El británico Robert Scott y el noruego Roald Amundsen tenían muy pocas cosas en común pero compartían un sueño: ambos ambionaban ser el primer hombre en pisar el polo sur.
K.T. Hao y Montserrat Fullà, ilustraciones de Robert Ingpen, Editorial Vicens Vivens |
Con ese propósito, a finales de 1911 los dos aventureros emprendieron una temeraria carrera sobre regiones inexploradas de la Antártida. Durante cuatro meses recorrieron a pie cerca de 3.000km, ascendieron montañas por peligrosos glaciares y tuvieron que soportar temperaturas de -50ºC.
El viaje aclaró algunos interrogantes que se habían planteado: ¿Era mejor avanzar esquiando o caminar sobre la nieve? Para tirar de los trineos ¿Serán más útiles los perros o los ponis? ¿Cuál era la ropa más adecuada para protegerse de tan bajas temperaturas?
Los británicos y los noruegos respondieron de forma distinta a aquellas preguntas, y la trágica muerte de los componentes de uno de los grupos reveló que sólo el otro había acertado en sus respuestas.
Os recomiendo este apasionante libro para que conozcáis las dificultades que se encontraron estos aventureros y científicos en su conquista hasta el polo Sur. Ese lugar geográfico donde todo queda hacia el norte.
Después de su lectura, deberíamos plantearnos la siguiente cuestión. "¿Crees que una expedición como la del polo sur debió hacerse en competencia, como una carrera, o en colaboración con otros países?
El próximo martes, 20 de marzo D. Miguel Ángel Jiménez Tenorio, Doctor en Ciencias Químicas que ha participado en una campaña antártica a bordo del Hespérides, nos dará una interesante charla: "La Antártida, un continente para la Ciencia y para la paz".
1 comentario:
Estupenda recomendación lectora, que servirá de complemento a la charla que tendrá lugar la próxima semana.
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