Narciso, Carvaggio (1571-1610) |
Enlazando con el "Carpe diem" de la semana pasada los alumnos de 4º de ESO de Latín nos han hablado hoy en la radio escolar del personaje de Narciso, un bello muchacho, que según la mitología gracolatina fue insensible al amor.
Cuenta la versión ovidiana de las Metamorfosis (Libro III, vv. 339-510) que al nacer Narciso sus padres,el dios del río Cefiso y la ninfa Liríope, preguntaron al adivino Tiresias cuál era el futuro de su hijo, y este le contestó que viviría hasta llegar a viejo siempre y cuando "no se conociere", es decir, no se mirara a sí mismo.
El tiempo terminó dando la razón al famoso Tiresias y ahora veréis por qué: cuando llegó a la adolescencia fue tan hermoso que numerosas doncellas y ninfas se enamoraron perdidamente de él, sin embargo Narciso permaneció impasible ante la pasión que despertaba a su alrededor. Una de las jóvenes que se enamoró locamente de él fue Eco, una oréade o ninfa de la montaña que vivía en el monte Helicón, y que ante el desprecio de Narciso se quedó tan sumamente delgada que solo quedó de ella una voz lastimera. Finalmente las doncellas rechazadas clamaron venganza a la diosa Némesis quien hizo que Narciso encontrara la muerte al mirarse en una fuente y enamorarse de sí mismo.
Narciso y Eco (1903), J. W. Waterhouse (1849-1917) |
Como en el caso del mito de Jacinto, en el lugar de la muerte de Narciso brotó una flor que a partir de ese momento se llamaría así en su honor.
Además de la versión más conocida de Ovidio, se encuentra una de origen beocio que básicamente se parece en el desenlace, pero que difiere en el desencadenante, pues en este caso no es la ninfa Eco la que pide venganza a Némesis sino el joven Aminias que terminó suicidándose al no ser aceptado por Narciso.
Este mito a través de las Metamorfosis de Ovidio fue fuente de inspiración para numerosos pintores, escultores o escritores de todos los tiempos. Ejemplo de ello lo tenemos en las imágenes que ilustran este artículo o en los siguientes versos del poeta barcelonés Juan de Boscá Almogáver (1493- 1542), introductor -junto a su amigo Garcilaso de la Vega- de los metros italianos en la poesía española del siglo XVI:
Además de la versión más conocida de Ovidio, se encuentra una de origen beocio que básicamente se parece en el desenlace, pero que difiere en el desencadenante, pues en este caso no es la ninfa Eco la que pide venganza a Némesis sino el joven Aminias que terminó suicidándose al no ser aceptado por Narciso.
Narciso, Benvenuto Celliini (1500-1571) |
Porque quien me da
pasión
no me consiente tenella,
dirás a la causa della
que vea en ti la razón
que tengo de padecella,
sino que temo que en ti
vea el bien y (el) paraíso,
que la muerte me da a mí
y muere como Narciso
de amores propios de sí.
no me consiente tenella,
dirás a la causa della
que vea en ti la razón
que tengo de padecella,
sino que temo que en ti
vea el bien y (el) paraíso,
que la muerte me da a mí
y muere como Narciso
de amores propios de sí.
(Del mismo a un espejo, Poesías)
Agradecemos, como siempre, la colaboración de los alumnos de 4º de ESO de Latín en esta sección radiofónica.
Constantino Falcón Ramírez, Emilio Fernández Galiano y Raquel López Melero: Diccionario de mitología clásica, Alianza Editorial, 1986
Pierre Grimal, Diccionario de mitología griega y romana, Paidós Ibérica 2010.
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