Empezamos un nuevo año y acabamos de pasar las vacaciones de Navidad y con ella días de ilusión para los niños (y estrés para los padres). Al final de estas vacaciones vienen los reyes magos y con ellos los regalos y juguetes. Pese a la feroz competencia del ocio electrónico –videojuegos, aplicaciones para dispositivos móviles, gadgets…–, el objeto tridimensional y manoseable de toda la vida sigue acaparando gran parte del espacio debajo del abeto.
¿De dónde surge la necesidad por acunar una muñeca, dar patadas a una pelota o vivir aventuras intergalácticas moviendo figuritas articuladas de plástico?
Para leernos esta noticia hemos tenido a Marina Villalobos, Estela Sánchez y María Rivera de 1º de ESO B
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