lunes, 11 de junio de 2012



La orquesta y las formas sinfónicas después de Beethoven recibirán un fuerte impulso, sobre todo con Berlioz, que establece las bases de la orquesta moderna que, con pocas variaciones, ha llegado hasta la actualidad. En las obras de Berlioz hay momentos en los que se podría modificar algo de la melodía o de la armonía y no pasaría nada pero si se cambiara algo de la instrumentación, la obra dejaría de ser la misma. Ha sido famoso su “Tratado de instrumentación”.

Los sinfonistas románticos que siguen a Beethoven mantienen la forma sonata aunque con una estructura más libre como marca el espíritu romántico. Pero será el poema sinfónico la gran innovación del Romanticismo. Es una obra de un solo movimiento, de forma muy libre, normalmente para orquesta, en que se desarrolla sin palabras algún tema o idea, partiendo de un elemento literario que puede ser un poema, texto, guión literario, idea dominante, leyenda, hecho histórico o cualquier argumento. El poema sinfónico va unido a la música de programa y nació como contraposición a la música pura.

Sinfonía Fantástica
Los gérmenes descriptivos están sobre todo con la “idea fija” de la “Sinfonía Fantástica” de Berlioz. Una representación de Hamlet despertó en él dos pasiones: la de Shakespeare, embrión de muchas obras programáticas, y la de la protagonista, la actriz Harriet Smithson; se enamoró de ella y esto dio lugar a la obra autobiográfica Sinfonía Fantástica que lleva el subtitulo de Episodios de la vida de un artista.

El estreno de la Sinfonía Fantástica tuvo lugar el 5 de diciembre de 1830 en el Conservatorio de París. El público asistente recibió un programa confeccionado por Berlioz en el que explicaba el significado de su música. Escribió: “Un joven músico de enfermiza hipersensibilidad y fuerte imaginación se envenena a sí mismo con opio en un ataque de desesperada pasión. La dosis no es lo suficientemente fuerte para provocarle la muerte pero le produce un sueño muy profundo acompañado de extrañas visiones en las que las experiencias, sentimientos y recuerdos de su mente enferma se transforman en imágenes y pensamientos musicales. La amada, incluso, se le aparece como una melodía que él siempre oye allá donde va (idea fija)”.

La novedad de esta sinfonía es el regreso al tema inicial del primer movimiento, la idea fija, en todos los demás movimientos, transformado, anunciando el concepto de leitmotiv wagneriano. El primer movimiento se titula “Ensueños y pasiones” con una introducción lenta seguida de un allegro con forma sonata modificada, el tema de la idea fija de 40 compases. El 2º movimiento es un vals y se corresponde al scherzo clásico; aquí el artista sueña que está en un baile pensando en su amada. El tercer movimiento “Escena campestre” se trata de un adagio en forma bipartita realizado por un dúo de oboe y flauta; el protagonista, incluso en los tranquilos campos, no puede dejar de pensar en su amada y se imagina que le está engañando. En el 4º movimiento, titulado “Marcha hacia el patíbulo”, el artista sueña que ha asesinado a su amada. Es condenado a muerte y conducido al cadalso en donde le espera la guillotina. El 5º movimiento se titula “Sueño de una noche de aquelarre” donde en su sueño, fantasmas, brujas y monstruos asisten, junto a su amada, a su funeral.


F. Liszt
En 1830 Liszt oye la Sinfonía Fantástica de Berlioz y cambia totalmente el rumbo de su carrera, pasando del virtuosismo pianístico, improvisando en los salones sobre melodías de moda y ganándose la admiración de todos, a una búsqueda de la correlación total entre el texto (el programa de una obra y los sentimientos que de él se desprenden) y su traducción en música. Así surgen sus 12 poemas sinfónicos, y el tercero llamado “Los preludios” es su preferido. Inicialmente fue compuesto como obertura y posteriormente le buscó un programa que surgió de las ideas de las “Meditaciones Poéticas” del escritor francés Lamartine: “Que es la vida sino una serie de preludios a aquél canto desconocido cuya primera nota es la muerte”. De un solo movimiento en forma tripartita A-B-A’, tiene una especie de idea fija de tres notas y esta célula sufre seis transformaciones en instrumentación, carácter y ritmo.

Celia Bueno

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