martes, 14 de abril de 2015

La tierra y la luna tuvieron el mismo origen.

Gracias a una de las simulaciones más precisas que se han hecho del proceso de formación de los planetas de nuestro Sistema Solar se ha revelado el misterio que rodea a la formación de nuestro satélite, la Luna. ¿Cómo se formó realmente? Para contestar a esta pregunta hemos tenido a Celia Romero, Alejandro Perea y Raul Díaz, alumnos de 1º de la ESO, que han leído la noticia estupendamente.


El planteamiento de la “teoría del gran impacto” explica que nuestro planeta chocó hace millones de años con otro bautizado como Theia y esto provocó que una pequeña parte saliera despedida y acabase mezclándose con los restos de este cuerpo celeste, Theia, que luego formarían la Luna. Lo cierto es que las muestras de rocas lunares muestran una composición muy similar a las rocas de la Tierra. ¿Cómo es esto posible si otros cuerpos del sistema solar presentan composiciones diferentes? Con este planteamiento, Theia debería haber formado una Luna muy distinta a la actual. 

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