muchas mujeres tanto de España como de otros países del mundo siguen siendo discriminadas de muchas maneras: cuando reciben menos sueldo por el mismo trabajo que desempeña un hombre; cuando se quedan embarazadas y su puesto de trabajo corre peligro; cuando son madres solteras y han de soportar las críticas de la sociedad que sigue siendo en el fondo bastante machista; cuando llevan una vida algo más licenciosa y libre y son tachadas de “libertinas” (por utilizar un eufemismo) mientras que en los hombres ese tipo de vida no está mal viso o al menos es más comprensible; o cuando soportan a diario el peso de la casa y de la educación de los hijos, además de sus responsabilidades y obligaciones laborales…….. Y así sucesivamente con esa frase estúpida de que las mujeres son el sexo débil cuando en realidad sabemos que las mujeres son la médula espinal del mundo.
Y seguiremos pensado que la sociedad está bien, que tenemos todos los habitantes de este planeta los mismo derechos, pero seguirá existiendo la misma discriminación y mientras que todo lo que nos rodea está liderado mayoritariamente por hombres la situación no cambiará, creeremos que somos iguales y seguiremos pensado que todo está bien porque ya lo dice el dicho;
"Ojos que no ven, corazón que no siente."
Señoras y sobre todo señoritas, sin desmerecer su esfuerzo por la igualdad de los hombres y mujeres, niños y niñas en el mundo: comparar la situación de las mujeres en este país con la de Afganistán es una burla no sólo a los hombres de este país sino también a las mujeres. Si en Afganistán no dejan a las mujeres tener menstruación, por ejemplo, en relativa tranquilidad, o ver la tv o ir al médico porque TODOS los médicos de Afganistán son hombres, eso NO ES CULPA de los españoles, porque Afganistán no fue nunca colonia española. Ya basta de blanquear el feminazismo de la Sra. Irene Montero porque "los españoles somos como los afganos, la culpa es del hetero-patriarcado" y después decir que los magrebíes que violan grupalmente y DESDENTAN a chicas españolas lo hacen porque "es su cultura". BASTA YA DE DEMAGOGIA progre, ser un caballero con las señoritas no es ser un "hetero-patriarca" ni un medioafgano. Cultura es leerse el Quijote o a Shakespeare, no violar a chicas ni hacer turismo sexual. Sin ánimo de ofender.
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