El especialista en investigación e interpretación
de música antigua Jordi Savall, uno de los más prestigiosos de los últimos
cincuenta años en el mundo, ha rechazado el Premio Nacional de Música-2014 por
los motivos que expone en la carta, dirigida al ministro Wert, que reproducimos
a continuación.
Sr. José Ignacio Wert, Ministro de Educación, Cultura y
Deportes, Gobierno de España
Distinguido Sr. Wert,
Distinguidos Señores del Jurado del Premio Nacional de
Música 2014.
Recibir la
noticia de este importante premio me ha creado dos sentimientos profundamente
contradictorios y totalmente incompatibles: primero, una gran alegría por un
tardío reconocimiento a más de 40 años de dedicación apasionada y exigente a la
difusión de la música como fuerza y lenguaje de civilización y de convivencia y,
al mismo tiempo ,
una inmensa tristeza por sentir que no podía aceptarlo sin traicionar mis
principios y mis convicciones más intimas.
Lamento tener
que comunicarles pues, que no puedo aceptar esta distinción, ya que viene dada
de la mano de la principal institución del estado español responsable, a mi
entender, del dramático desinterés y de la grave incompetencia en la defensa y
promoción del arte y de sus creadores. Una distinción que proviene de un
Ministerio de Educación, Cultura y Deportes responsable también de mantener en
el olvido una parte esencial de nuestra cultura, el patrimonio musical
hispánico milenario, así como
de menospreciar a la inmensa mayoría de músicos que con grandes sacrificios
dedican sus vidas a mantenerlo vivo.
Es cierto que
en algunas contadas ocasiones he podido beneficiarme, a lo largo de más de 40
años de actividad, de alguna colaboración institucional: la celebración del V
Centenario del descubrimiento de América, las pequeñas ayudas a giras
internacionales y recientemente las invitaciones del Centro Nacional de
Difusión Musical a presentar nuestros proyectos en Madrid. Pero igual que la inmensa
mayoría de músicos y conjuntos del país, he seguido adelante sólo con mi esfuerzo personal sin
contar jamás con una ayuda institucional estable a la producción y
materialización de todos mis proyectos musicales. Demasiado tiempo en que las
instancias del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes que usted dirige
continúan sin dar el impulso necesario a las diferentes disciplinas de la vida
cultural del Estado español que luchan actualmente por sobrevivir sin un amparo
institucional ni una ley de mecenazgo que las ayudaría, sin duda alguna, a financiarse
y a afianzarse.
Vivimos en una
grave crisis política, económica y cultural, a consecuencia de la cual una
cuarta parte de los españoles está en situación de gran precariedad y más de la
mitad de nuestros jóvenes no tiene ni tendrá posibilidad alguna de conseguir un
trabajo que les asegure una vida
mínimamente digna. La Cultura, el Arte, y especialmente la Música, son la base
de la educación que nos permite realizarnos personalmente y, al mismo tiempo , estar presentes como
entidad cultural, en un mundo cada vez más globalizado. Estoy profundamente
convencido que el arte es útil a la sociedad, contribuyendo a la educación de
los jóvenes, y a elevar y a fortalecer la dimensión humana y espiritual del ser
humano. ¿Cuántos españoles han podido alguna vez en sus vidas, escuchar en vivo
las sublimes músicas de Cristóbal de Morales, Francisco Guerrero o Tomás Luis
de Victoria? Quizás algunos miles de privilegiados que han podido asistir a
algún concierto de los poquísimos festivales que programan este tipo de música.
Pero la inmensa mayoría, nunca podrá beneficiarse de la fabulosa energía espiritual
que transmiten la divina belleza de estas músicas. ¿Podríamos imaginar un Museo
del Prado en el cual todo el patrimonio antiguo no fuera accesible? Pues esto
es lo que sucede con la música, ya que la música viva sólo existe cuando un
cantante la canta o un músico la toca, los músicos son los verdaderos museos
vivientes del arte musical. Es gracias a ellos que podemos escuchar las
Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, los Villancicos y Motetes de los
siglos de Oro, los Tonos Humanos y Divinos del Barroco… Por ello es
indispensable dar a los músicos un mínimo de apoyo institucional estable, ya
que sin ellos nuestro patrimonio musical continuaría durmiendo el triste sueño
del olvido y de la ignorancia.
La ignorancia
y la amnesia son el fin de toda civilización, ya que sin educación no hay arte
y sin memoria no hay justicia. No podemos permitir que la ignorancia y la falta
de conciencia del valor de la cultura de los responsables de las más altas
instancias del gobierno de España, erosionen impunemente el arduo trabajo de
tantos músicos, actores, bailarines, cineastas, escritores y artistas plásticos
que detentan el verdadero estandarte de la Cultura y que no merecen sin duda
alguna el trato que padecen, pues son los verdaderos protagonistas de la identidad
cultural de este país.
Por todo ello,
y con profunda tristeza, le reitero mi renuncia al Premio Nacional de Música
2014, esperando que este sacrificio sea comprendido como un acto revulsivo en
defensa de la dignidad de los artistas y pueda, quizás, servir de reflexión
para imaginar y construir un futuro más esperanzador para nuestros jóvenes.
Creo, como
decía Dostoyevski, que la Belleza salvará al mundo, pero
para ello es necesario poder vivir con dignidad y tener acceso a la Educación y
a la Cultura.
Cordialmente
le saluda,
Jordi Savall
Fuente:
2 comentarios:
Jordi Savall demuestra que, además de poseer un enorme talento, tiene dignidad, valentía, compromiso y una elevada altura ética. Personas como él ayudan a recuperar la confianza en el ser humano. Muchas gracias, maestro.
Había escuchado parte de la carta en la radio, pero tenía muchas ganas de leerla. Gracias, Alfonso.
Conforta comprobar que aún hay personas que consideran que la dignidad está por encima de los reconocimientos (aunque estos sean sobradamente merecidos). La vergüenza que sentimos muchos ciudadanos en España por el desprecio con el que este gobierno trata a la cultura en general, queda perfectamente reflejada y explicada en la carta que Jordi Savall dirige al ministro.
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