La Navidad, esa época del año que mucha gente desea que llegue con ilusión y alegría, es la última fiesta del año donde la mayoría de familias se reúnen
para pasar unos días juntos, hay reencuentros, sorpresas y se respira felicidad
por las calles de las ciudades.
Lo que no
pensamos es que hay muchas personas que no tienen esa suerte de poder compartir
estos días con su familia. Es verdad que en estas fechas también nos volvemos más
solidarios y ayudamos más a la gente necesitada, puesto que todos merecemos
pasarlo bien en estas fechas. Con tan solo algo de comida, una sonrisa o
cualquier gesto de cariño ya regalamos felicidad. Esto nos hace tener
conciencia de que no todo el mundo es tan afortunado, y no tiene que ser solo
en estas fechas cuando ayudemos, sino a lo largo de todo el año.
Es en estos momentos cuando se demuestra el
lado más humano (y nunca mejor dicho) de la sociedad de hoy en día. Quizás el dejar a un lado el egoísmo y la obsesión
por las compras, y compartir lo que tenemos
con los demás es lo que nos puede hacer felices de verdad.
Ana Sánchez Reina (2º de Bchto. A)
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