El Senado, de “Senatus”
(consejo de ancianos), nació en Roma durante el período de la Monarquía (siglos
VIII a VI a.C.), estaba formado incialmente por 100 notables y tenía como
funciones fundamentales: el ser un órgano consultivo, ayudar y aconsejar al
monarca en su tarea de gobierno, velar por el mantenimiento de las costumbres
de los antepasados ("mos maiorum") y asegurar
la sucesión pacífica al trono cuando un rey moría, puesto que la Monarquía en
Roma no tenía carácter hereditario. Así, cuando esto sucedía se abría un
período denominado “interregnum”, en el que el Senado se encargaba de escoger a
uno de sus miembros como “interrex” durante el plazo de cinco días, que era el
estipulado para la elección del sucesor. Los requisitos que debía tener el
candidato al trono eran los siguientes:
- El candidato debía contar con el beneplácito de la asamblea del pueblo y del Senado.
- Los auspicios que se celebraban para verificar el candidato debían ser favorables.
- Los comicios curiados, es decir, el pueblo en asamblea debía dotarle de autoridad legal al conferirle el “imperium”, que era el poder que le capacitaba para aplicar la ley y dirigir las tropas.
Ceccare Maccari (1840-1919), Cicerón denuncia en el Senado a Catilina |
Aunque el Senado fue una
institución que nació en la época de la Monarquía, sin embargo alcanzó su
esplendor durante la República (siglos VI a I a. C). Pasó entonces a estar formada
a mediados de este período por 300 miembros que tenían carácter vitalicio y que
ya habían pasado por las magistraturas curules, aportando así una
experiencia de gobierno, aunque fueran en distintas competencias.
El senado estaba formado por los “paters” (los representantes de las familias patricias) y por los “conscripti”, que eran los magistrados curules (cónsules, pretores y ediles). Más tarde, los censores, -que eran los magistrados superiores que elaboraban el censo, confeccionaban la lista de los miembros del Senado ("album senatorium") y tenían el poder de expulsar a los miembros del Senado-, incorporaron a senadores que no habían ejercido magistraturas, los “senatores pedarii”, los cuales podían formar parte de esta institución, pero no tenían el derecho a tomar la palabra.
El senado estaba formado por los “paters” (los representantes de las familias patricias) y por los “conscripti”, que eran los magistrados curules (cónsules, pretores y ediles). Más tarde, los censores, -que eran los magistrados superiores que elaboraban el censo, confeccionaban la lista de los miembros del Senado ("album senatorium") y tenían el poder de expulsar a los miembros del Senado-, incorporaron a senadores que no habían ejercido magistraturas, los “senatores pedarii”, los cuales podían formar parte de esta institución, pero no tenían el derecho a tomar la palabra.
Cicerón ante el Senado romano. |
Apio Claudio, el ciego, llegando al Senado para pronunciar un discurso sobre la guerra contra Pirro. |
La autoridad del Senado
tenía de positivo que frenaba el abuso de poder de los magistrados, pero tenía
de negativo el hecho de que cortaba la libertad de los ciudadanos reunidos en
asambleas. Para imponer su criterio, el Senado contaba con dos instrumentos
legales: la "auctoritas patrum", que
ratificaba las leyes aprobadas por los comicios y que era fundamental para que
entraran en vigor; y el "cosilium" o
consejo-orden dirigido a los magistrados. Además estaba el "senatus consultum", que eran las resoluciones del Senado de obligado
cumplimiento.
El senado romano, imagen de la serie Roma |
Como por desgracia suele ocurrir
con muchas instituciones políticas que nacieron con un buen fin y con el objeto
de frenar los abusos de poder, ella misma terminó por corromperse, traicionando
los principios que la sustentaban en su origen.
Nos despedimos con un
fragmento de la serie Roma en donde en senador Catón crítica las actuaciones de
Julio César en las guerras de las Galias y su abuso de poder.
Deseamos que os haya
gustado el tema de hoy.
Hasta la semana que
viene con más temas del mundo clásico.
Bibliografía:
Pont Gallego, Conxa; Pellicer Mor, Jose Luis; Marco
Gasco, Rosario, (aut.): Manual de Latín de 4º de ESO, Santillana,
2008
4 comentarios:
Muy bueno
A
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