Los descubrimientos científicos exigen
un largo proceso de pensamiento, reflexión, experimentación y desarrollo para
consolidarse exitosamente. Por ello son dignos del reconocimiento y
agradecimiento. Sin embargo, hay ocasiones en las que muchos de estos puntos
(¡incluso todos!) se pasan por alto e igualmente les debemos las gracias, pues
nos facilitan la vida, nos hacen más sabios o hasta nos pueden salvar la vida. Hoy, en Tiempo de Ciencia, hemos visto algunos descubrimientos accidentales que debemos
agradecer...
Para leernos la noticia hemos tenido a Darío Gómez y Shakira López de 1º de ESO A
Para leernos la noticia hemos tenido a Darío Gómez y Shakira López de 1º de ESO A
La penicilina
La penicilina se descubrió prácticamente
sin querer. El gran Alexander Fleming, desordenado y olvidadizo, cambió la
medicina moderna y salvó miles de millones de vidas por accidente. Fleming se
había ido de vacaciones olvidando una serie de placas de Petri con cultivos de
bacterias que dejó al aire libre en el laboratorio, cuando volvió, la placa
estaba llena de moho y cuando las miró al microscopio por simple curiosidad,
descubrió que el moho, que eran hongos de Penicillium,
había matado a las bacterias
El microondas
Percy Spencer descubrió las
microondas sin querer, cuando notó que una barra de chocolate que tenía en su
bolsillo mientras trabajaba con un magnetrón se había derretido. Años más tarde
se creó el horno microondas que hoy te saca de tantos apuros.
La Coca-Cola
La bebida más popular de la
historia se descubrió accidentalmente en 1886. El responsable de este exitoso
accidente fue John Pemberton, un farmacéutico estadounidense, quien en busca de
un remedio para calmar los dolores de cabeza, creó un brebaje compuesto por dos
cosas: extracto de hojas de coca y nueces de kola. En una ocasión, su asistente
le agregó agua carbonatada por error y así nació la Coca-Cola
La radioactividad
Henri Becquerel, físico francés,
descubrió la radioactividad en 1896, lo cual le otorgó el Premio Nobel de
Física de 1903, compartido con Pierre y Marie Curie. Becquerel había estado
trabajando en una serie de experimentos sobre la fosforescencia y en uno de
ellos, colocó sales de uranio sobre una placa fotográfica utilizando la luz del
Sol. Cuando comenzaba a oscurecer, dejaba el experimento hasta el próximo día,
pero en una ocasión, fue a buscar parte de su equipo a oscuras y notó que las
sales de uranio emitían radiación.
Interesante y sorprendente, ¿no crees?
¿Qué te pareció este listado? La semana que viene seguiremos con la segunda parte de este interesante articulo...
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