Muchos
son los que niegan la existencia de la magia, sin embargo unos pocos afortunados
la conocen porque saben cuál es el poder que tienen los libros. Los libros y
las historias que contienen tienen la capacidad de ilusionarnos y de transportarnos
a otros mundos para vivir historias apasionantes. Por tal motivo, los que han
conocido y conocen este poder pueden llamarse dichosos.
Hoy
en día, sin embargo, podemos afirmar que las nuevas generaciones se están
alejando de la lectura y desdichadamente no conocen una historia emocionante
basada en una obra literaria hasta que no hacen una versión cinematográfica o
una adaptación a formato videojuego. Si
un día nos paráramos a observar la vida que transcurre en la calle o en un
retirado y tranquilo parque, nos daríamos cuenta que la tecnología se impone,
que muchos son los que están conectados a un móvil y pocos los que disfrutan plácidamente de la magia de un libro bajo la
sombra de un árbol, mientras los niños juegan, el viento mueve las hojas de los
árboles, los pájaros revoletean de un sitio para otro y la gente –cada uno con
sus propios problemas- pasa delante de aquellos pocos que han querido abandonar
por un momento la vida diaria para sumergirse en las páginas de un libro.
La
magia de abrir un libro es la que te lleva a diferentes y maravillosos sitios
sin la necesidad de moverte. De este modo puedes viajar a paisajes exóticos, a ciudades
que se encuentran a cientos de kilómetros de donde estás, a lugares que ya no
existen o que pertenecen a otro tiempo. Llamo, pues, magia a lo que hace que te
sientas como la protagonista de una increíble historia, pues al leer dejas de
ser tú, y pasas a ser un joven mago huérfano, una niña con ricitos de oro o una
intrépida espía que se esconde tras la imagen de una costurera, al mismo tiempo
que experimentas los mismos sentimientos de los personajes que forman parte del
universo literario en el que el lector se adentra.
Realmente
no hay excusa para no leer, al menos un rato. Creo que es necesario hacer una
escapadita al mundo de los libros, pues todo el mundo –si quiere y se lo
propone- puede dedicar un momento a la lectura. En definitiva si no eres amante
de los libros, nunca sabrás lo que es saborear el olor de un libro nuevo;
enamorarte de un personaje inventado; quedarte atrapado por el suspense que te
crea el escritor y que hace que no puedas dejar de leer; esperar ansiosamente
la publicación de la continuación de una novela que te dejó enganchado; o
imaginar cuál hubiera sido el cierre perfecto para el libro que terminó con un
final abierto. Ser amante de la lectura es, al fin y al cabo, saber sentir por
ti y por todos los personajes, es ser tú y ser muchas personas, animales o
cosas, es saber apreciar lo bueno en un mundo donde se aprecia más lo nuevo,
sea mejor o no a lo anterior. Amar un libro es darle la eternidad a un
personaje, amar su magia sin querer descubrir su truco.
Te
gusta la magia? Abre un libro.
Ángela
Ganfornina Alcón, 2º de Bachillerato A
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