“Remember remember the fifth of November
Gunpowder, treason and plot.
I see no reason why gunpowder, treason
Should ever be forgot…”
(Discurso poético de Lancelot Andrewes)
“Recuerden, recuerden, el cinco de noviembre,
conspiración, pólvora y traición,
no veo la demora, y siempre es la hora, de evocarla sin dilación…”
(Interpretación de V, en la pelí¬cula V de Vendetta)
Tras la noche de Halloween el fuego sigue presente en el Reino Unido. Cuando cae el sol el día 5 de noviembre, las ciudades se llenan de hogueras, fuegos artificiales y pirotecnia. Grandes y pequeños salen a la calle para celebrar la mágica noche de Guy Fawkes, o Bonfire Night (‘La noche de las hogueras’), una curiosa tradición que no está dedicada a conmemorar ningún hito o victoria, sino a recordar un fracaso. El fracaso de la Conspiración de la pólvora de 1605.
La conspiración de la pólvora de 1605
El origen de la noche se remonta al fallido Gunpowder Treason, un complot ideado por un grupo de católicos ingleses para asesinar al rey Jacobo I y al resto de la Cámara de los Lores haciendo volar las Casas del Parlamento de Londres.
Guy Fawkes había nacido en una época turbulenta, durante el año 1570, varias décadas después de que su país rompiera con la Iglesia de Roma.
A pesar de crecer en un ambiente protestante, hereda las convicciones de sus abuelos, católicos, y se siente tan identificado con ellas que acude a luchar en la Guerra de Flandes al lado del bando español, que combatía el protestantismo en los Países Bajos. Es en esos años cuando adopta el nombre italiano de Guido en detrimento de Guy.
Precisamente es en estas guerras cuando Fawkes entra en contacto con el grupo católico inglés que después organizará la conjura. Poco más de un año antes de su detención vuelve a su país, donde se une al complot. No fue el líder de la conspiración, aunque se le asignó un papel determinante, dada su experiencia militar; sin embargo, ha permanecido como el integrante más famoso debido a ser el único detenido en un primer momento y a su resistencia en los interrogatorios.
La fecha escogida por los católicos, liderados por Robert Catesby, para atentar contra la aristocracia protestante fue el 5 de noviembre de 1605, la noche de apertura del Parlamento, y el encargado de detonar los explosivos, Guy (o Guido) Fawkes. Sin embargo, La conjura fue desbaratada tras el soplo a un político católico (su cuñado le aviso en una carta), a quien se le advirtió que no acudiera el 5 de noviembre a la Cámara de los Lores. Pero aquel informó al rey y se investigaron las estancias subterráneas. Guy Fawkes fue sorprendido en el sótano de las Casas del Parlamento ultimando los preparativos con los 36 barriles de pólvora y, junto con algunos de sus cómplices, fue arrestado, juzgado y ejecutado de manera pública y brutal.
Tras las sesiones de tortura, el conspirador fue acusado de traición y colgado el 31 de enero de 1606 y desmembrado para repartir su cuerpo por los cuatro confines de Inglaterra como advertencia a los rebeldes. Las torturas llegaron a tal punto que el propio rey Jacobo I afirmó sentir admiración ante la resolución de su frustrado homicida.
Su recuerdo permanece mucho más vivo que el del líder del complot, Robert Catesby, a quien mataron cuando trataba de huir.
La intención final del atentado era asesinar al rey protestante e instaurar a un nuevo rey que fuese fiel al Papa de roma y, por consiguiente, católico.
Cómo se celebra la Noche de Guy Fawkes en el Reino Unido
Un año más tarde, en 1606, en Londres se pronunció el primero de los muchos sermones que a lo largo de los siglos habrían de existir acerca del fallido complot religioso y del precio de rebelarse contra el Gobierno. A la conmemoración de la fecha se sumó la rima, que se extendió tan veloz como la pólvora: «Remember, remember, the fifth of November…». El Reino Unido se encargaba de que el 5 de noviembre, emblema de justicia implacable ante la traición, no se olvidara.
Desde entonces, la Bonfire Night se festeja cada 5 de noviembre en el Reino Unido y en algunos países de la Commonwealth para conmemorar el fracaso de la conspiración. Se quema una efigie de Guy Fawkes que los niños elaboran a partir de ropa vieja y papel. También era y todavía es tradición que los pequeños usaran los muñecos, conocidos como guys, para pedir un penique al grito de «Penny for the guy!», que luego servía para comprar pirotecnia.
Es tradición que las familias se reúnan en una cena durante la cual se sirven patatas asadas, bangers and mash (salchichas y puré) y toffee apples (manzanas de caramelo). Después, la noche se llena de hogueras públicas y privadas, mientras los más pequeños tiran petardos y los espectáculos de fuegos artificiales surcan el cielo. A medida que el propósito original de la noche se diluye, se puede ver cómo en las hogueras arden figuras de los distintos Guys, como una especie de Fallas.
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