El 31 de diciembre de 2008 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, proclamó al año 2011 como el Año Internacional de la Química para poner de manifiesto las contribuciones de esa ciencia al bienestar de la humanidad. Ese año coincide con el centenario del Premio Nobel de Química otorgado a Marie Curie.
La ONU concreta los motivos en la declaración siguiente:
La educación de la química es esencial para solucionar los enormes retos que actualmente enfrenta la humanidad para su supervivencia, como son el cambio climático, la producción suficiente de agua limpia, de alimentos y de energía, así como la conservación del medio ambiente.
El desarrollo y aplicación de la química hace posible la producción de medicinas, combustibles y prácticamente todos los productos necesarios en nuestra vida diaria. El año 2011 ofrece la oportunidad de celebrar las contribuciones de las mujeres a la ciencia.
Si el universo está escrito en lenguaje matemático -como manifestó Galileo- la química no es una excepción. Precisamente la química se consolida como ciencia al construirse según la costumbre geométrica que fue el modelo de ciencia durante la Ilustración.
La matematización de la química fue tardía pero no menos contundente que la que se había dado un siglo antes en la física.
La omnipresencia de la matemática en el mundo natural es para algunos un gran misterio, aunque muy a menudo sea una presencia oculta. Desvelar los secretos de la naturaleza es siempre apasionante.
Con este artículo damos inicio a una serie de entradas que irán apareciendo en el blog dedicados a las matemáticas de la química con la convicción de que el acercamiento entre las ciencias las fertiliza y favorece su conocimiento.
Extraído de "Las matemáticas de la química", Angel Requena (2010). Servicio de Publicaciones de la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas.
Jefe del Dpto. de Matemática
Mª del Carmen Torres Alonso
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