Esta actividad ha tenido por objeto que los alumnos de la Asignatura Historia del Arte de 2º de Bachillerato, y otros alumnos del mismo nivel con interés en esta disciplina, hayan podido disfrutar de un día en la ciudad de Córdoba, aplicando los conocimientos adquiridos en el conjunto monumental de esta ciudad excepcional patrimonio de la humanidad. Córdoba nos ofrece una extraordinaria variedad de obras de diferentes estilos y épocas, algunas de las cuales constituyen hitos reconocidos y únicos en el arte universal. Esto ha justificado la elección de esta Ciudad para realizar este Curso la actividad extraescolar de nuestra Asignatura. Comenzamos nuestra visita en el yacimiento arqueológico de Madinat Al-Zahra, que se extiende por lo que fue la magnífica ciudad palatina de los califas omeyas de Córdoba. Dejamos nuestro bus en el parking del Centro de Visitantes, e iniciamos nuestro periplo en este nuevo edificio de recepción, que merece la pena no solo por introducirnos a la historia y valor artístico del yacimiento, sino por su propio diseño arquitectónico, al mismo tiempo moderno, funcional y armónico con el entorno (fue premio internacional Aga Khan de Arquitectura en 2010).
Después de disfrutar de una interesante recreación virtual de la ciudad en su época de esplendor, pudimos disfrutar en las salas con algunas de las piezas y elementos arquitectónicos más emblemáticos y que se han recuperado gracias a los trabajos arqueológicos que se vienen desarrollando hace más de un siglo. Especialmente, tuvimos la suerte de contemplar el ciervo de bronce que constituiría uno de los surtidores de la alberca principal, situada frente al Salón Rico o del Trono. Esta pieza es absolutamente excepcional, tanto por tratarse de una representación animal en el arte islámico como por su delicada factura. Se conserva la que sería su pareja en el Museo de Arte Islámico de Doha, en Qatar, y muy pocos ejemplares similares en el mundo. Tras subir al espacio físico de la vieja ciudad hispanomusulmana, hicimos un recorrido muy completo por las calles y principales lugares de Madinat Al-Zahra, recordamos algunos episodios históricos y disfrutamos del que se considera uno de los principales yacimientos arqueológicos medievales de Europa. Allí, sobre el terreno, se aprecia la dificultad del trabajo de historiadores, arqueólogos y restauradores, que especialmente en estos últimos 60 años vienen realizando una labor concienzuda de reconstrucción (“anastilosis”) de los principales espacios, a partir de cientos de miles de fragmentos. De hecho, pudimos comprobar estos trabajos en la propia fachada del Salón Rico, y con cierta decepción, ya que sigue cerrado por estas obras desde hace algunos años. Como podéis apreciar en la foto, se ha procedido a desmontar por completo la arquería de la fachada, para reconstruirla según el estado actual de las investigaciones sobre la disposición original de este excepcional edificio.
Después de nuestra visita a Madinat Al-Zahra, nos dirigimos a Córdoba, y empezamos un paseo por su casco antiguo en la vieja Puerta de Sevilla. A partir de ahí, nos dirigimos hacia la zona de la Mezquita-Catedral atravesando la antigua judería, y pudimos apreciar la característica disposición de las calles (especialmente en el entorno de la Calle Judíos, donde se encuentra la sinagoga), que recuerdan el urbanismo medieval andalusí. Tras la comida, iniciamos nuestra visita a la Mezquita-Catedral, en la que pudimos apreciar el maravilloso patrimonio de este monumento milenario, además de conocer a visitantes de medio mundo. Por último, completamos el día paseando por la zona del viejo puente desde el que pudimos contemplar un hermoso atardecer con la ciudad y su “Río Grande” como fondo; así nos despedimos de Córdoba...
Después de disfrutar de una interesante recreación virtual de la ciudad en su época de esplendor, pudimos disfrutar en las salas con algunas de las piezas y elementos arquitectónicos más emblemáticos y que se han recuperado gracias a los trabajos arqueológicos que se vienen desarrollando hace más de un siglo. Especialmente, tuvimos la suerte de contemplar el ciervo de bronce que constituiría uno de los surtidores de la alberca principal, situada frente al Salón Rico o del Trono. Esta pieza es absolutamente excepcional, tanto por tratarse de una representación animal en el arte islámico como por su delicada factura. Se conserva la que sería su pareja en el Museo de Arte Islámico de Doha, en Qatar, y muy pocos ejemplares similares en el mundo. Tras subir al espacio físico de la vieja ciudad hispanomusulmana, hicimos un recorrido muy completo por las calles y principales lugares de Madinat Al-Zahra, recordamos algunos episodios históricos y disfrutamos del que se considera uno de los principales yacimientos arqueológicos medievales de Europa. Allí, sobre el terreno, se aprecia la dificultad del trabajo de historiadores, arqueólogos y restauradores, que especialmente en estos últimos 60 años vienen realizando una labor concienzuda de reconstrucción (“anastilosis”) de los principales espacios, a partir de cientos de miles de fragmentos. De hecho, pudimos comprobar estos trabajos en la propia fachada del Salón Rico, y con cierta decepción, ya que sigue cerrado por estas obras desde hace algunos años. Como podéis apreciar en la foto, se ha procedido a desmontar por completo la arquería de la fachada, para reconstruirla según el estado actual de las investigaciones sobre la disposición original de este excepcional edificio.
Después de nuestra visita a Madinat Al-Zahra, nos dirigimos a Córdoba, y empezamos un paseo por su casco antiguo en la vieja Puerta de Sevilla. A partir de ahí, nos dirigimos hacia la zona de la Mezquita-Catedral atravesando la antigua judería, y pudimos apreciar la característica disposición de las calles (especialmente en el entorno de la Calle Judíos, donde se encuentra la sinagoga), que recuerdan el urbanismo medieval andalusí. Tras la comida, iniciamos nuestra visita a la Mezquita-Catedral, en la que pudimos apreciar el maravilloso patrimonio de este monumento milenario, además de conocer a visitantes de medio mundo. Por último, completamos el día paseando por la zona del viejo puente desde el que pudimos contemplar un hermoso atardecer con la ciudad y su “Río Grande” como fondo; así nos despedimos de Córdoba...
Javier Tinoco
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