El pasado martes, día 11 de junio, se emitió el último programa del espacio Cantautores de esta temporada. Fue un programa muy especial porque estuvo dedicado a nuestro colaborador, el profesor Javier Sin Más (Javier Gómez Dávila), a quien también decíamos adiós, puesto que el próximo curso no sigue en nuestro centro.
Por ello, además de la habitual e inestimable voz de nuestro
colaborador, el profesor Juan Núñez, contamos con la presencia e
intervención de una alumna de Javier, Elena Bellido, de 1º Bchto. B
y de nuestra antigua conserje Claire.
Al estar el programa centrado en la obra de Javier, todo fue en
directo, es decir, todos los temas se cantaron y no hubo ninguna
canción reproducida. Esto dio, claro está, una especial vivacidad
al programa.
Este comenzó con la lectura en francés por parte de Claire de un
poema de Javier; poema que él mismo tradujo. Después comenzó
propiamente el repaso a la obra de este cantautor y profesor
extremeño
Javier Gómez Dávila nació en Extremadura, en el pueblo de Don Benito. Ya con 10 años tocaba la guitarra y con 15 componía sus primeras canciones: la letra y la música. Sus actuaciones en público empiezan cuando era estudiante en el instituto y con 18 años forma parte de un grupo de música pop, “La leyenda”, con el que grabó un disco.
Cuando escucho canciones de un cantautor, suelo preguntarme qué
surgió primero, la poesía o la música. No siempre tiene una la
suerte de hablar con el propio cantautor, como ha sido mi caso en la
preparación de este programa. Así le pregunté a Javier: ¿qué
surge antes en tus canciones, la poesía, el contenido o la música,
la forma?
Su canción “Un solo momento” es un precioso poema. Con
una estructura anafórica, el poeta interpela a la amada “No me
digas que no es cierto que no me quieres”. La doble negación
refuerza la afirmación de que la comunicación es más fácil en el
amor, más que en la palabra. Al final, el encuentro de los amantes
se produce y solo una mirada es necesaria para saberlo.
En la obra de Javier ambas, poesía y música, vienen de la mano;
me comentaba que surgían a la vez, aunque en no pocas ocasiones,
llega primero un poema, unas letras y luego una melodía lo acompaña
con firmeza. Las canciones de este cantautor surgen en su mayoría de
una inspiración momentánea: reflexiones, vivencias, una frase, una
situación se convierten en una letra que puede llegar a ser canción.
Me decía que el estilo de Luis Eduardo Aute influyó en la génesis
de su canción “Siento un sentimiento”. Me llamó la
atención el título de la misma, con una clara figura retórica que
muchos habréis reconocido: la derivación. En ella, se plasma la
emoción artística y la pulsión poética, la búsqueda de la verdad
y otra vez el amor. Amor que en muchas canciones de Javier-como
esta- tiene un carácter erótico y en eso me recuerda también a
Aute. ”Solo tus caderas me incitan a pensar en la verdad eterna”
El tema “Eternamente dentro” nace de una vivencia
concreta y concentra la imagen del poeta en el reflejo de sí mismo.
Un breve estribillo “Eres tú, eres tú” nos hace pensar de nuevo
en el amor y, con él, en la fuerza de los pronombres. Sin embargo,
ese tú no es el otro, no es el ser amado. Aunque parezca incoherente
es un tú reflexivo, es el reflejo del poeta, la visión de sí
mismo. Con una locución llena de nostalgia y desengaño yo percibo,
además, el hastío de la existencia sin sentido. Antes de la
interpretación del tema, la alumna Elena Bellido leyó el texto.
Muchos os preguntaréis si Javier se dedica a la canción de forma
profesional. Pues bien, cuando el grupo “Leyenda” se disolvió,
formó otro con su hermano Rodrigo y el guitarrista del grupo
disuelto. Comienza a montar su repertorio y añade versiones de
algunos de sus cantautores preferidos, como Luis Eduardo Aute o
Javier Álvarez. Actúan en bares, en Casas de la Cultura y en
Conciertos Solidarios. Pero, debido a su
profesión de profesor, se resigna a la idea de que el grupo no
podía tener estabilidad y opta por las grabaciones, con las que
lleva bastantes años. Ha grabado, incluso, un disco colectivo con
profesores y alumnos de un centro en el que trabajó.
Por supuesto que echa de menos sus actuaciones y yo estoy segura de
que algún día volverá a ellas. Mientras, nos conformamos – y no
es poco- con tenerlo aquí y disfrutar de su creación, de su música
y su voz. El hermoso tema “Un pensamiento nuevo”, encierra
una comparación de la palabra poética y de la música con una
situación real del autor.
En la siguiente canción, el poeta se lamenta de forma reiterada y
para ello emplea la anáfora. Repite con insistencia: “Lo siento”
y siente no vivir, no hablar y no amar como quisiera. Vive y siente,
sí, pero en sus sueños “Siento tanto soñarte cada noche” y
lamenta la ausencia de la amada. Muchos hemos vivido a veces como
cobardes y hemos sentido como el poeta. Porque él no puede “hablar
con palabras” entendidas como lógicas y entonces, como él mismo
dice en el texto, “se confunde mi razón con el desastre”.
Escuchemos esta hermosa canción de lamento y amor sin plenitud. Se
llama “Lo siento”.
Terminamos el programa con
un tema del disco En penumbra.
Es este un trabajo de Javier Gómez Dávila con el profesor Alfonso
Romero, creador de un breve poemario al que Javier dio su música.
Javier aportó, asimismo, textos propios. De ahí nació este
pequeño disco, En penumbra (disco
ya casi de culto para algunos, entre los que me encuentro). El tema
elegido fue “Mirar al infinito”.
Dejamos varios
temas atrás, pero así es el tiempo de radio. Y así nos despedimos,
no sin antes agradecer a Elena Bellido, a Claire, a Juan Nuñez y,
por supuesto, a Javier -el protagonista del programa- su calor y
participación. Lo vamos a echar mucho de menos el próximo curso.
Con un recuerdo también para los alumnos que nos han acompañado en
el programa durante el curso y a compañeros como Rosa Mª,
coordinando el control de sonido y a Alfonso y Concha, acompañándonos
en el corazón, dijimos adiós, hasta el próximo curso. En el
programa Cantautores
tenéis una cita, aquí en la Radio del instituto, en vuestra radio.
GRACIAS A TODOS.
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