lunes, 9 de abril de 2012

Beethoven





Dedico este programa solo a la figura de Beethoven dado que se trata de un músico a medio camino entre el clasicismo y el romanticismo musical. Ha sido considerado el fundador del romanticismo y su obra influyó en compositores muy posteriores a él.
Beethoven nació en Bonn en 1770 y murió en Viena en 1827. Recibió de su padre, un músico fracasado y alcohólico, sus primeras nociones de música. Éste pronto se percató de que tenía un gran talento y quiso aprovecharlo, intentando hacer de él otro Mozart, para así enriquecerse presentándolo en público. Pero no consiguió su propósito y estuvo a punto de echar a perder las dotes musicales de su hijo. Esta situación, unida a un ambiente familiar difícil, fue moldeando el carácter arisco y rebelde de Beethoven.
A los 17 años viajó a Viena por primera vez y Mozart, quien había reparado en sus cualidades musicales, le dio clases por poco tiempo. En la capital austriaca tuvo otros maestros, Haydn, con el que tuvo relaciones poco cordiales, y Antonio Salieri, al que admiraba. Por entonces, Beethoven era muy célebre entre la sociedad vienesa como pianista, especialmente como improvisador, y sus primeras obras, aunque herederas del clasicismo, eran recibidas con una mezcla de admiración y perplejidad. Poco a poco llegó a ser famoso en toda Europa y contaba con influyentes amigos de la nobleza, los cuales hicieron posible el ideal del músico: crear en libertad sin estar sometido a nadie.
Cuando tenía 27 años empezó a ser consciente de su pérdida de audición y su carácter se agrió aún más. Incluso llegó a plantearse unos años más tarde el suicidio pero se lo impidió su necesidad de crear según comenta en su testamento. Es por estos años de asilamiento cuando deja atrás definitivamente los moldes clásicos y empieza una etapa de madurez en la que produce obras geniales. Aunque era considerado poco sociable y sus últimas obras fueron poco comprendidas como la Novena sinfonía, el afecto del que gozó como artista queda reflejado en la multitud que asistió a su funeral, entre 15.000 y 20.000 asistentes.
Beethoven dio nueva vida a las formas clásicas, a la sinfonía, al cuarteto de cuerda y a la sonata para piano, llevándolas a un desarrollo y libertades estructurales sin precedentes. Y lo mismo cabe decir de su escritura instrumental, sentando las bases de un estilo exclusivamente pianístico en sus últimas sonatas. Como compositor romántico, lo importante era la expresión de su mundo interior, y sus obras iban más allá de las limitaciones que suponen el seguimiento más o menos fiel a una estructura concreta o a las posibilidades de un instrumento o una agrupación instrumental.
Hoy hemos escuchado algunos fragmentos de las tres últimas sonatas para piano, las nº 30, 31 y 32, y de la sinfonía nº 6 “Pastoral” la cual Beethoven subtituló como “Recuerdos de la vida campestre” donde cada uno de sus cinco motivos lleva un título descriptivo y por ello es considerada música programática.
Celia Bueno

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