miércoles, 25 de marzo de 2015

Poesía y flora: Los olmos, los favoritos de los poetas



Frutos del olmo (Ulmus pumila)

Su mano entre mis manos,
sus ojos en mis ojos,
la amorosa cabeza
apoyada en mi hombro,
Dios sabe cuántas veces
con paso perezoso
hemos vagado juntos
bajo los altos olmos
que de su casa prestan
misterio y sombra al pórtico.
*
Y ayer... un año apenas,
pasado como un soplo,
con qué exquisita gracia,
con qué admirable aplomo,
me dijo al presentarnos
un amigo oficioso:
¡Creo que en alguna parte
he visto a usted! ¡Ah, bobos,
que sois de los salones
comadres de buen tono,
y andabais allí a caza
de galantes embrollos:
qué historia habéis perdido,
qué manjar tan sabroso
para ser devorado
sotto voce en un coro
detrás del abanico
de plumas y de oro...!
*
Discreta y casta luna,
copudos y altos olmos,
paredes de su casa,
umbrales de su pórtico,
callad, y que el secreto
no salga de vosotros.
Callad, que por mi parte
ya lo he olvidado todo;
y ella... ella, no hay máscara
semejante a su rostro.
Gustavo Adolfo Bécquer

Los olmos son árboles de ribera de gran porte y crecimiento rápido, por lo que se han empleado como árboles ornamentales y es fácil encontrar grandes ejemplares en calles, plazas y parques. Sus flores son pequeñas pero no así sus frutos, que salen antes que las hojas y son secos. Se trata de una semilla con envuelta membranosa a modo de ala (sámara), como se muestra en la fotografí,a para favorecer su dispersión por el viento.

Hoy en día, la grafiosis, causada por un hongo, ha mermado mucho las poblaciones de olmos.

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